“Confiamos en que a través del diálogo, la solidaridad y la cooperación internacional, nuestro país estará en condiciones de reinsertarse en el mundo globalizado, priorizando sus intereses nacionales, fortaleciendo su soberanía y la integración regional y forjando con otros Estados un proyecto de cooperación humanitaria”, dijo ayer Fernando Lugo en un mensaje ante embajadores de países amigos. Fue durante el saludo de los diplomáticos, en Palacio de Gobierno.
Habló de la necesidad de una reestructuración de la agenda internacional que incluye la defensa de la soberanía, de independencia de las decisiones, la recuperación de los recursos estratégicos y la seguridad de la ciudadanía.
REPLANTEAR POSICIÓN
“Por ello, la situación internacional obliga al Paraguay a replantear su posición frente a la región y a la comunidad internacional”. Insistió en que “Paraguay debe enfrentar problemas que hacen a la soberanía”.
“Hoy, es impensable... aceptar pasivamente políticas que mantengan los niveles de exclusión social y la entrega de nuestros recursos económicos estratégicos”, recalcó.
“El nuevo Paraguay no será indiferente ante proyectos de destrucción del medio ambiente, de apropiación de sus recursos estratégicos o una reinserción económica que no considere la situación de miles de excluidos del sistema económico”.
EJERCICIO DE SOBERANÍA
“Por el contrario, pensamos que el ejercicio de nuestra soberanía implica desarrollar nuestras relaciones internacionales, bilaterales y multilaterales, y en la región avanzar en la solución de nuestros problemas que no permiten progresar en el desarrollo y fortalecimiento del bloque regional”.
ASIMETRÍAS
“En la sociedad paraguaya se perciben enormes expectativas para superar los problemas originados en la estructura económica social y las relaciones asimétricas que afectan la soberanía del Paraguay y su desarrollo económico y social”, dijo.
DEL NUNCIO AL PRESIDENTE
“Ciertamente la política, en cuanto ejercicio del poder, está sujeta a la tentación y al riesgo del abuso, de la corrupción y del provecho personal. Pero tentación y riesgo no le quitan dignidad y valor, tanto menos permiten desinterés y escapes”, expresó ante Lugo, el nuncio apostólico, Orlando Antonini.
Al presentar el saludo de los embajadores, el representante del Papa dijo también a Lugo: “Señor Presidente, lo felicitamos cordialmente por su elección, fruto de una victoria electoral clara y contundente. Y felicitamos al pueblo paraguayo, que ha dado de sí, en la ocasión de las elecciones del 20 de abril último, una alta prueba de civismo, de madurez y de espíritu democrático, sea en el desenvolvimiento ordenado y calmo del acto electoral, sea en la transmisión pacífica, única en ese sentido en la historia paraguaya, del mando de un partido al otro”.
Revisión del Tratado depende de la voluntad brasileña.
En varias visitas realizadas tanto cuando todavía era candidato, Fernando Lugo al presidente brasileño Luis Inacio Lula da Silva han conversado sobre la necesidad de revisar el Tratado de la Entidad Binacional Itaipú, firmado en 1973.
El presidente Lula da Silva, todo muy cariñoso, con Fernando Lugo; pero veremos si a la hora de ser justo con el Paraguay es tan cordial.
En una de las últimas visitas, el presidente Lula, en compañía de su ministro de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, acordaron instalar una mesa de diálogo entre los técnicos paraguayos y brasileños a fin de determinar sobre la viabilidad de una revisión del acuerdo que hasta ahora beneficia exclusivamente al Brasil.
Incluso para dar seguimiento a esta iniciativa, el Mandatario brasileño envió a un asesor especial de Planalto, Marco Aurelio García, para conversar con las autoridades de la entidad y establecer una línea de acción que lleve a una negociación entre los dos presidentes.
A Marco Aurelio también siguió más recientemente el director del lado brasileño Jorge Samek y conversó ya con el actual director paraguayo, Carlos Mateo Balmelli.
Un primer acuerdo fue la apertura de la entidad a los organismos de control de ambos lados.
Ello permitirá, de acuerdo a lo declarado por Mateo Balmelli, transparentar los gastos de la entidad y rendir cuentas a la ciudadanía mediante las informaciones que puedan difundir las contralorías, tanto de Paraguay como del Brasil.
Lo que no está claro hasta ahora y las autoridades brasileñas desmienten sistemáticamente es la posibilidad de una revisión del leonino tratado que firmaron en 1973 los dictadores Stroessner y Garrastazú Médici.
Paraguay reclama justicia en la distribución de beneficios.
Lo que Paraguay reclama a su socio en la entidad hidroeléctrica es una distribución más justa de los beneficios obtenidos con la venta de la energía.
Conforme a los datos, con el excedente que Paraguay le vende en forma exclusiva, la energía de Itaipú cubre alrededor del 25 por ciento del consumo total, por lo que es una entidad estratégica para los intereses brasileños.
Sin embargo, el costo que paga al Paraguay desde hace 30 años es absolutamente exiguo y prácticamente los paraguayos poco o nada sienten los beneficios de la hidroeléctrica.
Por el 45 por ciento del excedente que vende Paraguay al Brasil, solo recibe 10 guaraníes por kilowatio/hora. Con este precio, el Paraguay apenas recibió el año pasado un poco más de 100 millones de dólares. Sin embargo, si el Brasil pagara el precio de mercado al Paraguay por su parte que le entrega en exclusiva, por lo menos debería recibir aproximadamente 3.458 millones de dólares/año.
Es esta injusticia abismal lo que el Paraguay reclama y espera que su socio revierta, si bien existieron autoridades paraguayas que traicionaron los intereses nacionales y firmaron acuerdos que benefician exclusivamente a una parte.