De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional los registros de lluvias en las cuatro provincias argentinas son los más bajos en 45 años, en tanto las producción agropecuaria padece la peor sequía que se haya sufrido en los últimos 20 años.
Corrientes, Buenos Aires, Santa Fe y Río Negro suman en total 884 millones de pesos en pérdidas, según estimaciones realizadas en cada uno de los distritos. A esta realidad, se suma la merma en la superficie de trigo y de maíz que podrían derivar en una caída de ingresos en la cosecha por 700 millones de dólares (400 millones por el trigo y 300 millones por el maíz).
Además de la producción agrícola, la escasez de lluvias afecta a la ganadería, ya que se perdieron más de 700.000 cabezas de ganado en Buenos Aires, Santa Fe, La Pampa, Chaco, Río Negro y Corrientes.
Según un informe publicado por el diario La Nación, en el norte de Santa Fe, nordeste de Córdoba, este de Santiago del Estero, Chaco y Formosa, las lluvias que cayeron entre enero y este mes representan apenas entre el 20 y el 30 por ciento del valor normal para la zona y el peor registro histórico desde 1961, explicaron en el SMN. La sequía se extiende con distinta intensidad por otras áreas productivas de la Argentina.
El especialista en climatología, Eduardo Sierra, estimó que la actual sequía es comparable, desde un punto de vista climático, con las que afectaron al país en 1937/38, 1951/52, 1962/63 y 1988/89.
En Buenos Aires, el gobierno provincial calculó que hubo una reducción del 30% de la superficie sembrada de trigo. "La provincia enfrenta una de las sequías más crudas de los últimos tiempos", dijo el subsecretario de Asuntos agrarios bonaerense, Fernando Vilella.
Según la Bolsa de Cereales de Córdoba, la superficie sembrada de trigo retrocedió entre un 40 y un 50 por ciento en el territorio provincial. Para la próxima campaña del maíz, estimó retrocesos del 25 por ciento. En el Chaco no se pudo sembrar trigo y el girasol apenas cubrió el 50 por ciento del área apta. Según el último informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, difundido ayer, en trigo se cultivaron 4.465.000 hectáreas en todo el país, superficie que probablemente sea la definitiva de la campaña. De ser así, el área cultivada sería 18,8% menor que la anterior y la más baja de los últimos 34 años.
En gran parte esto se explica por la falta de humedad en los suelos, además de las medidas de intervención del Gobierno en el mercado del cereal, según afirman productores.
El informe de la Bolsa señala que las precipitaciones de la última semana sólo cayeron en el norte de Entre Ríos, centro-este de Buenos Aires y nordeste de Santa Fe, siendo escasos a nulas en zonas trigueras de Córdoba, centro y sur de Santa Fe, La Pampa, Santiago del Estero, Salta y sudoeste de Buenos Aires.
El director científico del la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario, José Luis Aielo, dijo que una sequía como la actual es "un fenómeno que se puede dar cada 30 o 35 años, según los cálculos probabilísticos". Según el especialista, esta sequía es comparable a la de principios del siglo pasado y a otra registrada a principios de la década del 60. Aielo recordó que desde fines de 2007 actuó el fenómeno climático conocido como "La Niña" que genera precipitaciones por debajo de lo normal. "Entramos al invierno con bajas reservas de lluvia", agregó.
Juan Alberto Fortelai, investigador de meteorología para la agricultura del Conicet, sostuvo: "La sequía en la zona más afectada es la más intensa de los últimos 40 años". Para el investigador es comparable con la de 1968, pero aquella se dio durante el otoño y luego fue desapareciendo. Fortelai explicó que el fenómeno de "La Niña" -ya declinando- se conjugó con un invierno seco. "Lo que ocurre en invierno depende en gran medida de cómo fue el otoño", señaló el investigador.
Por su parte, María de los Milagros Skansi, del departamento de Climatología del SMN, explicó que la deficiencia de lluvias se viene registrando desde el invierno de 2007.
en Pergamino, donde hay mortandad de animales, retrocedió un 30% la superficie sembrada de trigo, y se teme por la próxima campaña de maíz, de continuar estas condiciones.
En Río Negro, el gobierno provincial declaró diversas áreas como "zona de desastre agropecuario".
Por su parte, el climatólogo Sierra, al comparar esta sequía con otras históricas, dijo que el fenómeno sería "similar o peor" por el fuerte déficit de agua que se arrastra del año pasado; su impacto, sin embargo, es diferente por el nivel tecnológico de la actual campaña respecto de las anteriores. Como contrapartida, el área agrícola se extendió hacia el Oeste, más riesgosa en cuanto al régimen de lluvias.
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