Además de los perjuicios que genera en la producción de cereales, la sequía está provocando graves daños al sector de la ganadería.
En Pergamino, por ejemplo, los productores advirtieron a este diario que "quedó la vaca de cría, ya que se sacaron los terneros para mandarlos a engorde de corral y muchas vacas viejas para la faena, porque de lo contrario morirían en los campos". También señalaron que "el 90% de la hacienda gorda está a corral, alimentada con suplementos de maíz con un poco de soja y un núcleo que se compra para hacer un alimento balanceado, teniendo en cuenta que pasturas no hay".
El panorama que se vive con la hacienda en Arrecifes no es más alentador que el de Pergamino. Los productores destacaron que hubo "una mortandad mayor que de costumbre y sucede que como la nuestra no es zona eminentemente ganadera, no hay reservas para alimentar a los animales y se tuvo que trasladar muchas vacas de cría y en otros casos se malvendieron por la poca expectativa en el negocio".
En los distritos del sur y sudoeste bonaerense ocurre lo mismo. Así, por caso, en Patagones remarcaron que hay "muchos animales muertos" y agregaron que "muchos rodeos se vieron menguados entre un 40 y un 45% por la mortandad y las ventas forzadas, que en el caso de la vaca se comercializan a un 50% menos de su valor, ya que se las está vendiendo a 250 pesos, cuando en épocas normales valen 500 pesos".
En el distrito de Darragueira, afirmaron que "la producción de vacas de cría se achicó en un 20% este año por la sequía y por la necesidad de vender las vacas madres, comercializándose además a la hacienda de invernada, que es la que compran otros productores para terminar de engordar. En cambio, la hacienda gorda se vende a frigoríficos para faena".
En Patagones y en Villarino, principalmente, hay casos puntuales de "un 15% de mortandad de animales, fundamentalmente de vacas", mientras que en Darregueira hay un 20% de traslado de hacienda por la falta de alimentos para los animales.
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