Los productores aprovecharon dos o tres chaparrones que se dieron en el marco de una prolongada sequía para volcarse decididamente a la siembra de girasol.
Se estima que este oleaginoso podría incluso superar el área de siembra de la campaña pasada a causa de factores que van desde el precio de este grano al fracaso de otros productos.
Más que nada fue la necesidad de los agricultores que los llevó a sembrar aún sin asegurarse la suficiente humedad necesaria en el perfil del suelo. Pero también porque el girasol es junto a la soja uno de los productos más rentables de las últimas campañas, sumado a que cuenta con muy bajos costos de producción comparativos.
Desde principio del mes de agosto las perspectivas para esta oleaginosa se presentaban amenazantes, ante la continuidad de la sequía histórica que afecta a la provincia y viene desde el mes de enero.
Entonces se hablaba que la falta de lluvias podría hacer fracasar la campaña girasolera aún antes de comenzar. De la misma manera en que la sequía hizo fracasar la siembra de trigo, por ejemplo.
Leve mejoría
Pero estas condiciones cambiaron promediando la segunda semana de agosto. Cuando se registró una lluvia que fue de entre 15 y 20 milímetros en distintas zonas del domo central agrícola.
Allí los ánimos de los chacareros se modificaron rotundamente, y se volcaron en tropel a los comercios a preguntar por los precios y disponibilidades de las semillas del girasol. Porque otra lluvia le permitiría pensar en iniciar la siembra aún cuando la sequía no se terminó.
Esa primera lluvia fue del 12 de agosto, con menos de 20 milímetros. Después hubo otra el 28 del mismo mes, con aproximadamente 10 milímetros. Con una llovizna en medio. Y esta humedad cambió rotundamente las cosas con respecto al girasol.
El riesgo de sembrar en sequía
No solamente que los productores agropecuarios lograron una mínima humedad del suelo; sino que también los días anteriores se registraron condiciones de elevada temperatura, fuerte viento norte, y alta radiación solar que se llevaron mucha de esta agua se perdiera por evaporación.
Pero después hubo otra precipitación pluvial esta semana. Entonces los chacareros se definieron a iniciar masivamente la siembra, aún cuando las condiciones no son las ideales.
Pero ante los pronósticos meteorológicos que señalan que las lluvias importantes vendrán recién a partir del mes de octubre, el chacarero prefiere aprovechar esta poca humedad que logró en este momento para comenzar la implantación del girasol que de todas formas tiene un bajo costo de producción con respecto a otros productos.
Es decir, que en todo caso, arriesga menos que si espera las buenas condiciones de humedad para sembrar soja o algodón más adelante.
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