De modo inusual, la Cancillería ha emprendido una minuciosa desmentida de los contenidos de una cadena de correos electrónicos que acusan al Ministerio de deliberado descuido en la definición de la plataforma marítima de la Argentina. Más aún, el texto anticipa que el país no podrá cumplir con el compromiso de presentar su reclamo de soberanía sobre aquella plataforma ante uno de los organismos técnicos creado por la Convención de Naciones Unidas sobre Derecho del Mar (Convemar), para lo que tiene un plazo improrrogable el 13 de mayo de 2009.
Aunque suscritos con el seudónimo Ulises, se sabe que detrás de los mensajes hay un grupo de políticos y técnicos críticos del Gobierno, entre los que se cuenta el ex diputado Mario Cafiero.
El canciller Jorge Taiana tomó la decisión de abrir las puertas de la versión oficial -publicada en la edición de ayer de Clarín-, crecientemente preocupado por las imputaciones que se niegan a desaparecer, a pesar de que, hasta ahora, no trascendieron en detalle más que a través de correo electrónico.
El documento de la cadena, además, sugiere que la presunta morosidad argentina está -desde los acuerdos entre Londres y Buenos Aires de 1990 sobre el conflicto de Malvinas- en concordancia con un proceso de negociación del Reino Unido con los sucesivos gobiernos argentinos, incluyendo el presente, que se mantiene en secreto y se mezquina a la opinión pública.
Taiana y los diplomáticos involucrados en el proceso aseguran que las denuncias están construidas sobre falsedades.
La Argentina casi ha completado el proceso de definición de la plataforma, tarea -dicen- que tuvo como principal herramienta al "ARA Puerto Deseado", un buque oceanográfico de diseño argentino que fue transferido por la Armada al Conicet. Llegará a tiempo para presentar su informe ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC), el organismo creado por la Convención del Mar.
La Cancillería desmiente también que el Reino Unido haya completado su presentación, como sostiene el documento crítico. Una fuente aseguró que los estudios británicos habían sido completados hasta la plataforma de la isla Ascensión, bajo soberanía de la corona, en el Atlántico.
Una de las imputaciones del documento crítico es que el Reino Unido ya completó su propio reclamo, incluyendo el mar austral a partir de Malvinas y Georgias del Sur.
El proyecto argentino ha conocido dificultades -emprendido en 1997, cuando se creó la Comisión de Límite Exterior de la Plataforma Continental-, sobre todo a comienzos de siglo, cuando la profunda crisis económica poco menos que los dejó sin financiación.
El "ARA Puerto Deseado" tuvo además dos ocasiones de desperfectos mayores que obligaron a reparaciones, una seguidilla que hizo que la Cancillería sospechara de un mal disimulado retiro de cooperación de la Armada, que pone la tripulación.
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