En el área de servicio de Alergia e Inmunología del Hospital de Niños San Roque atendieron, en mayo, 117 pacientes, en junio 89 y en julio 100 casos. Los profesionales que trabajan en el nosocomio advierten que esas cifras pertenecen a los chicos que ya están en tratamiento. En realidad son sólo el 25% de todos los casos que llegan mes a mes al hospital.
En la sala de Guardia o en Pediatría son alrededor de 300 los casos que acuden con cuadros de alergia o resfríos en el mes.
El jefe del servicio Aldo Cavallo, especialista en Alergia e Inmunología, resaltó que, en esta época del año aumentan los casos, pero que sería descabellado hablar de “emergencia sanitaria”.
Cavallo recibió a UNO en su consultorio y detalló algunos de los causantes de tantos cuadros alérgicos: “En otoño y primavera es cuando se agravan las rinitis alérgicas. El aire está muy contaminado por el ácaro y el polvillo que, como no llueve, agrava el problema”, sentenció.
Los ácaros (dermatofagoides) se agravan en esta época del año. El profesional sostuvo: “Las personas que tienen una predisposición genética a los alergenos (polvillo, ácaro, pelos del perro o gato, el polen de los árboles) están afectados también por los cambios climáticos bruscos”, adelantó.
En estos tiempos, en donde la temperatura sube y baja sin respetar las estaciones del año, se hace cada vez más común ver a chicos y grandes con síntomas alérgicos.
“No es que se vuelven alérgicos al frío o a la humedad. Los cambios de temperatura producen los síntomas en la nariz o en la vista”, aclara Cavallo, quien además sostiene que cuando el alergeno da en los bronquios se manifiesta con falta de aire, chillido en el pecho y se produce una especie de asma.
No sólo se presentan los pacientes con trastornos respiratorios, en estos meses los especialistas advirtieron en los consultorios públicos y privados que se producen casos de alergia que se manifiestan en la piel. La urticaria se puede producir por comer frutillas, kiwi o tomate.
El problema en el aire
A los cambios bruscos de temperatura, que disparan los casos de rinitis alérgica, se le suman los trastornos que producen, en los pacientes, la broza y el humo, tanto del cigarrillo como el ambiental. En el microcentro de la ciudad se hace cada vez más notorio el smog producido por los colectivos y automóviles.
En la periferia, el humo que afecta es el que se produce por la quema de basurales.
“El panorama es muy complicado para los alérgicos. No es que estemos en un estado de emergencia, pero es grave por los diferentes factores externos que ayudan a incrementar los síntomas”, manifestó el jefe del servicio de Alergia e inmunología del Hospital de Niños.
Los médicos aseguran que no se es alérgico por convivir con el humo del Volcadero. En lo que coinciden es que, para los alérgicos, convivir con el humo es un desencadenante para que vuelvan los síntomas.
Cambio climático
Ayer por la tarde la temperatura llegó a los 30º. Para lo que resta de la semana, según los diferentes pronosticadores climáticos que se pueden consultar vía Internet, las mínimas empezarán a bajar y dentro de cuatro días(sábado por la mañana) llegarán a los 3º. Para un alérgico no hay nada peor que un brusco cambio de temperatura. A esto se le suma la humedad que llegará si cae la lluvia que también pronostican. Cavallo explica cómo toma la ciencia a estos cambios climáticos: “Funcionan como el gatillo de las alergias, las infecciones o los cuadros virales. La genética carga el arma y el medio ambiente es lo que gatilla la enfermedad”, describió.
Los médicos aseguran que el estrés también influye para que se produzcan cuadros alérgicos.
Resfrío común
Es un proceso inflamatorio que produce congestión de la mucosa nasal como consecuencia de una enfermedad muy común, como lo es el refrío, que es infectocontagioso.
De corta duración, pero molesto, es causa común de ausentismo laboral. En los niños el catarro es común y las estadísticas marcan que pueden padecer cuatro o cinco episodios en el año.
Rinitis alérgica
Es un proceso alérgico e inflamatorio de la mucosa nasal, generalmente producido por alergia a ciertos componentes del medio ambiente: el polen, la caspa de animales o el polvo depositado en alfombras, sillones y cortinas entre otros.
En este caso cerca del 80% de los casos presenta sus primeros síntomas antes de los 20 años.
Control del medio ambiente de un paciente
El polvo que se acumula en la casa y principalmente en el dormitorio debe ser eliminado. La limpieza debe hacerse con aspiradoras o trapos húmedos, evitando escobas, plumeros y cepillos.
Las casas húmedas favorecen el crecimiento de hongos de paredes, rincones y baños. Deben eliminarse aplicando lavandina periódicamente.
La ropa de cama, cortinas y alfombras deben lavarse cada dos meses con agua caliente a 60º. Poner la almohada en el freezer durante 24 horas cada dos meses.
La vegetación tupida cerca o dentro de la casa favorece el crecimiento de hongos ambientales.
El humo, en especial el del cigarrillo, es un irritante importante de las vías respiratorias.
El alcohol puede aumentar los síntomas alérgicos.
El niño con predisposición a enfermedades alérgicas no debe estar en estrecho contacto con animales domésticos.
Evitar los entrenamientos al aire libre los días de mucho frío.
Todo esto produce estornudos, sobre todo de mañana, secreciones nasales, nariz tapada y picazón de ojos, nariz y garganta.
Cuando los síntomas comienzan por la nariz pueden seguir por los bronquios, apareciendo la tos seca y fatiga.
“No hay epidemia”
Es común por estos días encontrar personas que no son alérgicas pero que se encuentran afectadas por cuadros virales intensos. Los médicos advierten que es común para esta época del año. “No es una epidemia, como se da en abril o mayo. Son resfríos esporádicos. Incluso después de la fiesta de disfraces vinieron todos resfriados. Bailaron 20.000 personas, levantando tierra, a lo que se le sumó el intenso frío. Se llenaron los consultorios”, bromeó el doctor Cavallo.
Para explicar la situación desestimó la posibilidad de epidemia y comparó con el cuadro que se dio a comienzos de año: “Son cuadros gripales importantes, pero no son las neumonías que vimos en mayo”, recalcó.
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