(EFE, Reuters, AFP) - El impacto del huracán Gustav en el sur de Luisiana fue menos devastador de lo que se temía, aunque anoche resultaba todavía prematuro confirmar si los diques de la ciudad de Nueva Orleans aguantarían la presión de las aguas.
El alcalde de Nueva Orleans, Ray Nagin, señaló por su parte que, aunque Gustav ha impactado en la zona con menor fuerza que Katrina hace tres años, se mantiene el riesgo de inundaciones y de que algunos diques revienten.
Las imágenes de televisión desde diversos puntos del sur de Luisiana mostraban rutas y calles inundadas, pero aún no había una evaluación precisa de los daños. Se veían, además, árboles caídos y 70 mil viviendas y comercios de la región se habían quedado sin luz.
En tanto, cerca de dos millones de residentes del sur de Luisiana se mantienen en vilo pegados a la televisión para seguir las informaciones del impacto de Gustav.
Alrededor de 100.000 personas, un tercio de la población de Nueva Orleans, se quedaron en la ciudad y se negaron a acatar la orden de evacuación obligatoria.
El ciclón Gustav se va debilitando conforme entra en tierra y, según el Centro Nacional de Huracanes (CNH), con sede en Miami, ya pasó a la categoría 1, aunque con vientos aún superiores a los 145 kilómetros por hora.
El presidente de EE.UU., George W. Bush, también hizo un llamamiento a la prudencia desde un centro de control de emergencias instalado en Texas.
Las autoridades consideranque se pueden producir inundaciones y también existe el peligro de tornados en toda la región del Golfo de México.
Los vientos huracanados de más de 140 kilómetros por hora siguen azotando el suroeste de Luisiana, conforme el ciclón se aleja en dirección al sureste de Texas.
Temores
Los expertos en control de inundaciones temen que la zona más dañada de Nueva Orleans sea West Bank, del municipio de Jefferson, al otro lado del río Misisipi, donde el sistema de protección no se ha completado y sigue siendo vulnerable a pesar de las intensas labores en los terraplenes en los últimos tres años. Los ingenieros calculan que el «Gustav» podría causar una marejada de más de tres metros de altura.
Los diques y terraplenes son ahora más elevados, pero la presión que crea la acumulación de agua y el oleaje movido por los vientos podrían causar rupturas, advirtieron expertos.
Desde Katrina, los diques de Nueva Orleans han sido reforzados y el Cuerpo de Ingenieros de EE.UU. vigilaba su comportamiento, y confiaba en que no se produjeran inundaciones, dado que buena parte de Nueva Orleans se encuentra por debajo del nivel del mar.
Según las autoridades de Luisiana, los diques son hoy más resistentes que hace tres años, pero todo el plan de fortalecimiento de ellos no estará completado hasta el 2011. Hasta el momento se han invertido 12.000 millones de dólares y se ha completado 20% de los trabajos previstos.
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