La usina que será reactivada, en efecto, es pequeña teniendo en cuenta la potencia de la central termoeléctrica de la ciudad de Güemes -elevada hoy a 365 megavatios- o los consumos de las provincias de Salta y Jujuy, que rozan actualmente los 150 megavatios.
"Nuestro proyecto es de autoabastecimiento local prácticamente y parte de rescatar una obra civil que fue concebida hace 80 años", acotó Fortino.
La obra civil del complejo es materia de asombro para los ingenieros de la empresa a cargo de la reactivación. "Es como desempolvar la historia del pueblo", grafican los técnicos que dirigirán los trabajos de recuperación del sistema construido hace 80 años para captar las aguas de los ríos Blanco y Toro. El sistema incluye los canales y una represa de 2 hectáreas totalmente construida con piedra canteada. La casa de máquinas, sin fisuras, sólida y resistente, ocupa 800 metros cuadrados.
"Si habría que edificar de nuevo el complejo resultaría impensable una obra de este tipo en la actualidad", afirmó el ingeniero Víctor Savoy, director de Generación Quijano. |
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