La presencia de arsénico en el agua que se utiliza para beber, para cocinar y para la agricultura y la ganadería afecta a millones de personas en todo el mundo y constituye una verdadera amenaza para la salud.
El arsénico actúa como un tóxico de acción lenta pero continua que, a través de los años, se va acumulando en el organismo y puede producir graves alteraciones en su funcionamiento.
En la Argentina esta contaminación de largo plazo se conoce como hidroarsenicismo crónico regional endémico (HACRE son sus siglas).
Se manifiesta a través del engrosamiento de la piel de las palmas de las manos y de las plantas de los pies, manchas en el tórax e, inclusive, tumores malignos cutáneos y de órganos internos: el pulmón, el estómago y las vías urinarias.
Este año, con el objetivo de crear un registro de pacientes afectados por el uso de agua contaminada con arsénico en el país, la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) llevará adelante, entre el 15 y el 19 de septiembre, su tercera Campaña de Información y Concientización sobre la presencia de arsénico en el agua de consumo.
La sociedad científica basa su acción en los últimos estudios realizados, según los cuales se estima que la población expuesta al arsénico, a través del agua, supera el millón de personas.
Chaco, Salta, Santiago del Estero, San Luis, San Juan, La Rioja, Santa Fe, Tucumán, Córdoba, La Pampa, Buenos Aires y recientemente, también, Río Negro, son las principales provincias afectadas.
En todas ellas se han encontrado altas concentraciones de arsénico en las aguas que consume la población, con valores que superan los 0,01mg/l, según el índice máximo aceptable propuesto por el Código Alimentario Argentino y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Controlar el agua
Debido a que las alteraciones producidas en el organismo por consumo de arsénico son irreversibles, la SAD promueve, a través de esta campaña, el control del agua como llave para la erradicación del HACRE.
Propone, a la vez, la prevención como tratamiento para evitar la progresión de la enfermedad y la aparición de nuevos casos.
Por eso es que, según expresó la mencionada sociedad, desde este año los dermatólogos asumieron la tarea de abrir un registro de casos para sistematizar información vinculada a esta enfermedad.
Los especialistas de todo el país recibirán materiales informativos y una ficha en la que deberán dejar asentados datos del paciente que surjan de la consulta médica tales como: zona de residencia, fuente de la que consume agua y presencia de signos de intoxicación con arsénico luego del examen clínico.
Se entiende que la salud pública no es un problema exclusivo de los médicos, sino un asunto a trabajar en forma multidisciplinaria.
Por lo tanto, la tarea de prevención (identificación de zonas de riesgo, concientización de la población sobre el uso de sistemas adecuados de purificación y control de la potabilidad del agua) requiere la cooperación de los organismos nacionales encargados del medio ambiente y la salud pública.
"Será tarea de las autoridades pertinentes garantizar a la comunidad el derecho de la calidad del agua potable", señaló la SAD.
Geólogos, hidrólogos, bioquímicos e ingenieros deberán ser partícipes necesarios en la planificación de las acciones preventivas, que involucrarán a las comunidades.
Foto: Archivo Programa Infoagua
|
|
|