Anoche los fuegos volvieron a alumbrar el lomo de las sierras cordobesas en el Valle de Punilla: una línea crepitante recorría casi veinte kilómetros desde el Cerro Uritorco, a la altura de Capilla del Monte, pasando por Los Terrones y La Cumbre camino hacia Ischilín, en el norte provincial, empujada por un fuerte viento sur.
"A uno se le oprime el corazón cuando ve todo esto", dijo el gobernador Juan Schiaretti, no bien se bajó de un helicóptero que, junto a Romina Picolotti, la titular de la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación, lo llevó a recorrer la zona cuando ayer caía la tarde. Fue la funcionaria kirchnerista quien estimó el daño en "unas 40 mil hectáreas quemadas", y puso a disposición de la provincia "todo lo que haga falta".
A su lado, Schiaretti rogó -como todos los cordobeses por estas horas- por "una lluvia que todos esperamos" y aseguró que, "por ahora, no necesitamos más bomberos".
La mayor esperanza está ahora puesta en el pronóstico del tiempo. Según le adelantó a Clarín el meteorólogo Pablo Cabrera, "se espera que para la noche de hoy y la madrugada del viernes lleguen las lluvias y hasta nevadas en las Sierras Grandes, lo que haría que bajen las temperaturas entre cero y ocho grados de máxima". Cabrera sonríe por "la buena nueva" que puede dar: "Todos nos están preguntando esto y sabemos que significa nada menos que vida para la vegetación y los animales y tranquilidad para tanta gente que tiene miedo".
Si bien al cierre de esta edición no había pobladores en riesgo, los dos focos más preocupantes se podían ver desde la ruta nacional 38 que une las ciudades de Capilla del Monte y La Cumbre. Eran los que ardían en los parajes conocidos como "El Martillo" y del "Pajarillo", a lo largo del cordón montañoso de las Sierras Chicas, en su faldeo oeste, y cuya máxima cima es el famoso Uritorco. Un cerro que con sus 1.970 metros de misterio y leyendas, se ha convertido en la meca del turismo esotérico.
Diego Concha, el subdirector del Plan Provincial del Manejo del Fuego, aseguró que "durante toda esta noche seguiremos trabajando. Somos unos 650, entre bomberos, policías, gendarmes y médicos".
La madrugada anterior, varias dotaciones de bomberos no durmieron combatiendo el fuego que cruzó los cerros desde las localidades de Ascochinga, La Granja, Río Ceballos, Cabana y Unquillo hacia el Valle de Punilla, por lo que se conoce como el Camino del Cuadrado.
En esa zona existe una reserva natural, donde se alojan unos cien monos carayá, y que resultó quemada en un 80 por ciento, aunque ninguno de los animales sufrió heridas. Fueron evacuadas algunas familias que, con el correr del día, retornaron a sus casas.
La cifra
40.000
Son las hectáreas atacadas por el fuego en Córdoba, según la secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti.
Hubo tesoros en peligro
Las llamas quemaron más de seis mil hectáreas de pastizales en estos últimos días de zozobra, viento, cenizas y angustia en una provincia que parece comenzar a acostumbrarse a los incendios de cada primavera como si fuesen un mal inevitable.Pero, además, los fuegos pusieron en peligro a monumentos históricos, como la Estancia Jesuítica Santa Catalina, a 14 kilómetros al norte de Ascochinga: una joya arquitectónica declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, y bautizada como "la princesa" de las seis estancias que los jesuitas construyeron en Córdoba. El martes, en la comuna del Manzano, la Capilla de Candonga fue salvada "a baldazo limpio" por los propios vecinos; y ayer le tocó el turno a la casa-museo de Manuel Mujica Láinez, en Cruz Chica, a pocos kilómetros de La Cumbre. Pero la que fuera residencia del autor de "Bomarzo", tuvo más suerte: los fuegos sólo se atrevieron a lamer las cumbres de las sierras que cuidan sus espaldas.
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