El problema de las inundaciones en el Oeste podría estar llegando a su fin: se espera que dentro de un año, el saneamiento del Arroyo Morón en el tramo a cielo abierto, sumado a la habilitación de los nuevos aliviadores Quintana y Zanjón Martínez, permita que el agua de lluvia llegue sin problemas ni desbordes hasta el Río Reconquista.
La más complicada de estas dos nuevas obras es el ensanchamiento de los puentes ferroviarios que cruzan el arroyo: los de las líneas San Martín y Urquiza, en el límite entre El Palomar y Hurlingham.
A diferencia de otros puentes carreteros de la zona, las columnas que los sostienen obstruyen el curso de agua y hacen de dique para que se acumule basura. La tarea es construir nuevos pilares a la vera del agua, separados entre sí por 40 metros, para luego demoler las viejas columnas, todo eso sin interferir con el recorrido de los trenes.
Paralelamente se trabaja en el dragado del Arroyo, una tarea que debe realizarse en forma periódica (la última vez había sido en 2003) para evitar que en su cauce se junten sedimentos.
|
|
|