Resistencia, Corrientes, Santa Fe. Varios focos de fuego se registran en el oeste chaqueño, con epicentro en la localidad de Los Frentones, a 270 kilómetros de Resistencia, muy cerca del límite con Santiago del Estero, atribuibles a la sequía y al persistente viento norte que desplaza rápidamente las llamas y el humo.
Las llamas se aproximaron al propio pueblo de unos 8.000 habitantes, pero fueron sofocadas con ayuda de bomberos voluntarios de otras localidades y personal policial y municipal.
Se informó que el fuego está controlado y no hay personas afectadas como ocurrió la semana pasada con la muerte por asfixia por el humo de un productor y su hijo.
En tanto, bomberos de distintas localidades de Corrientes trabajaban ayer para sofocar un incendio forestal que se desató en Villa Olivari, una pequeña localidad ubicada a 220 kilómetros de la capital provincial, que ya consumió unas 400 hectáreas de pinos jóvenes.
El fuego también comprometió a unas 200 hectáreas más, aunque no forestadas.
Orlando Bertoni, de Defensa Civil, aseguró que “la situación está fuera de control porque la forestación está muy sucia, ya que está asentada sobre una cosecha vieja que tiene gran cantidad de ramas, troncos e incluso combustible”.
Por otra parte, el incendio de un gran basural ubicado a la vera de la ruta nacional 34 obligó al corte del tránsito durante varias horas, en proximidades de la localidad santafesina de Totoras, 60 kilómetros al noroeste de Rosario.
El fuego fue combatido por Bomberos Voluntarios de Totoras y de localidades vecinas, que debieron utilizar una retroexcavadora para neutralizarlo. Luego de ser dominado se dispuso que, en el lugar permaneciera una guardia pasiva.
Incendios en Córdoba
El triste paisaje parece no tener fin
Desde el aire se observa un desolador manto negro que cubre el cordón de las Sierras Chicas depredado por las llamas.
Santiago Berioli
Sobrevolar el manto negro que hoy parece cubrir gran parte del cordón montañoso de las Sierras Chicas es decepcionante. La magnanimidad de la naturaleza en su expresión serrana se ve opacada por lo poco que los incendios van dejando de monte autóctono.
La tragedia ecológica y ambiental es grande y no hay mejor manera de apreciarla que desde el aire. Si bien la fauna que muere en el incendio no se llega a ver, se intuye entre tanta vegetación negra y humeante.
El humo se hace ver desde todas las latitudes y es la antorcha que nos señala el lugar del desastre. Miles de hectáreas entremezclan el color amarillo verdoso que caracteriza a la vegetación de nuestras sierras en esta época del año con el negro grisáceo que las llamas van dejando a su paso. El triste paisaje parece no tener fin.
A lo lejos, desde el helicóptero del Ejército que nos guía, tres aviones hidrantes que van y vienen desde el aeródromo de La Cumbre intentan extinguir la fuerza devastadora de las llamas. El humo cubre nuestro trayecto como lo hace con gran parte del cielo a nuestro alrededor. El cielo gris rojizo a las 4 de la tarde le suma dramatismo a la sensación de angustia que nos invade a todos los que sobrevolamos el desastre.
Encontrar una explicación al descuido, a la desidia o incluso a la intención deliberada de un incendio es lo único que no puede verse claramente desde el aire.
Foto: Archivo Programa Infoambiente
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