El ascenso de un porteño y ex ibarrista al ministerio de Julio De Vido abrió ayer todo tipo de incógnitas en el gobierno macrista, que ya viene mortificado por algunos retrasos de ayuda de Cristina de Kirchner y ve peligrar el inicio de obras prometidas con las que el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires cree que hará lucir su gestión.
Ayer se firmó el decreto que nombra a Abel Fatala, ex secretario de Obras Públicas de la Ciudad durante el Gobierno porteño de Aníbal Ibarra, como subsecretario de esa materia en las dependencias del Ministerio de Planificación Federal que conduce De Vido, donde la mayoría de la población emigró de tierras patagónicas para anclarse en la Capital Federal con la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia.
Obras clave
Ahora, por el área de Fatala, dependiente de José López, pasarán obras clave para Macri como la autopista ribereña o el estudio de transferencias de predios nacionales (como los que administra el ONABE) para el distrito porteño. Además de las vinculaciones con la obra pública nacional en el conurbano y emprendimientos como la recuperación de la Basílica de Luján y de monumentos históricos, también del distrito Capital. Casi un dolor de cabeza para Macri, ya que Fatala ha denunciado, la semana pasada, a uno de sus ministros, el de Espacio Público, Juan Pablo Piccardo, por presuntas irregularidades en el tráfico de basura que le estarían haciendo perder millones a la Capital Federal. Toda una embestida de quien ahora tendrá quizás en su escritorio algunas de las carpetas sobre las que el jefe de Gobierno porteño desea celeridad.
Fatala deja la dirección de AySA y pasa a reemplazar a Hugo Rodríguez, quien se mudará al gobierno de Daniel Scioli, en un pase en el que se ha considerado su particular currículum técnico, pero que no descuidó considerar su lealtad política hacia De Vido, de quien aseguran por estas horas que ve mejor que nunca la posibilidad de tener injerencia en el armado electoral 2009 de los «capitalinos» (como llama a los porteños Néstor Kirchner), tras la salida del gobierno de Alberto Fernández, cuya retirada ha dejado en polémica dispersión al kirchnerismo del distrito.
En las próximas 48 horas, el decreto de nombramiento de Fatala sería publicado en el Boletín Oficial, aunque ya en el ministerio comenzaron a vaciar cajones para su comodidad. Una de las principales obras que tiene a cargo esa Subsecretaría de Obras Públicas es, por ejemplo, el proyecto para el Palacio de Correos y Telecomunicaciones, de la Ciudad de Buenos Aires, que quiere ser transformado en «un icono del Bicentenario» con la instalación en ese edificio histórico de un centro cultural. Del área dependen la Dirección Nacional de Arquitectura y la de Planificación y Ejecución de Proyectos, y el Registro Nacional de Constructores y Firmas Consultoras de Obras Públicas. Y tiene entre sus funciones la de celebrar convenios con las provincias y municipios para el desarrollo e implementación de los programas y acciones de su competencia, y también la de controlar la Dirección Nacional de Vialidad y el desarrollo de los proyectos fomentados por el Tesoro Nacional y externo.
Desvelo
A Macri ya lo desvela que Cristina de Kirchner no acelere el trámite burocrático que requiere para que la Ciudad de Buenos Aires salga con la segunda serie de bonos Tango y más que esté trabado el aval para un crédito con el que quiereconstruir vías para el transporte subterráneo. A eso agrega que espera cortar cintas, antes de terminar el mandato, en obras importantes que dependen del gobierno nacional, algunas de las cuales tiene ahora Fatala, también ingeniero, como el jefe porteño.
El ascendente funcionario, desde que dejó las oficinas del Gobierno porteño colabora con el área de De Vido, específicamente en temas de saneamiento. También desde entonces regentea una pyme política propia como es Red por Buenos Aires, aliada al kirchnerismo, y fue el mentor de los reservorios de agua para paliar las inundaciones en la Ciudad, una especialidad de la que se verá privado ahora, ya que la subsecretaría que ocupará tiene vetados todos los temas de hidráulica. Además de por su paso por el Frente Grande en tiempos de la extinta Alianza, De Vido parece considerarlo por sus especialidades técnicas como la ventilación de instalaciones nucleares y su participación en la Sociedad Argentina de Radioprotección, materia de la que es uno de los 600 especialistas.
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