Raúl Grigolatto, docente de la cátedra de toxicología, farmacología y bioquímica legal de la Facultad de Bioquímica de la UNL e integrante del equipo que desde hace 20 años estudia el Hidro Arsenisismo Crónico Regional Endémico (HACRE) explicó que “esta patología la estudiamos desde el consumo del agua. La provincia de Santa Fe está dividida en dos. La zona oeste que consume agua subterránea y la zona ligada al río Paraná que no tiene un nivel de arsénico alto, ya que consume el agua del río”.
Además, Grigolatto manifestó que “cuando nosotros leíamos estudios realizados en otras partes del mundo, sobre el consumo de agua con arsénico, veíamos que provocaba lesiones muy graves. En algunos casos se veían hasta pérdidas de miembros. Entonces nosotros nos preguntamos cual era el impacto en la salud de nuestra población. Los problemas más graves que vimos en los estudios están relacionados al cáncer de piel”.
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