La tormenta tropical Hanna bordeaba ayer a las Bahamas y amenazaba la costa sudeste de Estados Unidos, tras dejar al menos 90 muertos en su paso por Haití. En tanto, el poderoso huracán Ike adquiría fuerza en el Atlántico hasta alcanzar categoría 4, una menos que la que indica el máximo poder devastador.
En Haití, las autoridades informaron que las víctimas de Hanna se multiplicaron a lo largo del día, especialmente por las inundaciones. En total, en los últimos diez días murieron en ese país unas 170 personas por las feroces lluvias y las inundaciones ocasionadas por el huracán Gustav y la tormenta Hanna.
La mayoría de esas muertes se registraron en Gonaives, una ciudad del norte que quedó casi totalmente aislada. Todos los caminos se han convertido en lagunas y las autoridades enviaban alimentos y otras provisiones a personas que quedaron atrapadas por las aguas.
Las lluvias empezaban a disminuir en gran parte del país y el gobierno levantó ayer la alerta roja que decretó a principios de la semana, a la vez que anunció el inicio de las operaciones de socorro.
Con todo, varias ciudades seguían incomunicadas, lo que dificultaba el acceso de la ayuda humanitaria y agravaba la situación de los miles de damnificados que dejó la devastadora tormenta.
En Gonaives, las tropas de paz argentinas desplegadas en la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití rescataron el miércoles con un helicóptero a 20 médicos cubanos y a decenas de civiles haitianos que habían quedado totalmente aislados por las inundaciones y esperaron 30 horas en el techo del hospital.
Según informó la Cancillería, fue luego de que el canciller cubano Felipe Pérez Roque se comunicara el martes con su par argentino Jorge Taiana para solicitar ayuda.
Además, el Gobierno argentino ofreció a Cuba asistencia humanitaria, a través de la Comisión Cascos Blancos, para paliar los efectos del paso de Gustav.
|
|
|