El desbordamiento de ríos y quebradas obligó ayer a evacuar más de 1.000 personas en ocho cantones de Guanacaste.
Los efectos más severos los sintieron vecinos de Carrillo, Santa Cruz y Liberia, donde decenas de viviendas fueron inundadas, informaron la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) y la Cruz Roja Costarricense.
El paso de vehículos por la vía que une Liberia, el aeropuerto Daniel Oduber y los cantones de Carrillo, Santa Cruz y Nicoya estuvo cerrado cuatro horas debido a la crecida del río Tempisque, que amenazó con sobrepasar el puente en Guardia.
Las lluvias intermitentes se han mantenido en el Pacífico Norte más de 24 horas continuas. Las origina la nubosidad que arrastra la tormenta tropical Hanna , que se desplaza por el mar Caribe.
Esa situación obligó a que ayer la CNE declarara alerta roja en Guanacaste y los cantones de Montes de Oro y Puntarenas. Asimismo, puso en alerta amarilla el Pacífico Central y Sur y el Valle Central.
Daniel Gallardo, presidente de la CNE, hizo un llamado a la ciudadanía para que evite cruzar los ríos crecidos, ya sea a pie o en vehículo. “Las últimas víctimas mortales se debieron a que se arriesgaron a cruzar ríos”, dijo.
Incomunicadas. Pequeñas comunidades de los cantones de La Cruz, Hojancha, Nandayure y Nicoya permanecían anoche incomunicadas debido a deslizamientos en las carreteras de acceso.
El Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) informó de que las vías principales estaban transitables, pero se advirtió que en caso de algún peligro se cerraría el paso por el tiempo que dure la emergencia.
En cuanto a daños concretos, solo se informó de deslizamientos que afectaron el camino que va de Miramar a Arancibia, en el cantón de Montes de Oro, Puntarenas.
Daniel Gallardo dijo que el acueducto de esa comunidad también fue destruido y se quedaron sin agua potable 35 familias.
Paralelamente, en Santa Teresa de Cóbano, Puntarenas, se reportó que un deslizamiento semisepultó dos viviendas, sin que hubiera víctimas. La familia salió antes, informó la Cruz Roja.
Pérdidas. Adolfo Sáenz, de la Cruz Roja de Santa Cruz, dijo que en ese cantón se abrieron 10 albergues pues decenas de familias perdieron los comestibles, ropa y muebles debido a la inundación.
Floribeth Angulo, vecina de Limón de Santa Cruz, expresó: : “En mi vida nunca había visto que se inundara este sector. En mi vivienda todo quedó inservible”.
En Nosara de Nicoya, entre tanto, José Antonio Méndez, un comerciante dijo: “Nunca había visto unas inundaciones similares”. Agregó que estaban aislados y el problema mayor era la carencia de comida. Colaboró la corresponsal Ingrid Morales.
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