La crisis por la falta de agua a medida que pasan los días se agudiza y en algunas zonas del departamento Copo, donde por falta de medios y recursos no se puede llegar con el agua potable, la gente estaría ingiriendo la que se extrae de pozos y en muchos casos ésta tiene arsénico, según lo revelaron docentes y agentes sanitarios de escuelas y postas sanitarias de las zonas más afectadas.
En efecto, la falta de lluvia, desde hace ya más de ocho meses, en el departamento Copo afecta a todos, pero se siente más en la zona sur, donde los habitantes de las poblaciones están consumiendo agua que no es la adecuada.
Esta situación fue también confirmada por el propio intendente, Manuel Osvaldo Castillo, de Monte Quemado, quien cuando se le consultó al respecto, textualmente expresó: “Estamos trabajando desde la Municipalidad con dos camiones para transportar y proveer de agua potable a más de veinte mil personas dispersas sobre una superficie superior a los 35.000 kilómetros cuadrados, donde para llegar con el agua hay que recorrer distancias de hasta 80 o más kilómetros, por caminos que muestran el efecto mismo de la sequía que se atraviesa”.
Agregó: “Si bien es cierto no tengo ningún informe especial sobre la situación de la gente en la zona comprometida con el arsénico, ayer decidimos enviar a la zona afectada un camión con agua potable”.
Es importante destacar que desde Recursos Hídricos de la Provincia se envían camiones para aportar más líquido y llegar a más poblaciones que necesitan del mismo.
Ganado
En tanto, por falta de agua es también crítica la situación del ganado, que se muere.
Las pérdidas del sector ganadero ya son importantes debido a la elevada mortandad de vacunos y el productor, en muchos casos por salvar de la muerte a su hacienda, condicionado por la sequía, la está vendiendo a precios irrisorios.
La crisis, a medida que pasan los días y no llueve, en el departamento Copo se profundiza. La gente en algunas zonas del interior se quedó sin agua para consumir y los animales sin agua para beber.
Además, sin pasturas, los animales caen exhaustos y sin fuerza hasta morir, sembrando de osamenta los campos, donde se hace evidente la necesidad de un milagro: la lluvia.
Hay esperanzas de que en algún momento se cumpla. |
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