La prolongada sequía, el rastrojo producto de la siembra directa, la baja humedad y en muchos casos la irresponsabilidad forman un cóctel explosivo de fuego que pone en jaque a bomberos, autoridades políticas, policía y agentes de defensa civil. En una semana, miles de hectáreas fueron arrasadas por las llamas en los campos del sur santafesino, pusieron al límite a los bomberos de varias localidades y abrieron un alerta sobre qué hacer. Aunque desde el Estado se afirma que las cosas estuvieron bajo control, muchos especialistas aseguran que la capacidad puede ser superada en cualquier momento.
Si bien el problema viene desde hace tiempo, fue hace una semana cuando se encendió la alarma en el departamento General López. En sólo 72 horas se quemaron más de 6 mil hectáreas en las zonas rurales de Chovet, Elortorndo, Cañada del Ucle, Firmat, Melincué y Carreras. La región se puso en alerta y debieron coordinarse acciones para prevenir nuevos focos. "Se recomendó a productores y vecinos que no prendan fuego porque se hace cada vez más difícil contralor los incendios de pastizales por la sequía", sintetizó el inspector de zona de la Unidad Regional VIII de policía, Víctor Moyano.
Por su parte, el jefe del cuerpo de bomberos voluntarios de Firmat, Fabián Ferrer, opinó que "la mayoría de los incendios son intencionales o por negligencia. Si alguien tira del auto una colilla de cigarrillo es suficiente para ocasionar un siniestro".
En los últimos días también se registraron incendios en el departamento Caseros. El más importante tuvo como epicentro a Arteaga, donde el fuego afectó unos tres kilómetros de banquinas de la ruta Nº 92 y casi alcanza a una acopiadora de cereal ubicada en el ingreso al pueblo.
En la zona de Casilda, en tanto, cerca de 700 hectáreas fueron afectadas en los últimos meses por incendios, según indicó el jefe del cuerpo de bomberos voluntarios, Germán Lucci. "Estamos constantemente recomendando a los vecinos que extremen las medidas de precaución", dijo. Allí, los bomberos acuden a los incendios con la policía a fin de judicializar los casos donde haya sospechas de intencionalidad.
Cuarteles "sin respiro". Ferrer y Lucci coincidieron en que a raíz de los incendios de pastizales el trabajo de los bomberos se incrementó notablemente y el personal está extenuado. "Tememos —apuntó Lucci— que el cansancio ponga en riesgo la seguridad del personal".
Los recurrentes incendios además están generando problemas económicos en algunos cuarteles. "Los gastos son cada vez más grandes y se hace difícil sostener la situación", reconocieron directivos de asociaciones bomberiles consultados por LaCapital.
Los bomberos firmatenses tienen de tres a cuatro salidas diarias y a causa de la nutrida actividad se le rompieron dos de las tres autobombas con que cuenta.
En Cañada de Gómez, en tanto, se registraron en lo que va del año fueron cerca de 200 incendios forestales. Los hombres del cuartel "no tienen respiro" y muchos de ellos, aseguran, han arriesgados sus vidas en el campo. Lo mismo ha ocurrido con los Bomberos "Guardia de la Esquina", cuya capacidad se vio colapsada hace siete días. Es que en los ocho meses de este año se llevan registradas casi el doble de salidas que el año pasado.
Tan preocupante es la situación que los productores agropecuarios mantuvieron esta semana una reunión con los peritos del cuartel de Cañada. Comentaron que es necesaria una urgente campaña para concientizar a la población, debido a que la mayor parte de los incendios se deben a "descuidos".
"Tuvimos un verano seco, un otoño sin lluvias y un invierno donde tampoco se registraron precipitaciones. Las consecuencias son las que se ven. Si no hay conciencia esto va a ir de mal en peor", dijeron dirigentes de Federación Agraria Argentina.
El jefe de la agrupación, Walter Corsetti, confió que uno de los últimos hechos cubrió un perímetro de 600 hectáreas en un campo ubicado a la altura del kilómetro 385 de la ruta 9. En este caso el fuego llegó a la autopista en construcción, a unos cuatro kilómetros del asfalto.
Los bomberos y Defensa Civil de Cañada pidieron a la policía y a los jueces del Distrito Judicial Nº 6 de aplicar "medidas más severas" cuando se comprueba que los focos son ocasionados.
Peligro, siembra directa. "Los incendios de campos tienen el agravante de encontrarse con suelos que son producto de la denominada siembra directa", expresó a LaCapital Raúl Melión, jefe de los Bomberos Voluntarios de San Gregorio, en referencia a que "al margen de la sequía y de las fuertes ráfagas de viento, existe una verdadera bomba de tiempo que es el rastrojo que queda tras las cosechas" en los campos cultivados con ese sistema.
"Entiendo que es una tecnología buenísima para el campo, pero es como si estuviéramos rodeados de papel impregnado con combustible. La gente de campo debe tomar conciencia de que es así, en días como los del fin de semana pasado, el fuego se torna descontrolado y arrasa con todo", dijo Melión.
El Cuerpo de Bomberos de San Gregorio estuvo combatiendo durante el fin de semana pasado dos incendios rurales en una estancia y en un campo en Diego de Alvear, donde con sólo 14 hombres necesitó la presencia de contratistas con sus tanques de agua, para apagar el fuego en varios frentes.
Kilómetros fatídicos. En el cordón industrial, la quema de pastizales en la zona del cordón industrial ha tenido y tiene su epicentro en la zona de banquinas a lo largo de la autopista Brigadier López, siendo su punto más critico el tramo comprendido entre el kilómetro 0 desde Rosario y el kilómetro 30 con el consiguiente peligro en el tránsito.
Si bien la sequía agravó la situación, los incendios, tanto en las banquinas o en campos aledaños, fueron una constante en el primer semestre del año, y también superaron incluso la capacidad operativa de los bomberos.
Por lo general se producen hasta cinco salidas diarias, y en muchas de las intervenciones las brigadas se ven desbordadas por la situación ya que en medio de un operativo son llamados para sofocar otro fuego En varias oportunidades la concesionaria Aufe cierra el tránsito por unos minutos, Lo que, en general, es rechazado por los automovilistas.
Lo cierto es que la actual sequía sólo agravó una situación que era de por sí compleja y que tiene desbordado el accionar de las fuerzas de seguridad. Los brigadistas trabajan a toda hora para sofocar los distintos incendios. El sur santafesino se ha convertido así en una suerte de polvorín a cielo abierto que en cualquier momento hace llama y llega a alguna ciudad. Algo que, por ahora, por suerte no ocurrió.
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