Por lo menos 500 muertos se contaban en Haití tras el paso del huracán Hanna, cuya cifra aumenta “hora en hora”, mientras que el ciclón Ike alcanzó la categoría 4 en la escala Saffir-Simpson de 5, meteoro que amenaza con azotar a esta isla del caribe y también a las Bahamas, Cuba y Florida.
Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), de la Organización de Naciones Unidas (ONU), más de 500 personas perdieron la vida por el paso de Hanna, pero el balance de víctimas fatales aumenta “de hora en hora”.
Una semana antes, Gustav dejó 77 muertos en este país, uno de los más pobres del planeta.
Unas 250 mil personas necesitan ayuda humanitaria sobre el total de 350 mil habitantes de Gonaives, una ciudad del norte de Haití, la más afectada por los huracanes, subrayó la OCHA.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) anunció que 650 mil haitianos, entre ellos 300 mil niños, fueron afectados por las inundaciones provocadas por las lluvias que cayeron tras el paso de tres huracanes: Fay, que causó unas 40 víctimas hace dos semanas, Gustav y Hanna.
En las zonas dañadas del país, particularmente debido a las inundaciones y deslizamientos de terreno por una gran deforestación, sólo los tejados emergen de inmensas capas de barro.
La situación es “catastrófica” en Gonaives, indicó el senador que representa este puerto, Yuri Latortue. “Unas 200 mil personas están sin comer desde hace tres días”, añadió.
El Programa Mundial de Alimentos anunció el envío a Haití de “alimentos, agua y ayuda humanitaria” por barco y avión.
Ambulancias recuperaban cadáveres en las calles de la ciudad. “No hay morgue en la ciudad, que está privada de electricidad. Entonces, quienes encuentran el cuerpo de alguien cercano, de un pariente, lo entierran enseguida”, atestiguó Youdeline Joseph, responsable de protección civil.
“Hay un olor desagradable en la ciudad”, indicó Charlie Rowley de la organización humanitaria Oxfam, aunque aseguró no haber visto cadáveres.
Las organizaciones humanitarias tuvieron grandes dificultades para hacer llegar las provisiones a las ciudades afectadas, algunas preocupadas por las condiciones de seguridad. El sábado Oxfam, Médicos sin fronteras, la ONU y la Cruz Roja estaban en Gonaives.
La organización no gubernamental británica Christian Aid se declaró preocupada por el peligro de tumultos en las próximas semanas. Haití había sufrido violentos tumultos debido al hambre en abril, tras una brusca alza en los precios de los alimentos.
Según la OCHA, la ONU lanzará en los próximos días un llamado financiero de urgencia para ayudar a 600 mil personas durante seis meses.
El calvario de Haití podría no haber terminado, ya que el huracán Ike, de categoría 4, fue calificado como “extremadamente peligroso” y debería pasar por los bordes de la isla, según el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos.
En las radios haitianas se transmiten mensajes de alerta este sábado para advertir a la población de los riesgos que podría causar Ike desde este domingo. El norte, donde se sitúa Gonaives, está específicamente advertido con una “alerta roja”.
Los cascos azules ayudaron el sábado a desalojar a miles de personas en Gonaives ante la amenaza de Ike, indicó Joseph.
El meteoro amenazaba las Bahamas –donde debería llegar la noche del sábado o el domingo– y la costa noreste de Cuba, donde estaría llegando la noche del domingo o la mañana del lunes.
Mientras, Cuba pidió hoy a Estados Unidos levantar las restricciones comerciales y autorizar a compañías estadunidenses a otorgar créditos privados a la isla para la compra de alimentos, si “realmente” desea ayudar a los cubanos afectados por Gustav.
También que “permita la venta a Cuba de materiales indispensables”, añade la declaración, que no menciona la ayuda de emergencia de 100 mil dólares ofrecida por Washington a La Habana.
Cuba declaró este sábado alerta ciclónica para su región oriental y comenzar desalojos en zonas de riesgo, ante la cercanía de Ike.
Las provincias de Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma, Holguín, Las Tunas y Camagüey, las seis orientales, “deben considerar que Ike puede afectar al país como un huracán de gran intensidad por lo que las medidas de protección que se adopten deben corresponderse con estas características”, indicó la Defensa Civil.
Para Florida, donde se espera el ciclón para el próximo martes, se trata de la peor amenaza desde el paso del huracán Andrew en 1992, el desastre natural más costoso de la historia del país hasta el que generó Katrina en 2005.
Por su parte, la tormenta tropical Hanna impactó este sábado las costas del sudeste de Estados Unidos y se dirigía a gran velocidad en dirección noreste.
Hanna se debilitó al tocar tierra firme y dejaría de ser una tormenta tropical hacia la noche del domingo, estimó el CNH, que advirtió que fenómeno podría ocasionar tornados aislados en los estados de Carolina del Norte, Virginia, Maryland y Nueva York.
También podría producir olas enormes y peligrosas con una marea de 30 a 90 centímetros por encima de los niveles normales, indicó el organismo.
Los gobernadores de Carolina del Norte y Virginia declararon el estado de emergencia. El gobernador de Carolina del Sur, Mark Sandord, hizo un llamado a desalojar dos condados.
A todo esto, el CNH informó que Josephine, que alcanzó categoría de huracán, se debilitó y ahora es una depresión tropical. Se encuentra sobre las islas de Cabo Verde y la actividad pluvial que ocasiona es mínima. El CNH desestimó que retome fuerza.
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