El devastador huracán Ike dejó ayer unas 47 víctimas fatales en Haití, más de medio millón de evacuados en Cuba, grandes daños en el archipiélago de las Bahamas, tras atravesar el Caribe con una potencia de categoría cuatro. En Haití, además, dificultó el envío de ayuda humanitaria, y en Cuba las autoridades suspendieron las clases, ante la amenaza de Ike. Tras arrasar el Caribe, el huracán fue degradado a categoría tres.
En Haití, con vientos de 215 kilómetros por hora, grado cuatro en la escala Saffir Simpson (de 5), desató fuertes lluvias que provocaron la muerte de 47 personas, 13 de ellas niños, sólo en la población de Cabaret, cercano a Puerto Príncipe, en el norte de este empobrecido país donde más de 500 personas murieron con el reciente paso devastador de los ciclones Hanna, Gustav y Fay.
El envío de ayuda para las víctimas de los huracanes se hizo muy difícil ayer porque algunas vías y puentes no resistieron el paso de Ike. El acceso a Gonaives, ciudad del norte del país, la más golpeada por los huracanes Gustav y Hanna que provocaron más de 500 muertos, estaba cortado, luego de la caída de un puente causada por Ike. “El puente cedió bajo la fuerza de las aguas del río en creciente y las pequeñas casas de los alrededores también están destruidas”, relató la senadora de la región, Edmonde Beauzile, en diálogo con la AFP.
Un responsable del Programa Mundial de Alimentos (PAM) indicó a la AFP que un convoy de tres camiones que partía para Saint Marc, a unos 60 kilómetros de Gonaives, tuvo que dar media vuelta a causa de la caída del puente. La ONU había intervenido el sábado con evacuaciones en Gonaives, ciudad todavía traumatizada por la tormenta tropical Jeanne, que dejó 3 mil muertos hace cuatro años. En Saint Marc, la ruta principal que atraviesa la ciudad también estaba cortada por un torrente de agua fangoso de hasta 50 centímetros de alto, que causó el hundimiento de la calzada.
El archipiélago de las Bahamas fue alcanzado en la mañana por Ike, que se abatió sobre la isla de Great Inagua, al sudeste, tras causar importantes daños a las islas Turcas y Caicos. Los mil habitantes de la isla de las Bahamas sintieron el impacto del huracán con vientos de 215 kilómetros por hora. El servicio de electricidad fue interrumpido en toda la isla, en cuya costa se levantaron olas inmensas. El viento derribó árboles y postes del tendido eléctrico en toda la isla y arrancó los techos de muchas viviendas. Los refugios que se habían instalado para el paso del huracán Hanna se mantuvieron abiertos.
En Cuba, las lluvias y fuertes vientos del huracán castigaron el extremo este de la isla. Allí, se registraron penetraciones del mar de hasta 400 metros y olas de siete metros de altura, que destruyeron un centenar de viviendas. En Baracoa, la ciudad más antigua de Cuba, a 970 kilómetros al este de La Habana, “los vientos, la lluvia y las inundaciones provocaron la destrucción de más de 80 viviendas”, señaló la TV local.
Las olas, de hasta siete metros, según el Instituto de Meteorología de Cuba (Insmet), “pasan por encima de los edificios de Baracoa”, en la provincia de Guantánamo “al punto de derribar tanques de fibrocemento”, indicó la Insmet. Unas 60 mil personas, entre ellas 24 mil en Baracoa, fueron evacuadas en Guantánamo ante la amenaza de Ike, que debe impactar al cierre de esta edición la provincia de Holguín (nordeste), según el Insmet. El municipio de Maisí (extremo oeste), también en Guantánamo, quedó incomunicado del resto de la isla.
Ante la amenaza de Ike, fueron evacuados más de medio millón de cubanos. En La Habana se temía por los viejos edificios del casco histórico, declarados Patrimonio de la Humanidad. Desde temprano, los habitantes de La Habana y otras regiones comenzaron a abastecerse de comida, combustible, velas y lámparas.
En la ruta probable de Ike también está Luisiana, donde el huracán Katrina devastó en 2005 la ciudad de Nueva Orleans; así como también los cayos de La Florida. Ya sobre el final de la tarde, Ike fue degradado a categoría tres a su paso por el Caribe. |
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