Cuba se preparaba anoche para recibir el impacto del poderoso huracán Ike, que dejó 37 muertos en Haití y amenazaba con un devastador recorrido a lo largo de la isla. Según el Centro Nacional de Huracanes (CNH) estadounidense, está previsto que luego se dirija al centro del Golfo de México, amenazando los yacimientos petroleros de donde Estados Unidos extrae una cuarta parte del crudo que consume.
Ike, un ciclón de categoría 3 con vientos de 195 kilómetros por hora, levantó olas de hasta siete metros y se adentró hasta unos 300 metros en la ciudad colonial de Baracoa, en la punta oriental de Cuba. La isla intenta todavía reponerse de la devastación causada hace 8 días por el huracán ‘Gustav’.
Las autoridades cubanas evacuaron ayer a más de 600.000 personas en el oriente y centro de la isla. En Varadero, el principal balneario de Cuba a 140 kilómetros de La Habana, las autoridades ordenaron evacuar a 13.000 turistas extranjeros.
En el Golfo de México, las compañías petroleras habían comenzado a enviar a sus trabajadores de regreso a las plataformas marítimas que fueron evacuadas antes de que Gustav llegara a Luisiana el lunes pasado, al oeste de Nueva Orleans. Sin embargo algunas compañías, como Shell, anunciaron ayer que habían detenido el regreso en caso de que se necesiten nuevas evacuaciones por Ike.
El precio del barril de crudo se había elevado antes de la llegada de Gustav, aunque luego cedió porque el ciclón perdió fuerza y no causó mayores daños en las plataformas y refinerías del Golfo. El viernes, el WTI cerró a u$s 107,89. Pero Ike, el quinto huracán de la temporada atlántica, amenaza con tener más fuerza que Gustav, elevando de nuevo los temores respecto del abastecimiento. |
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