Las intensas precipitaciones caídas el verano pasado anegaron grandes superficies del Norte salteño y aislaron a miles de pobladores, provocando además daños de relevancia a sectores productivos de la provincia.
La evolución climática que se viene observando para esta temporada, hace esperar precipitaciones de la misma magnitud.
Tecnicos del Gobierno advirtieron que "la situación de emergencia persiste en la actualidad por el extraordinario nivel de precipitación que se registró en la pasada temporada estival" y se advierte que el fenómeno climatológico del año en curso tiene similares características extraordinarias a las que se presentaron en la temporada anterior, "por lo que la persistencia de las inclemencias climáticas intensifica daños ya ocurridos y agrava el riesgo de otros nuevos".
En base a esto el Gobierno de la provincia elaboró un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNyU) que prorroga para este año, la Emergencia Hídrica en los departamentos San Martín, Orán, Rivadavia, Iruya y Santa Victoria.
Con este instrumento, el Ejecutivo provincial queda facultado para adoptar las medidas necesarias, pero tamién para incorporar las partidas presupuestarias que hagan falta.
Sostiene que resulta conveniente intervenir con medidas inmediatas para atenuar y prevenir posibles deterioros en obras como las que se encuentran en la zona del dique Itiyuro, embalse El Limón y la zona de influencia del río Pilcomayo.
El DNyU ya fue enviado a la Legislatura provincial, donde las cámaras disponen de 90 días para el tratamiento. Pasado ese tiempo, el instrumento se convierte automáticamente en ley.
La emergencia hídrica para los departamentos San Martín, Orán, Rivadavia y Santa Victoria fue declarada a través de la ley 7388 y prorrogada luego por la ley 7449.
A través del DNyU se señala que en 2006 y 2007 se trabajó para reparar daños de los fenómenos meteorológicos y que aún perduran consecuencias de los aluviones ocurridos.
Recuerda que se ejecutaron obras de gran magnitud como el puente sobre el río Seco, la canalización del río Tartagal, defensas en varios cursos de agua, se repararon caminos y se brindó respuestas a necesidades de viviendas.
"En 2008 se dio de nuevo un régimen inusual de precipitaciones, que superó largamente el promedio anual de lluvias", señala e indica que "la reiteración del fenómeno continuó generando torrentes e inundaciones en zonas afectadas en la temporada anterior, poniendo en severo riesgo la estabilidad y duración de las obras concretadas".
También dice que resulta necesario "acudir nuevamente en asistencia directa a los municipios, en los cuales se presentan los graves deterioros provocados por las lluvias, y a las poblaciones afectadas".
Estalece que como "el estado de emergencia reviste el carácter de público y notorio y ante la persistencia de la crisis, resulta impostergable disponer la prórroga de la declaración de emergencia hídrica".
Dos veranos para olvidar
Los dos últimos veranos definitivamente fueron para olvidar. El último día de 2006 el puente que cruzaba el río Seco fue arrastrado por las aguas y durante varios meses una buena parte del departamento San Martín y miles de salteños quedaron incomunicados y aislados; este año, la lluvia también hizo estragos, desde mediados de enero, poniendo en jaque a parajes de Rivadavia Banda Norte y a barrios capitalinos.
Las precipitaciones fueron insuales, nada relacionado con los registros de años anteriores a 2006. Las mediciones se acercaron a sus marcas históricas, dejando a varias zonas de la provincia bajo el agua. Solo la Capital estuvo a punto de superar su récord: hasta el 30 de enero pasado habían caído 346,6 milímetros y quedado a un paso de sobrepasar la marca histórica de 376 milímetros de 2001.
El Pilcomayo instaló la angustia en Santa Victoria Este y otros parajes cercanos, desde la segunda quincena del primer mes de este año. La primera crecida -por el agua caída en ese municipio, como en el sur boliviano- dejó a 3.500 personas aisladas, aunque la cifra luego se extendió a los casi 10.000 pobladores afectados: fue el peor momento para esa zona del Chaco salteño y el tiempo en el que se aceleraron los operativos de asistencia, teniendo en cuenta que ni un vecino tuvo que ser evacuado.
Hasta el vicepresidente de la Nación, Julio Cobos, llegó para relevar el área y disponer ayuda nacional para los damnificados que -se cansaron de repetir- nunca vieron al Pilcomayo tan embravecido: "Con el Pilcomayo nunca se sabe en esta época", decía la gente. De norte a sur, los parajes más afectados fueron La Puntana grande y chica, Hito I, Monte Carmelo, El Barrial, Misión La Paz, Padre Coll, Santa María, San Luis, La Esperanza y Aguas Verdes. |
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