Con motivo de la prolongada sequía las pérdidas en el sector ganadero en la zona comprendida por el Departamento Libertador General San Martín alcanzan al 50 por ciento lo que en pesos equivalen a sumas millonarias.
Los productores tienen mayores costos de producción y como contrapartida, bajan los índices de preñes como también el precio de la hacienda, lo peor es que cada vez es mayor la mortandad de animales, por falta de alimentación adecuada. Hay muchos que murieron por falta de condición corporal y otros que están severamente desnutridos.
Algunos terneros son separados de las vacas madres, totalmente enflaquecidas y reciben alimentación en mamaderas especialmente diseñadas y preparadas. Las aguadas naturales están secas y algunas perforaciones están al borde del límite. Lo más critico es donde no hay agua ni en las represas; las lagunas se secaron y la poca agua que queda en algunos reservorios no se puede utilizar para el ganado porque están salinizadas, debido al bajo nivel de las napas freáticas y animal que toma esa agua corre un alto riesgo de morir en pocos días.
No son pocos los productores que se ven obligados a malvender el esfuerzo de tanto trabajo. El panorama es desolador y las inversiones que estaban previstas para la presente campaña serán totalmente nulas. Como es obvio no se precisa con exactitud el total de la pérdida en ganadería y la mayor preocupación tiene el interrogante de cuáles serían los costos para tratar de sostener a la producción.
En el caso de la ganadería, a diferencia de la agricultura donde se puede calcular sobre la base de los rindes, en algunos casos aparecen registradas como pérdidas sólo las muertes de los animales por lo que se hace difícil calcular las pérdidas de producción a futuro. La mayoría de los ganaderos consultados coincidieron que cuando se evalúa, no sólo hay que considerar el daño productivo sino el daño también el social, que es más difícil de estimar, por lo que el cuadro no se va a solucionar con una lluvia inmediata de 200 milímetros ya que existe una rentabilidad social que se tiene que medir también con otro impacto diferente a la rentabilidad económica y la social no siempre se la mide.
Los productores sostienen que para recuperar al sector se hace necesaria una asistencia razonable y coherente La sequía, que lleva casi un año torna cada vez más dramática la subsistencia de la ganadería. Más allá de que lleguen las lluvias y esta situación se pueda revertir en los próximos meses, el daño que la sequía viene produciendo en la gente es incalculable. El daño económico, en lo inmediato, es ya irreversible.
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