Los vecinos de los barrios Salud Pública, Mercantiles y 14 de Octubre están más que preocupados por un arroyo de líquidos cloacales que corre por un cañadón. Es que al mal olor que desde hace un par de meses afecta al sector ahora se sumó la preocupación de que, con la llegada de los días de calor, las aguas verdes se conviertan en un foco de infección.
Los problemas comienzan en el cañadón que separa a los barrios Salud Pública y Mercantiles. Allí, del lateral oeste manan efluentes que forman un pequeño arroyo que cien metros más adelante es absorbido por una boca de tormenta que lo traslada hasta el extremo este de la ruta 7.
Si bien, en el cañadón no se evidencian signos de conexiones clandestinas de ningún tipo, los vecinos aseguran que se trata de aguas servidas que se filtran de la red cloacal del barrio. "Es indudable por el olor, y lo peor es que por ese cañadón pasan la mayoría de los chicos cuando vienen de la escuela", aseguró Ana, de Salud Pública. Desde la vecinal de 14 de Octubre - Copol, su titular, Manuel Díaz, apoyó la sospecha e indicó que "los problemas vienen desde hace un par de años pero últimamente están peor". El vecinalista agregó que "acá el responsable es el EPAS, porque ese arroyo que se forma seguro viene de la rotura de las cloacas de los barrios, que por las características del terreno no salen a la superficie sino que se filtran, y lo peor es que en ese proceso socavan el terreno de abajo de las casas y las calles".
En el extremo este de la ruta 7, la desembocadura de un canal pluvioaluvional se convirtió en una cloaca a cielo abierto en donde los olores son tan intensos que incluso generan ardor en la vista de quienes intentan acercarse. "Esto está así hace meses, es un arroyo de mierda, viene de Salud Pública, cruza la ruta y baja hasta las piletas de oxidación que tenía el EPAS", aseguró una vecina de 14 de Octubre, Sandra Durisburu.
La mujer enfatizó que "estamos hartos de vivir desde hace años con estos olores, porque primero fueron las piletas de oxidación, que están abandonadas, y ahora es este arroyo de aguas de cloacas". Y agregó que "en mi familia hace cinco años que compramos agua para tomar porque nos hemos enfermado muchas veces y ya desconfiamos que todo esto no esté llegando al río y contaminando el agua que llega a nuestras casas".
En tanto que Díaz advirtió que "acá hay una extensa responsabilidad del EPAS porque las piletas de oxidación están abandonadas desde hace tres años y también son un foco de infección porque nunca se realizó ni la remediación de las piletas ni la reforestación que desde el organismo se prometió que iban a hacer, sino que ahí están llenas de mugre y agua podrida".
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