Duras críticas al acuerdo firmado entre Mendoza y La Pampa por el río Atuel se escucharon en el foro convocado anoche por la Fundación Chadileuvú. Excepto el representante oficial, el resto de los exponentes puso en tela de juicio la voluntad de Mendoza de cumplir con este pacto y advirtió por los riesgos de salinización de los ríos de la cuenca y de una alteración en su funcionamiento de consecuencias imprevisibles.
De las seis exposiciones técnicas escuchadas en el encuentro de ayer, cinco cuestionaron duramente el convenio que el 7 de agosto firmaron La Pampa y Mendoza para compartir caudales recuperados del río Atuel y a cambio, dar el permiso para que el trasvase del río Grande al Atuel se realice en un punto no previsto en el Tratado del Río Colorado.
El foro tuvo lugar en el salón Los Pioneros y fue convocado por la Fundación Chadileuvú. Contó con la presencia de diputados, representantes institucionales, interesados en el tema, algunos estudiantes, y militantes de organizaciones ambientalistas.
El primer disertante fue el abogado y diputado Martín Berhongaray, quien analizó el fallo de la Corte Suprema 7 que declaró "interprovincial" al río cuando Mendoza pretendía que se lo calificara de río "interno". El legislador puso especial énfasis en señalar que este convenio no hace mención al trasvase del Río Negro al Colorado que deberá compensar el agua que se le saque al río Grande para trasladarla al Atuel. El resto de los oradores compartió esta observación.
Tras él, Walter Cazenave planteó objeciones conceptuales y técnicas. La conceptual -también compartida por la mayoría de los expositores y de la audiencia- es que un convenio se basa en la buena fe y en la buena voluntad de las partes. Y Mendoza tiene una tradición en no cumplir los acuerdos firmados con La Pampa y ha manifestado una sistemática falta de voluntad de alcanzar consensos. No sólo que vació de contenido la Comisión Interprovincial del Atuel Inferior (CIAI) -en 20 años no produjo resultados positivos, sólo dilaciones- sino que ni siquiera avisó a La Pampa cuando se acercaban caudales excepcionales o cuando el río estaba por cortarse.
En lo técnico, Cazenave advirtió el punto referido a la falta de definiciones sobre los "trasvases coordinados en el tiempo" y explicó que el sitio del emplazamiento del dique Portezuelo del Viento modificará la salinidad del río Colorado al punto que llevaría los valores en el ingreso a la provincia de Buenos Aires por encima de lo que permite el Tratado del año 1976. También comentó que no está determinado dónde nacerá el canal impermeabilizado Carmensa - La Puntilla y que hay otras posibilidades de recuperar agua que se pierde por infiltración no contempladas en el acuerdo.
El licenciado remarcó que la intención de Mendoza con sacar agua para llevarla al río Atuel no es desarrollar nuevas zonas bajo riego sino turbinarla en las centrales hidroeléctricas Nihuiles y obtener mayores regalías hidroeléctricas.
Cazenave cerró su exposición con una dura advertencia: "Ya hemos asistido a una serie de claudicaciones; ahora mi visión es pesimista, me pregunto si no estamos por asistir a una nueva claudicación".
Marco.
Términos igualmente duros tuvieron Jorge Scarone, quien comentó el análisis que se realizó en la tarde de ayer en un taller que tuvo lugar en la Universidad Nacional de La Pampa en el que se evaluaron los puntos fuertes, José Miguel Malán y Jorge Tullio.
Finalmente, Raúl Hernández habló en nombre de la Secretaría de Recursos Hídricos y en función de ello destacó los avances que representa el texto. Subrayó que se trata de un "acuerdo marco" sujeto a futuras "addendas" y convenios más específicos donde se puntualizarán estos cabos sueltos.
Recordó que en los últimos años no hubo ningún avance y que recuperar ese volumen de agua perdida era una alternativa que no se podía dejar pasar a la hora de buscar alternativas superadoras.
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