El proyecto minero Gualcamayo, para extracción de oro, que tiene un costo estimado en su desarrollo de 185 millones de dólares, está apenas a un kilómetro del límite con San Juan y compartiría la misma conformación geológica con La Rioja, por lo que la empresa Minas Argentinas S.A., subsidiaria de Yamana Gold, posee derecho minero sobre Salamanca, zona montañosa del distrito Guandacol, que en el futuro también puede desarrollar.
Riojanos de Santa Clara, Guandacol y Villa Unión trabajan allí, pero los empresarios y las autoridades sanjuaninas se pusieron de acuerdo para desarrollar, apenas iniciada la construcción de este establecimiento minero, el Programa de Desarrollo de Proveedores Locales y Comunidades dentro del Proyecto Gualcamayo, además de la contratación de mano de obra de la región.
Es así que el Proyecto Gualcamayo posee 587 proveedores locales pertenecientes a las comunidades cercanas, que incluye Huaco, Jáchal y la capital sanjuanina más 126 foráneos, para la parte especializada del proyecto, los que suman un total de 713 proveedores activos.
Los primeros dedicados al transporte de personal, movimiento de suelos y contratación de maquinaria local, incluidas perforaciones, construcción e ingeniería, servicio de comidas especializado, servicio de seguridad, la producción de insumos de producción local, equipos de seguridad y ropas de trabajo, por más de 100 millones de pesos.
En tanto, el volumen de compra a empresas sanjuaninas sumó de enero de 2007 a enero de 2008 un total aproximado de 98 millones de pesos.
Sucede que la compañía Minas Argentinas SA-Yamana Gold, aplica una política de responsabilidad social como “compras locales, mano de obra local, especialización de mano de obra local, y paricipación activa en proyectos técnicos con el municipio”, además de proyectos como forestación con algarrobo y el proyecto experimental de cultivo de olivos, pistachos y vides en la zona de acceso, a partir de la ruta 40.
Pero éste es un aspecto del desarrollo generado para la puesta en marcha de este emprendimiento, que tiene prevista una duración de 15 años de vida útil del yacimiento, aunque se asegura que puede ampliarse por muchos años más, como es el tendido de la línea de 132 kv a cargo de la compañía con una extensión de 210 kilómetros, la ampliación y mejora del suministro eléctrico de la población más cercana, como es Huaco, a 30 kilómetros, con la compra, que ya está en el establecimiento, de una estación transformadora y los aportes fiduciarios PIEDE.
La estimación de impactos económicos beneficiosos en la etapa de producción de la mina Gualcamayo, en base al precio de la onza de oro de 700 dólares, son el pago anual de 12 millones de pesos en salarios, pago de impuestos y tasas municipales, provinciales y nacionales por 150 millones de pesos “en toda la vida de la mina”, regalías mineras provinciales del 3 por ciento de 7 millones por año, beneficios económicos secundarios por 38 millones y fondo difuciario de desarrollo de infraestructura y servicios para Jáchal con un promedio de 4 millones los dos primeros años de producción, y más de 9 millones anuales desde el tercer año hasta finalizar la producción.
GEóLOGO RíOS GóMEZ: “LA RIOJA TIENE UN RICO Y GRAN POTENCIAL MINERO”
El hoy doctor en Geología, Julio Ríos Gómez, que trabajó por más de 20 años en nuestra Provincia en la Minería de la Nación, para luego doctorarse en España y regresar para desempeñarse en la actividad privada, ahora en San Juan como presidente de Gemera, dijo que “quiero volver a trabajar en La Rioja por ese rico y gran potencial minero que tiene y, que por cuestiones de tipo político, ha quedado aislada del contexto de la inversión internacional”.
Ríos Gómez estuvo recorriendo el establecimiento de extracción de oro conocido como Proyecto Minero Gualcamayo, invitado por Minas Argentinas SA en su condición de titular de esta sociedad de empresas mineras dedicadas a la exploración como es Gemera.
Consultado sobre esta actividad en nuestra Provincia dijo: “hay una gran expectativas de las empresas mineras, porque se vuelve a abrir una frontera muy rica. El pasado histórico de La Rioja lo demuestra así. No nos olvidemos que los pueblos originarios trabajaron la minería mucho antes que la agricultura y los diaguitas explotaron el Famatina y después llegaron los españoles”.
Ríos Gómez apuntó que no sólo su riqueza minera está en el Famatina, sino en “su cordón montañoso, incluso diría sus cuencas, que no sólo albergan posibilidades de recursos minerales, sino minerales fósiles, como el petróleo y el carbón. Son dos oportunidades que La Rioja no debe negar por el tema de regalía”.
En ese sentido señaló que si esta Provincia tiene un 70 por ciento de su superficie con montaña y sólo el 30 de territorio llano, de los cuales la mayoría son terrenos semidesérticos, tenemos que desarrollar lo que tenemos”.
En ese sentido rescató el potencial que posee la Provincia en minerales y no sólo de oro, que se utiliza tanto como metal precioso sino en elemntos en usos ultrasensibles de la informática, “sino minerales cruciales para el desarrollo industrial del país como el cobre, como es el molibdeno y el zinc, que posee y mucho. Hay que continuar trabajando para encontrar los yacimientos que se requieren”, igual que el “uranio, un mineral vituperado por lo de Chernobyl, pero que sigue siendo la energía menos contaminante y más limpia que hay, como lo es la energía nuclear”.
Pero también el especialista rescató, además del uranio riojano, “la gran cantidad de caliza que posee en la zona sur y Guandacol, todos los yacimientos de granito que poseen la Sierra de los Llanos, las rocas ornamentales de la construcción, el yacimiento de diatomitas que tiene la zona de Aimogasta para la industria del filtrado en la vitivinicultura y la industria química”.
EL AGUA
El uso del agua es otro de los temas que se cuestiona a la actividad minera, en este caso, el de cielo abierto, “y se habla como si se fueran a secar los ríos y acuíferos, pero cuando se evalúa la cantidad que traen y la que se utiliza, es poca cantidad, que en este caso (el Proyecto Minero Gualcamayo) es del 10 por ciento del caudal del río Gualcamayo”, calculada para regar 50 hectáreas sembradas, “pero vamos a tener ocupadas más dos mil personas, entre trabajadores directos e indirectos”.
Así inició el análisis de este aspecto el vicepresidente de Minas Argentinas SA (MASA), Mario Hernández, para plantear enseguida el interrogante de “si se hiciera un estudio del impacto en ocupación para ver si existe otro emprendimiento que con ese consumo de agua dé trabajo a esa cantidad de personas se llegaría a la conclusión que es difícil encontrar otra actividad productiva que tenga esa ocupación en mano de obra contra el consumo de es recurso natural renovable, como es el agua”.
Lo que va a necesitar el funcionamento de este proyecto, “incluida la disminución de polvo por riego”, serán 50 litros segundo, los que la empresa paga un canon por su uso y el agua recircula en el proceso metalúrgico y no se tira.
Al respecto, Hernández apuntó que “cabe recordar que el metro cúbico son mil litros/segundo, cuando el volumen del río Gualcamayo es de 300 a mil litros/segundo, y tiene aguas arriba un promedio de unos 300 litros segundo, escurriéndose superficialmente, porque hay mucha infiltración, de manera que al evaluarse todo el acuífero habría en circulación unos 500 litros/segundo, o sea que se está utilizando el 10 por ciento”.
Por otra parte, no existe aguas abajo ningún aprovechamiento de la cuenca del río Gualcamayo, ni se afecta el caudal de los ríos Guandacol, De los Piojos, ni Huaco, y el agua subterránea que se toma mdiante perforaciones "es ssuficiente ara el abastecimiento actual y futura, determinado a través de estudios geológicos y geofísicos de los acuíferos existentes”.
EL POLVO
La construcción y preparación de la explotación de la mina de oro a cielo abierto en Quebrada del Diablo, en Gualcamayo, ha generado ataques, en especial de ambientalistas y personas a las que les molesta la minería. Uno de los puntos de ataque es el polvo que se levanta en la zona. De allí que el geólogo Mario Hernández dijo se está haciendo una “reingeniería para que sea una operación limpia”.
Cuando surgieron protestas por el polvo que trasladaba en especial el Zonda o el viento sur, porque si no, queda en la quebrada, la empresa Minas Argentinas SA, subsidiaria de Yamana Gold, de la que Hernández es su vicepresidente se decidió a estudiarlo y monitorearlo, para luego construir una ingeniería que controlase ese efecto de las explosiones para “bajar” el mineral.
Aún cuando aseguró que “no es nocivo a la salud, aunque sí causa molestias, por lo que se suelen construir barreras de pino o álamo para justamente disipar la fuerza del viento y que el polvo quede ahí”, en el caso de la mina con “el sistema de supresión de polvo” que van a tener, esperan “disminuir su cantidad, ante la presencia de corrientes convectivas que existen en quebrada y que lo levanta, en vez depositarse por gravedad”.
Con los estudios previos han descubierto que la composición quìmica de ese polvo es cal, “y el carbono con el oxígeno es calcio, que se utiliza en la calcificación de los suelos. Uno de los materiales para el mejoramiento de los suelos en las explotaciones de soja son los residuos de la caliza en las caleras, porque hace un consumo muy fuerte del calcio”.
Y el polvo que se genera en Gualcamayo es eso: un material calcáreo en suspensión y si bien estaba previsto su presencia, al producirse más de lo provisto y generar reclamos, la empresa hizo un proyecto de reingeniería para disminuirlo “para que no se traslade a grandes distancias y produzca molestias a la gente de Guandacol, aunque siempre se depende de cuestiones climáticas”.
Para ello se amplió la red de energía eléctrica y se colocó “un sistema de bombeo de agua para trabajar con zonas más húmedas y no se levante polvo. Ahora se lo está poniendo a prueba”.
Igualmente, el geólogo Hernández insistió en que no debería producir ningún daño a la salud de las personas y “mucho menos a los animales”, asimismo, tienen una red de estaciones de monitoreo en distintos lugares, “no sólo en el establecimiento, sino en las comunidades también”, para determinar su composición química y “con qué variables climatológicas está asociado el polvo”, que coincidió con los días de mayores vientos. Así se descubrió que había veces que a la composición de carbonatos se le sumaban “muchos minerales arcillosos, provenientes de la cuenca del Bermejo cuando el viento viene del sur”.
En estos estudios de Minas Argentinas se dieron conque la tala indiscriminada del algarrobo desde Santa Clara (La Rioja) hasta Huaco (en San Juan) a principios del siglo XX significó una pérdida de una barrera del viento, “que ahora levanta más material”, a la vez que detectaron que el río Vinchina “aporta mucho material salino y el agua salada no estimula el crecimiento de las plantas” de allí que éste levante mucho polvo desde la llanura y el sur del río Bermejo, por un lado, y por el otro, está el Zonda haciendo lo propio desde el norte”.
“Todo estas razones —agregó Hernández— más la quema de pastizales, basurales o leña para calefaccionarse, crea una bruma blanquecina en época de invierno. Pero no es sólo en esta zona que ocurre, por lo que se han instalado estaciones de monitoreo de polvo en Huaco, Santa Clara, Guandacol y varias en el propio establecimiento, para tener un registro de cantidad del material particulado y calidad del mismo”. Sí se descubrió y se está haciendo un seguimiento, del sílice, para determinar si afecta a las plantas. El sílice es silicio y oxígeno. Si es anhidro forma el cuarzo y si está hidratado el ópalo.
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