En el gobierno de nuestro país existe inquietud por la demora en el dragado del Río Uruguay. Esta preocupación es compartida por los vecinos de Concepción de Uruguay y de Concordia en la Provincia de Entre Ríos. El Consejo Deliberante de esa última ciudad aprobó una comunicación sobre este tema donde solicitó a las autoridades que lleven a cabo "en forma perentoria un programa de emergencia que avance en la concreción del dragado desde el km. 0 hasta el puerto con una profundidad de 23 pies al 0 del Riachuelo".
El Río Uruguay puede convertirse en una hidrovía binacional argentino-uruguaya (a la cual podría agregarse Brasil, si se completara la esclusa en la represa de Salto Grande) que facilitaría el transporte de cargas entre los países ribereños y con los puertos de ultramar.
Pero existen dos grandes dificultades. La primera, y de menor envergadura, son los pasos con poca profundidad que impiden que los buques puedan bajar hacia los canales de navegación en el Río de la Plata con su carga completa. La segunda dificultad es política: aparentemente no existe un acuerdo entre Argentina y nuestro país, en la Comisión Administradora del Río Uruguay, para emprender las obras necesarias para dragar el río.

¿La causa de esa situación?
Básicamente, se trataría de una consecuencia del diferendo causado por la instalación de la empresa Botnia en Fray Bentos. Algunos sectores de la asamblea ambientalista de Gualeguaychú se han opuesto a las obras de dragado alegando que las mismas beneficiarían a aquella empresa.
La situación demuestra, primero, la persistente irracionalidad de los ambientalistas y, segundo, la falta de disposición del gobierno argentino de ponerle un límite a sus exigencias. Una actitud que está minando sistemáticamente las relaciones entre los dos países y que, ahora, llega incluso al extremo de perjudicar importantes intereses argentinos.
Es sabido que Botnia utiliza chatas de poco calado para al transporte de la celulosa. En realidad, los únicos perjudicados son los puertos fluviales de los dos países que reciben a buques de mayor calado y a través de los cuales se exportan productos agropecuarios de la región.