La mera posibilidad de que se reinstale un debate acerca del destino final de los efluentes de Alpat ha vuelto a reunir a los sanantonienses en la articulación de un discurso conservacionista que, como ocurrió tiempo atrás, podría contribuir a enriquecer la legislación rionegrina, mediante el tratamiento de una iniciativa que hoy será debatida en la Legislatura, y, paradójicamente, tiene al intendente local Javier Iud como su principal detractor.
"Parece mentira que 20 años después y luego de la realización de una audiencia pública debamos retomar una discusión satisfactoriamente cerrada, ya que reinstalar esta cuestión es desconocer un pasado plagado de acciones que nos enorgullecen" expresó Mirta Carbajal, una de las integrantes de la Fundación Ambientalista 'Inalafquen'.
Carbajal hace alusión a la vasta trayectoria en resguardo del entorno natural que los vecinos desplegaron a través del tiempo, ya que son pocos los temas que han logrado aunar los criterios de los lugareños de la manera en que lo han hecho los asuntos ambientales, salvaguardando gracias a esa conciencia actividades económicas como la pesca y el turismo.
En 1989, por ejemplo, cuando una importante empresa de combustibles planeaba construir un oleoducto que iría desde la provincia de Neuquén hasta Las Grutas, donde se instalaría una monoboya petrolera a 20 km de la costa del sector conocido como 'El Sótano', una comisión bautizada 'no al oleoducto' se opuso firmemente al proyecto y logró que la provincia legislara al respecto, condicionando el transporte de hidrocarburos.
Lo mismo ocurrió con las pilas de metales pesados abandonadas por 'Geotécnica', la vieja empresa fundidora que funcionó en la zona, que será remediada luego de la labor sostenida de un comité de trabajo local interdisciplinario, que llevó el tema a oídos nacionales.
"Así como nadie dudaría de la peligrosidad de un posible derrame de petróleo en el balneario, o de la necesidad de remediar las pilas de plomo, nadie debería objetar el grave daño que le ocasionarían los efluentes de Alpat al Golfo, y si para preservar nuestro mar hay que pensar en regulaciones que tengan fuerza de ley, no será la primera vez que actuemos en favor de ello" apuntó la ambientalista, que formó parte de aquel grupo opositor al oleoducto.
En la misma línea, el presidente del Concejo Deliberante, Daniel López, opinó qué "la comunidad toda rechaza enérgicamente la posibilidad de reabrir esta discusión porque los debates profundos por este tema ya se hicieron en el marco de la audiencia pública (Ver recuadro) en la que se acordaron las medidas de control y se eligió una zona de sacrificio como es el bajo El Riñón para el envío de desechos".
López, que cuestionó duramente al intendente Iud por considerar que "está defendiendo demasiado a Alpat alegando que no hay ninguna intención formal planteada por la firma para modificar el manejo de sus efluentes", llevará el tema a la sesión del Concejo que se realizará hoy.
"Presentaré un proyecto de comunicación dirigido a las autoridades provinciales rechazando la posibilidad del vertido de desechos al mar, para que quede formalmente registrada la posición del CD, que seguramente tendrá el respaldo de todos los ediles, porque hay un amplio consenso sobre esto" destacó.
Coincidiendo con este abordaje, la Legislatura rionegrina debatirá el proyecto elaborado en conjunto por los legisladores Magdalena Odarda y Mario De Rege, que sumó la adhesión de sus pares del circuito atlántico Adrián Casadei y María Inés Maza y el de nueve asociaciones, cámaras comerciales y ong`s locales que se unieron en la necesidad de manifestar su rechazo a la inquietud de Alpat
"Todas las organizaciones ambientalistas y sociales que conocen del tema están de acuerdo con el proyecto de prohibir el volcado de efluentes industriales al mar y aunque existen lobbies e intereses de dinero que trabajan en contra de la iniciativa, seguramente lograremos su aprobación en primera vuelta" manifestó la legisladora Odarda.
La funcionaria aseguró que "en el caso de que no se apruebe la ley seguiremos trabajando por una acción de amparo preventivo ambiental ya que el litoral marítimo no es de San Antonio, Viedma o Sierra Grande, sino de todos los rionegrinos".
La audiencia pública
Cuatro años atrás, precisamente el miércoles 2 de marzo de 2005, la sociedad sanantoniense estableció mediante el desarrollo de una audiencia pública el contrato social que permitió que las autoridades de Alpat pusieran en marcha su planta bajo la condición de cumplir con una serie de requisitos que preservarían el entorno natural, que serían auditados por los organismos de control.
El titular del Consejo de Ecología y Medio Ambiente (Codema), Oscar Echeverría, fue el encargado de abrir el debate en el que ante un público de 300 personas 30 disertantes expusieron desde las 9' hasta las 16' los pro y los contra de la habilitación de la planta, fundada en el inicio de las pruebas húmedas.
La disertación de los representantes de 'Alcalis de La Patagonia', que fue la primera escuchada por los asistentes y duró casi dos horas, se centró en garantizar que ninguno de los efluentes sólidos, líquidos y gaseosos generados en el proceso de producción serían arrojados al mar ni dañarían al medio ambiente.
En ese marco, el geólogo Mario Giaconi, que había sido contratado por Alpat para explicar las características del bajo El Riñón, donde se depositarían los residuos líquidos, afirmó qué el sistema "sólo puede ser utilizado si se impermeabiliza artificialmente, para que el flujo no llegue al mar", una postura en la que coincidió con los profesionales locales, que hoy cuestionan la implementación de esta medida de control.
La posición de Iud
Polémicas e inquietantes, las declaraciones del intendente Javier Iud en relación a la posibilidad de que se reinstale el debate acerca del vertido de los efluentes de Alpat a las aguas del Golfo "San Matías" fueron generando un malestar que trascendió el panorama político para instalarse en el seno de una comunidad que se muestra preocupada por la postura del funcionario.
"Como somos el único país del mundo que no vuelca sus desechos al mar sólo hay dos opciones que merecen ser debatidas, o somos los que mejor cuidamos el medio y todos los demás se equivocan, o los demás están en lo cierto y nosotros somos los únicos equivocados" manifestó el mandatario, minutos después del encuentro que días atrás mantuvo con el presidente del directorio de la firma, Fabián De Souza.
Para Iud "la empresa sostiene que la zona de sacrificio instrumentada en el bajo El Riñón, que fue la opción surgida en el marco de la audiencia pública, no se está comportando como se preveía, y por eso la reapertura de la discusión acerca del manejo de los desechos, que incluiría la opción de arrojarlos al mar, no me parece inapropiada, porque según lo que tengo entendido lo que pretenden tirar es agua salobre depurada de caliza y residuos y a temperatura controlada".
¿Un Error del Codema?
El reconocido geólogo Renzo Bonucelli opinó que las fallas que según los titulares de Alpat manifiesta la zona de sacrificio instrumentada en el bajo El Riñón para el vertido de los efluentes fueron ocasionadas por una distensión en los controles del Codema, que oportunamente no le exigió a la firma el revestimiento de los cuencos del reservorio con membranas especiales.
"Esta era una medida prioritaria que tendría que haber exigido el organismo antes de autorizar el inicio del funcionamiento, evitando el drenaje de líquidos salinos a la Bahía San Antonio" apuntó Bonucelli. "La circulación de las masas de agua presenta aquí un patrón particular, ya que ingresan por la zona sur de la boca del golfo y luego el agua sale por la parte norte. Esto se debería a que en el sur se encuentran aguas relativamente frías y de baja salinidad similares a la plataforma continental lindera, mientras que en el norte las aguas son las típicas del lugar, con mayores temperaturas y salinidades. Este sistema de circulación estaría asociado a una baja tasa de renovación del agua, que alcanzaría aparentemente solo a un 30% de la tasa de renovación que se verifica en la plataforma continental adyacente, por eso cualquier leve variable en los principales parámetros químicos del agua, como la salinidad, por ejemplo, provocaría profundas modificaciones en el ecosistema, produciendo un daño irreversible".
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