De desesperante fue calificada la situación del sector ganadero de todo el departamento Comandante Fernández, según la evaluación de los cuadros técnicos de la Sociedad Rural de Sáenz Peña consultados ayer por NORTE, producto de la intensa sequía que azota a toda la provincia del Chaco, agravada por las heladas del fin de semana último, que prácticamente “quemaron” el poco pasto que había crecido con las lloviznas de hace quince días. Se estiman pérdidas de entre un 10 y un 13% de las hembras, en tanto que el peso del ganado vacuno bajó entre 80 y 90 kilogramos por cabeza.
El cuadro de situación es desolador, porque condiciona severamente el desarrollo de la ganadería en esta parte de la provincia, donde no se registran lluvias de importancia desde al menos seis meses y, de acuerdo con datos oficiales, a esta altura del año se presenta un déficit de 345 milímetros respecto de la media de precipitaciones de los años anteriores.
Ni pastos ni aguadas
“No quedan pastos, los que hay están resecos, y no hay aguadas... Se han secado todas, por eso el ganado es llevado de un lado a otro”, resumió ante la consulta de este diario el ingeniero agrónomo Arnaldo Rearte, de la Sociedad Rural de Sáenz Peña, quien junto a otros técnicos y productores --socios de la entidad-- están realizando un trabajo de evaluación para determinar el impacto en esta zona de la fuerte sequía.
Alto índice de abortos
A raíz de la falta de pasturas, “se están produciendo abortos en vacas preñadas de cinco meses, lo cual significa un golpe mortal al productor, que había tenido expectativas de crecimiento en este año”, señaló Rearte.
A ello se agrega que por falta de alimentación, “las vacas no entran en celo, por lo que hablar de reproducción en estas condiciones, es sólo una utopía”, dijo.
De acuerdo a lo establecido en el marco de la lucha contra la fiebre aftosa, se anunció que el 1 de octubre comenzará la vacunación “y el productor no tiene recursos, no tiene perspectivas”, añadió.
“Hay inanición en las vacas”
“Las vacas perdieron peso de manera desesperante... hay un estado de inanición”, ilustraron ayer los productores nucleados en la SRA de esta ciudad.
En este sentido, el ingeniero Rearte dijo que el estado corporal de las vacas es de 2 y 3 grados. Además, los precios han bajado considerablemente, “y el productor opta por vender a 2,30 o 2,30 el kilo de la invernada, porque no tiene ni pastos ni agua”.
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