Dos curtiembres, un frigorífico y un desarmadero clandestino emplazados a orillas de la cuenca Matanza-Riachuelo fueron clausurados ayer por “constituir una situación de peligro para el ambiente y la salud de los vecinos que viven en sus alrededores”, señaló el subsecretario de Control y Fiscalización de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable nacional, Raúl Vidable. Las clausuras se llevaron a cabo en el marco de una serie de allanamientos ordenados por el juzgado Federal Nº1 de Quilmes –luego que lo solicitara la Autoridad Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar)- con el objetivo de revisar el funcionamiento de 34 empresas que en su momento se negaron a abrir sus puertas a los inspectores. La curtiembre porteña Gilbek SRL; Central Eláter, del mismo rubro en Lanús y Estancia Pesquelli, un frigorífico de Esteban Echeverría; así como también el desarmadero clandestino porteño encontrado en el lugar donde, en los registros, figuraba una curtiembre, fueron clausurados porque “tenían sus instalaciones en muy mal estado, manipulaban sustancias contaminantes sin los recaudos necesarios y echaban afluentes al cauce del río”, explicó Vidable. Las clausuras se suman a otras 150 que fueron efectuadas desde que la Corte Suprema ordenó el saneamiento de la cuenca. Los allanamientos fueron ordenados por Luis Armella, a cargo del Juzgado Federal Nº1 de Quilmes.
Participaron del operativo representantes del Organismo bonaerense para el Desarrollo Sostenido y la Agencia de Protección Ambiental porteña.
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