Para la doctora María Elena Otegui, no resulta sencillo referirse a las cuestiones hídricas relacionadas con el campo.
"Cuando uno habla de déficit hídrico, no hay un gen, y por una razón muy sencilla: no existe un único escenario de estas características. Todo lo que tenemos son genes mayores, resistentes a los herbicidas y a los insectos, por caso, pero no de déficit hídrico", sostuvo.
"De allí que la clave pasa por conocer el presupuesto de agua total, saber cómo se ofrece, ya que eso nos ayudará a elegir el cultivo y los rasgos de fenotipo (diseño de planta) que deseamos para ese ambiente", agregó.
En el mismo sentido, el doctor Federico Bert comentó que se dispone de muchas herramientas para evaluar el manejo de los sistemas agropecuarios frente a diferentes escenarios climáticos.
"Algunas de ellas son los modelos de simulación agronómica, donde se aportan informes sobre suelos, clima y manejos, que nos permiten predecir cómo serán los resultados. Esto es muy útil para evaluar la interacción entre el clima y el manejo del sistema", comentó.
"Como resultado concreto, nos puede dar que, en el caso del trigo, cuál es el comportamiento en las distintas estrategias, si ciclo largo o corto, con más o menos fertilización, y ante un escenario de secano", agregó Bert.
Ambos profesionales dialogaron ayer con "La Nueva Provincia" , en la jornada de cierre de Mundo Agro 2008, la tradicional jornada de capacitación para el sector vinculado a la producción agropecuaria desarrollada en el Hotel Sheraton marplatense.
"En realidad, algunas de las alternativas ya han sido adoptadas por los productores trigueros. Si bien no es la misma para el ambiente de Australia, porque la distribuición de lluvias es distinta, la estrategia en la economía del agua siempre consiste en definir el presupuesto de agua con que se cuenta, que es el resultante de la lluvia más el almacenaje del suelo y, luego, exponer el ambiente en el que estará expuesto el cultivo", amplió Otegui.
También dijo que, cuando se analiza un sitio con acceso de agua restringido, la clave es cómo se distribuye este presupuestro a lo largo de todo el ciclo.
"Es tentador suponer que la mayor parte se deja para definir lo reproductivo, que es lo que se cosecha, y así se deja para la floración; pero también sabemos que los cultivos son biomásicos y, si no hubo un canopeo que generó esa biomasa y que llenó los granos, no tendrá rendimientos", indicó.
"En el sudoeste bonaerense ya se realizan algunos cambios en cultivos que tienen algún escape a las deficiencias. Un ejemplo es la cebada, que ha ido creciendo en muchas rotaciones", explicó.
Dudas por los productos para zonas de sequía
Tanto Otegui como Bert coincidieron en marcar algunas reparos respecto de las venideras apariciones, acaso en 2012, de productos que podrán desarrollarse en zonas de secano.
"Es indudable que la liberación de este tipo de materiales, que prometen comportarse mejor ante situaciones de estrés hídrico, tendrá beneficios para los productores agrícolas, pero no sabemos cuánto. Tampoco cuál es la relación costo/beneficio", señaló el doctor Bert.
"Me parece un hecho muy importante, sobre todo a la hora de manejar tecnología. Pero sería bueno que no nos suceda como con el comsumismo; es decir, no compremos algo que no sabemos si nos va a servir, porque si no, a los dos meses, estaremos hablando mal de esa tecnología cuando, en realidad, es buena, pero nosotros carecimos de la información suficiente para adoptarla", explicó Otegui.
En el sudoeste bonaerense y en el este de La Pampa, zona triguera y ganadera por excelencia, los productores se han generado tantas expectativas que aprecian, más aún con las escasas lluvias de los últimos meses, que estos nuevos productos (con el liderazgo de la soja) pueden constituir la salvación del negocio. Bert discrepó con esto.
"No tengo dudas de que será un aporte importante, pero todavía no conocemos su magnitud. Pero yo sería un poco menos optimista que los productores de aquella zona; no pensaría en los nuevos productos como una salvación, sino en un elemento más para mantener la producción de los sistemas ante condiciones adversas", comentó el joven profesional.
Una asignatura pendiente
Respecto del tratamiento que se debe ofrecer a regiones de secano, la doctora María Elena Otegui comentó que también hay que entender qué variabilidad genotípica existe para ese ambiente.
"En esto, acaso tengamos una asignatura pendiente, porque nuestros mejoradores lo hacen por rendimiento y, en ocasiones, no nos saben decir qué hay detrás de un buen rendimiento en cierto ambiente", comentó.
"A veces, un cultivo se comporta bien ante el tipo de sequía de un ambiente determinado, pero esa seca no es la misma que la del sudoeste de Buenos Aires y no, necesariamente, va a funcionar cuando lo traslade a ese otro ambiente deficitario. Por ejemplo, los australianos no siempre consideran que la estrategia es hacer que el cultivo sea capaz de capturar y/o utilizar más agua, es decir, satisfacer a la atmósfera en su demanda", dijo Otegui, quien es ingeniera agrónoma egresada de la UBA, realizó su doctorado en Francia y posdoctorado en los Estados Unidos y es profesora de la Facultad de Agronomía de la UBA.
Agregó que han tenido planes de mejoramiento con éxito.
"Se trata de cultivares de trigo `salvaje', con un carácter de vasos xilemáticos más finos; en realidad, es como cuando uno toma de la bombilla: si es muy finita, cuesta más sacar el agua. Pero si la planta sufre, ¿para qué quiero esto? Sí, es cierto, aunque es preferible vivir crónicamente con una enfermedad que morir por una sequía terminal", explicó.
Respecto del tipo de suelo, Otegui expresó que en Australia es muy arcilloso y que el sudoeste también tiene características particulares.
"A veces, poseer suelos que ceden al agua lentamente ayudan a transferirla en etapas posteriores del ciclo. Uno se pone feliz con esto, porque el cultivo no se estresa, pero claro, se lo consume rápidamente", comentó.
Bert, quien en Mundo Agro planteó una situación ficticia de sequía para los años venideros ("Venimos de décadas muy buenas en cuanto a lluvias y no es descabellado suponer un escenario así", advirtió, para resaltar que esto no era un pronóstico sino un "escenario plausible"), sostuvo que hay que estar atentos respecto del clima.
"Debemos anticiparnos para poder manejar nuestros sistemas, siempre en respuesta al rango de posibilidades climáticas que podemos experimentar", aclaró.
El doctor Fred E. Below, de la Universidad de Illinois, Estados Unidos, quien disertó acerca de los recursos críticos del sistema de producción, destacó otra de las opciones para controlar el estrés hídrico.
"El etileno es un gas que producen las plantas cuando se sienten en situaciones de estrés. Incluso, este gas puede ser percibido por las plantas vecinas, aun si no están en la misma situación. Es como que las plantas hablan entre sí", contó.
También dijo que la respuesta a este estrés es a costa del rendimiento, con lo cual, si se puede controlar esa emisión de etileno, existe la alternativa de morigerar la problemática.
"Incluso, ya existen productos químicos como los fungicidas (strobirulinas) que reducen el nivel de emisión de etileno. Paralelamente, se desarrollan otros productos que pueden bloquear estas emisiones, como Invinsa", concluyó.
Entre elefantes en un bazar y Lionel Messi
Alrededor de mil personas participaron --entre el jueves y ayer-- de la edición de Mundo Agro, que debió postergarse (era en junio, en Buenos Aires) por el conflicto del sector con el gobierno.
Las jornadas, extendidas más de lo programado por el gran número de disertantes y por el interés de los asistentes en los espacios de consultas (el primer día empezó a las 8 y concluyó a las 20.15), dejó no pocas frases interesantes, particularmente en la apertura.
En ingeniero Ramiro Ruiz, de la consultora Servicios y Marketing (SEMA), que organizó Mundo Agro con el lema "Bases para el diseño y manejo de la intensificación de los sistemas agrícolas de producción", dijo que, en 2002, una de cuatro personas sabía que el campo era parte vital de la cadena industrial, mientras que tras el voto "no positivo de Julio Cobos", el porcentaje subió al 75% (3 de 4).
"Muchos saben, ahora, que la leche no sale de la heladera, sino de la vaca", dijo.
"La sociedad es más consciente del liderazgo del campo para generar riquezas. Es el sector que más invierte: es una fábrica de 32 millones de hectáreas y miles de empresas que invierten U$S 8.000 millones anuales", agregó.
El titular de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), Gastón Fernández Palma, destacó la participación de profesionales de compañías privadas e instituciones oficiales, quienes, no obstante las dificultades, siguen apostando a la productividad.
"Mientras los tengamos, las vacaciones de invierno siempre llegan, incluso para el agro. Cuando se vayan estos elefantes del bazar, habrá que ver qué dejan sano", disparó.
Por su parte, Ricardo Hara, presidente de la Asociación de Cámaras de Tecnología Agropecuaria (ACTA), comentó que la entidad, que festeja los 10 años de vida, está constituida por más de 240 empresas que proveen insumos por más de 6.000 millones de dólares anuales.
Señaló que "la clave para la Argentina pasa por la integración al mundo" y que la "innovación de la tecnología, por la dinámica del sector, es fundamental". Pero la frase que causó más sonrisas fue la siguiente: "No podemos seguir enviando a (Lionel) Messi al banco de suplentes". |
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