El gobierno formoseño ve con preocupación la creciente escasez de peces en las cuencas de los ríos Paraná y Paraguay, carencia que afecta a numerosos pobladores ribereños y mediterráneos de la región que viven del recurso, informaron fuentes oficiales.
En diálogo con Télam el director de Flora y Fauna de Formosa, Juan Carlos Orozco, describió la preocupación reinante en todos los gobierno del NEA que -en diferentes reuniones regionales- abordaron la problemática.
“Es un tema de permanente preocupación, porque muchos pobladores ribereños y no ribereños viven de ese recurso, y como hoy está escaso hay una inquietud tanto en el Estado como en la sociedad‘, expresó el funcionario.
Eso motivó reuniones entre representantes de los gobiernos de Formosa, Chaco y Santa Fe, de las que también participaron la Fundación Proteger y la Asociación de Pescadores del Chaco.
Orozco dijo que entre los aspectos debatidos abordaron ‘los vinculados a la administración pesquera y el estado de la situación biológica de los peces en la cuenca Paraná-Paraguay‘.
En relación al río Paraguay los conflictos por la pesca comercial indiscriminada y la violación a las épocas de veda son constantes, obligando a permanentes operativos de Prefectura Naval Argentina.
“Terminan casi siempre con un secuestro de cientos de metros de ‘mallones’ con medidas antirreglamentarias, generalmente en aguas jurisdiccionales de nuestro país”, señalaron a Télam voceros de la fuerza.
Un reciente encuentro realizado en Paraguay, que convocó a representantes oficiales de Paraguay, Brasil, Bolivia y Argentina, al que se sumó Arturo Mora, de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), y otras organizaciones ecologistas.
En esa ocasión los expertos evaluaron “el estado de amenaza de las especies de peces conforme con la lista roja de la UICN, a partir de varias investigaciones propias”.
El director ejecutivo de la Asociación Guyra Paraguay, Alberto Yanosky, calificó como “preocupante” al problema y, al igual que sus colegas, manifestó que espera una conciliación de ideas de los expertos para lograr un modelo de marco normativo, tendiente al uso sostenible de peces en la Cuenca del Plata.
El ministro de Ambiente del vecino país, Carlos López Dose, sostuvo que entre las causas de la despoblación de peces del río está la depredación causada por los pescadores, que usan mallas no permitidas para “colar” las aguas.
Por esa razón, en las últimas ediciones de los tradicionales concursos de pesca de dorados, surubí y corvinas en la región los organizadores adoptaron la modalidad de “pesca con devolución”, para amortiguar los efectos negativos de la actividad en el recurso ictícola.
Por otra parte, en las pescaderías y restaurantes de Formosa no es común encontrar pescados de río de la zona: “es más fácil conseguir pescados de mar” señaló la vecina Romina Argañaraz.
“Soy una mujer a la que le encanta el pescado, pero increíblemente estamos rodeados de ríos y es el producto más caro y difícil de encontrar en las góndolas” lamentó.
Ante este panorama la alternativa de los criaderos de peces comenzó a crecer como actividad comercial en la región, con la instalación de unidades de negocios en las ciudades de Clorinda y Formosa. Se trata de criaderos de pacú, aunque los comensales afirman que “el sabor no es el mismo”.
Orozco señaló que “como parte de un programa especial, durante la Fiesta de la Corvina se devuelven al río cientos de ejemplares de pacú”, aunque reconoció que “la medida no alcanza, y hay que concientizar mejor a la sociedad de los efectos de la depredación”.
También los pescadores deportivos reconocen el faltante: “antes, pescar un surubí de 40 kilos era algo casi común, pero ahora si se captura uno de 20 kilos hacemos una fiesta” graficó el experto Reinaldo Saporitti.
Pese a que en las áreas de recursos naturales de las provincias limítrofes con Paraguay coordinan celosamente las fechas de pesca y fomentan el respeto por las épocas de veda, las extensiones de los ríos -muchas veces- hacen casi imposible fiscalizar el cumplimiento, según lo reconocen las propias autoridades.
Sólo en Argentina las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones totalizan alrededor de 2.000 pescadores comerciales registrados.
De acuerdo a fuentes oficiales de Paraguay, son cerca de 14.000 los pescadores registrados por ese país y 20.000 los ilegales que, “en general, son familias que han emigrado del campo a la periferia de las ciudades, y al no tener trabajo fijo se dedican a la actividad pesquera para alimentarse”.
Los fenómenos meteorológicos también afectan al recurso, cuando escasean las lluvias o hay inundaciones, alterándose los ciclos biológicos habituales.
De la misma forma las represas y el volcado de aguas cloacales sin tratar contribuyen a la escasez de peces.
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