Vacas muertas de hambre por la falta de pasturas naturales y otras que aún se mantienen en pie, pero muy flacas y débiles, es el saldo que ha dejado la sequía registrada desde hace ya varios meses en los campos de Teniente Origone, en el partido de Villarino, al igual que en otras tantas regiones del sudoeste bonaerense.
A esa imagen, en la que prevalecen los lotes completamente secos, se le agrega una cuota de dramatismo y angustia cuando se huele el hedor que emanan los vacunos sin vida, y se observa su estado de putrefacción.
Como si esto no fuera poca adversidad para los ganaderos locales, las vacas preñadas en general paren los terneros ya muertos y, a posteriori, también ellas pierden la vida, como consecuencia de la falta de alimentación durante un período prolongado.
Según explicó Mario Lucarelli, presidente de la Asociación de Productores de Teniente Origone, la hacienda que se encuentra en estas condiciones no recuperará el peso perdido, a pesar de que ahora se la alimente con rollos de pastura o granos.
El ganado vacuno padece las consecuencias de la sequía desde 2006. El índice de preñez de este año oscila entre un 50 y un 60 por ciento, y el nivel de mortandad varía entre el 5 y el 20%; incluso, alimentando a las vacas desde hace varios meses.
De lo contrario, ese porcentaje de muertes hubiese sido mayor.
Cuando las vacas viejas no se pueden vender por su escaso valor, afirmó, quedan en los campos y mueren.
Durante el período 2006/2007, el stock ganadero del distrito de Villarino se redujo en 100 mil cabezas, y desde enero hasta agosto de este año salieron del partido 43 mil vacunos más.
Fernando Carrizo Fierro, quien preside la Asociación de Ganaderos de Villarino para la Sanidad Animal zona norte (AGAVISA), calificó como grave la pérdida del 27% del stock porque, de esta manera, Villarino dejaría de ser el sexto distrito de la provincia en cantidad de vacunos, sobre 110 planes sanitarios.
"Casi el 30% del stock es hacienda madre que se va y no vuelve al distrito y que, además, es capital de trabajo porque ésta es una zona de cría. Ese productor que vendió la vaca a más de mil pesos en marzo del año pasado, hoy la debe malvender en nuestro país porque no es posible exportarla", comentó Carrizo Fierro el jueves pasado, en la sucursal de AGAVISA que funciona en este pueblo.
"Así, se está `matando' a la última generación de productores sobrevivientes de estas nefastas políticas de tantos años", añadió.
Si no llueve en los próximos días y el mes venidero --alertó--, se cosecharán 10 bolsas de trigo como máximo y las vacas no quedarán preñadas a causa de su "pésimo" estado, por lo tanto el próximo año el stock de terneros será mucho menor que el actual.
Por eso, no sólo son graves las incidencias que ha tenido este año la intensa seca en la producción agropecuaria de esta zona, sino que el pronóstico para 2009 es aún más desalentador.
"Ya hay algunos productores que dicen: `Si esta zona no sirve para producir porque es limitada en cuanto al clima y al suelo, que nos paguen un sueldo por cuidar el territorio. Es una locura".
El plantel de vacunos de Norma Monaldi, una productora agropecuaria de la localidad, también está en muy mal estado y, a causa de la falta de pasturas, lo alimenta con rollos y balanceado. El costo de la alimentación artificial --subrayó-- equivale prácticamente al valor de su hacienda.
"Estoy indignada por las promesas sin cumplir de los gobernantes y a la espera de que ellos tomen cartas en el asunto", mencionó la mujer.
El productor ganadero Alvaro Ilgner resaltó la urgencia de créditos y subsidios, ya que, de otra forma, no se podrá seguir produciendo.
"Yo malvendí hacienda vieja porque tenía la idea de hacer engorde con sorgo, pero no pude debido a que el viento me voló todo. Además, la sequía nos azotó tremendamente; no esperábamos algo así", admitió Ilgner.
A su turno, Gustavo Dumrauf, productor agrícolo-ganadero de Teniente Origone, sostuvo que siente impotencia por no poder impedir la pérdida del fruto de tantos años de esfuerzo, justamente porque de éste depende su futuro y el de su familia.
Por esta crisis, su hijo de 19 años, a pesar de desempeñarse bien en las tareas rurales, desafortunadamente no puede estar junto a su padre en el pueblo, ya que debió emigrar a Bahía Blanca en busca de un empleo.
El ganadero Rubén Pérez también se vio obligado a alimentar sus vacas por la inexistencia de pasturas y el dinero no le alcanza para afrontar esos gastos. Así, coincidió con las demás personas en que urge la necesidad de la ayuda gubernamental.
"Se dice que las autoridades provinciales nos ayudan, pero hasta ahora no llegó ningún subsidio. El 90% del producto bruto de esta zona se encuentra en vacas y trigo", aclaró.
Natalia Aceistel es apicultora y su actividad, también, se ve afectada porque los últimos cuatro veranos fueron secos y escasos de floración por la falta de precipitaciones, motivo por el cual ha cosechado entre 10 y 16 kilos de miel por colmena, siendo el promedio de 40 kilogramos.
Señaló que esa cantidad no alcanza ni siquiera para solventar los costos de producción, y varios productores apícolas del lugar comenzaron a vender gran parte de sus colmenas porque "los números no dan".
En otro orden, precisó que existe una generación de productores mayores que se resiste a abandonar esta actividad por su apego a la tierra y porque no encuentra otras alternativas laborales.
"La gente más joven, como yo, quizá tiene menos capacidad de resistencia, por eso aprovecha cualquier oportunidad que se le presente y no está toda la vida esperando que llueva, o que el gobierno se apiade de nosotros", opinó Aceistel y agregó que actualmente en el lugar sólo quedan unos 60 chacareros.
Rafael Loncón, dueño de una empresa de hidrolavados y pintura, se autoproclamó como "un defensor del campo" y dijo preocuparle el alto grado de desocupación que hay en el rubro de la construcción.
"Porque cuando al hombre de campo le va bien, crea fuentes laborales, algo que escasea en el distrito. Defender a los agricultores de Villarino es muy necesario por el bien del resto de la población", consideró.
Luciana Haag, secretaria de la sucursal de AGAVISA en Origone e hija de un chacarero, coincidió en que el panorama agrícola es crítico. "Esto es una cadena. Si al productor le va mal, al empleado rural también".
Por último, el productor ganadero Ernesto Melinger refirió que el valor de la hacienda es muy bajo y el costo de los alquileres de campos es bastante elevado.
"Para subsistir, nos tendrían que quedar 800 pesos libres por la venta de un ternero de 180 kilos. Pero hoy nos pagan aproximadamente 500 pesos", declaró.
Año sin agua.
Desde septiembre de 2007 no se registraron milimetrajes de lluvia considerables en estos campos (de enero a la fecha llovió menos de 200 milímetros); en contrapartida, se presentaron días sin precipitaciones y muy ventosos, que provocaron la voladura del sorgo sembrado.
No obstante, Lucarelli aclaró que la mayoría de los chacareros pudo sembrar trigo normalmente porque llovió cuando era preciso, aunque más tarde hubo varias heladas y además no hay humedad en el suelo, por lo tanto estimó que los rindes de la próxima campaña rondarán los 600 kilos por hectárea (la media histórica es de 1.000 kilogramos).
Sin novedades de subsidios ni créditos
Además de las pérdidas económicas ocasionadas por las condiciones climáticas inadecuadas, los agricultores de Teniente Origone todavía esperan respuestas del gobierno provincial en cuanto a la posibilidad de, por ejemplo, otorgar subsidios e implementar políticas agropecuarias específicas para esta región semiárida.
"Los productores tienen bronca contra los gobiernos municipal, provincial y nacional. Ya tuvimos tres reuniones con la ministra de Asuntos Agrarios y Producción bonaerense (Débora Giorgi), y no tuvimos una respuesta suya en los últimos 45 días sobre los compromisos asumidos", señaló Carrizo Fierro.
Al respecto, remarcó que la Provincia prometió la entrega de un subsidio de 2.300.000 pesos para pequeños y medianos productores agrícolas, que se destinaría a la compra de rollos para alimentar al ganado, aunque todavía no hubo ninguna novedad en tal sentido.
Agregó que la presidente de la Nación, Cristina Fernández, se comprometió a brindar ayuda inmediata a los ruralistas de provincias afectadas por la sequía, a través de subsidios o un decreto de desastre agropecuario a nivel nacional, que aún no se sancionó.
Esto permite, expresó, que desde el Banco Nación se promuevan ejecuciones de campos y se soliciten secuestros de hacienda, y que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) intente cobrar el impuesto a las Ganancias por vacas que se deben vender para evitar su muerte.
"Tampoco se sabe nada sobre una política de crédito para el productor. El Banco Provincia, en vez de disminuir las tasas de interés para esta región, las aumentó, incumpliendo así la ley del sudoeste bonaerense, que obliga a la provincia de Buenos Aires a adecuarlas a esta zona diferenciada", fustigó el dirigente rural.
"Los créditos para comprar vacas mediante el programa Fuerza Campo, se dieron a un valor de 1.200 pesos por animal, pero se debieron malvender a 300 o 400 pesos cada una. Un productor sacó un crédito y paga el 22% de interés anual; es una afrenta para la región", continuó.
Afirmó que en la actualidad los chacareros necesitan créditos a dos años, con un año de gracia como mínimo debido a que ésta es una zona de "economía lenta".
Por otro lado, reconoció que a los agricultores locales les molestó sobremanera que el secretario de Agricultura y Ganadería de la Nación, Carlos Cheppi, quien conoce bien esta región (fue director del INTA Ascasubi hasta 1991), haya declarado que el gobierno no puede reducir las retenciones.
Otra de las cuestiones que exasperan al sector rural es el retraso en el arribo de los rollos provenientes de Tres Arroyos o Coronel Suárez, ya que la ley establece que los camiones deben circular únicamente en horarios diurnos.
Por lo tanto, dijo, los camioneros deben permanecer entre 10 y 14 horas en la balanza de control de peso de la ruta nacional 3, a los efectos de llegar a destino en los horarios determinados por la legislación.
"Pero para llegar a las 9 de la mañana a Origone, los camiones tienen que salir de Tres Arroyos a la noche. Los productores están desesperados por esos rollos, que los deben pagar el doble que hace tres meses (unos 200 pesos).
"No podemos lograr que Vialidad Nacional respete el decreto de desastre y sequía, y exima a los chacareros de esta zona de esos controles, porque están destinando esos rollos para salvar las últimas vacas que les quedan".
Estudios.
Carrizo Fierro explicó que se le solicitó al INTA Ascasubi la elaboración de estudios de rentabilidad de los productores agropecuarios de la zona de secano de Villarino norte, pero todavía no están disponibles sus resultados.
"Queremos que el INTA establezca cuál es la unidad económica rentable para esta zona. Así le demostraremos al gobierno nacional, por medio de un organismo técnico gubernamental, que para que la actividad agropecuaria en esta región sea rentable, el productor debe tener entre 1.000 y 1.200 hectáreas", confirmó el titular de AGAVISA.
"Qué deben hacer los muchos chacareros que poseen menos hectáreas. Esto provocará la muerte de todas las poblaciones rurales", vaticinó.
En tanto, remarcó que en los últimos 5 años se perdieron en Villarino 200 millones de pesos en concepto de retenciones a la exportación de trigo.
Audiencia y protesta.
Carrizo Fierro anunció que se analiza la posibilidad de realizar nuevamente medidas de protesta y acotó que se solicitará una audiencia con el intendente Raúl Mujica, para que luego haga público el incumplimiento de las ayudas provinciales y conocer de qué manera ayudará al sector productivo de Villarino.
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