Villa Mercedes no es ajena a la prolongada sequía que afecta al centro y norte del país. De marzo a agosto se registraron sólo 231.2 milímetros de lluvia. En lo que va de septiembre, las precipitaciones apenas alcanzaron los 8 milímetros. Este fenómeno acarrea graves consecuencias para el sector agrícola-ganadero, como así también para el resto de la población. Son más propensos los incendios de pastizales, se altera el ciclo de crecimiento de las plantas, provoca sequedad y polvillo en el ambiente.
Según adelantó Marcelo Ramos, del Servicio Meteorológico de la Quinta Brigada Aérea, el pronóstico no augura lluvias, por lo menos hasta mañana. De seguir así, el mes de septiembre podría repetir la suerte de los meses anteriores: de abril a agosto las lloviznas no superaron los veinte milímetros. Mayo fue el mes con menos precipitaciones y cayeron escasamente tres milímetros.
Históricamente, julio siempre ha sido uno de los meses más fríos del calendario y con un registro de lluvias regular. Sin embargo, los constantes cambios climáticos que se produjeron en los últimos años -provocados por los desmontes, la contaminación industrial y el calentamiento global-, marcaron algunas excepciones a la regla que hicieron que Villa Mercedes también experimentara alteraciones metereológicas.
Hace 60 días, el calor estival se había mudado al mes del invierno. A tal punto que algunas tardes de julio se asemejaban más a las de enero o febrero, con temperaturas que treparon hasta los 30 grados. Este cambio abrupto en el clima fue producto de una masa de aire cálido que se sintió en todo el centro el país.
Aquel “veranito mercedino”, produjo incendios de pastizales en distintos puntos de la ciudad. El más preocupante fue el incendio que se desató detrás del Policlínico Regional donde se encuentran los nuevos consultorios médicos. La actividad agropecuaria no quedó ajena a esa problemática, el incremento de la temperatura aceleró los ciclos de crecimiento de pasturas, aumentó la evaporación -por lo que se hizo difícil reponer el agua de lluvia-, y puso en riesgo la estabilidad del alimento para la hacienda.
Para la misma época, pero en el 2007, los ciudadanos soportaban temperaturas absolutamente opuestas. Calles y plazas estaban cubiertas de nieve y el termómetro superaba ampliamente los bajo cero. Otro alarmante contraste.
Este año, agosto tampoco desentonó con los demás meses: poca lluvia y mucha sequía. Ante ese escenario, los incendios de malezas no se hicieron esperar. Los frentes de fuego que se abrieron en la zona rural de Villa Mercedes, produjeron una prolongada polución de cenizas que llegaron hasta la ciudad.
Según los informes mensuales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el registro de lluvias de agosto alcanzó los 17 milímetros. El informe elaborado por el observador agrometereológico Mario Federigi, arrojó además que el promedio de precipitaciones desde 1903 al 2008 es de 14,1 milímetros.
Los puntos más afectados del país por la falta de lluvias son Santa Fe, Buenos Aires, La Pampa, Chaco y, en menor medida, la provincia de Córdoba. En tanto, los datos más alarmantes apuntan a la mortalidad de animales.
Instituciones como el INTA revelaron que hasta el momento murieron al menos 750 mil vacas, a las que se añaden millones de hectáreas de siembra devastada que ya registra, según las entidades agropecuarias, una pérdida de aproximadamente 2500 millones de pesos.
Las condiciones actuales de varias zonas del centro-norte del país provocaron que algunos productores decidieran no concretar la cosecha, ya que sus costos son más elevados que la pérdida de la producción. Al no llover, no crecen las pasturas y los ganaderos de hacienda reducida, que han sufrido pérdidas irreversibles, no alcanzan a comprar alfalfa. Como consecuencia, no sólo mueren animales sino que los que quedan no dan cría.
En el norte de Santa Fe, nordeste de Córdoba, este de Santiago del Estero, Chaco y Formosa, las lluvias que cayeron entre enero y septiembre representan apenas entre el veinte y el treinta por ciento del valor normal para la zona, y el peor registro histórico desde 1961, según informó el Servicio Meteorológico Nacional. Además, la sequía se extiende, aunque con distinta intensidad, en otras áreas productivas de la Argentina.
De marzo a septiembre
Las precipitaciones de marzo a septiembre en Villa Mercedes fueron las siguientes:
- Marzo: 184.5 milímetros
- Abril: 5 milímetros
- Mayo: 3 milímetros
- Junio: 5 milímetros
- Julio: 15.4 milímetros
-Agosto: 18.3 milímetros
-Septiembre: 8 milímetros
Fuente: Servicio Meteorológico V Brigada Aérea
Vaticinios
En el 2004, un informe de la Unidad de Cambio Climático de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable reveló que en la Argentina llovía un 20 por ciento más que hace 40 años. Por ese dato, muchos especialistas se animaron a avizorar que el país iba a estar más propenso a sufrir inundaciones. A cuatro años de aquel presagio, por la sequía las zonas agroganaderas ya alcanzaron pérdidas de hasta 4 millones de pesos, según señaló un matutino porteño.
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