HASTA EL momento, según acaba de admitirse, el Comité de Cuenca Hídrica del Sauce Chico fue un organismo más simbólico que otra cosa. En la práctica, no ha existido. Al menos, en cuanto al estudio de los diversos problemas que se presentan en la zona de incidencia y en la búsqueda de las soluciones aconsejables, tantas veces requeridas por los directamente afectados; entre ellos, los productores frutihortícolas establecidos en las inmediaciones de General Daniel Cerri. El funcionamiento de esta comisión ni siquiera se aproximó a lo medianamente razonable. Apenas un par de encuentros, como para cumplir una formalidad, pero sin desarrollar proyecto alguno, tal cual pudo escucharse en la reunión efectuada, días atrás, en nuestra ciudad.
DEL ENCUENTRO, participaron el directorio de la Autoridad del Agua de la provincia de Buenos Aires y los intendentes municipales de Tornquist, Villarino y Bahía Blanca, quienes suscribieron un acta de compromiso por la cual se establece la necesidad de avanzar en el relanzamiento del comité. En otras palabras, tratar de borrar cuatro años de absoluta inacción, tolerada por las autoridades provinciales, ya que aquella dependencia es, nada menos, que la encargada de implementar las políticas de manejo del agua en el territorio bonaerense. Responsabilidad nada intrascendente, pese a lo cual, el Sauce Chico siguió corriendo, sin que se instrumentara política alguna destinada a ordenar su aprovechamiento.
EL PANORAMA en el resto de la Provincia, donde funcionan otros 26 comités de cuenca, parece no ser mucho más auspicioso, pues sólo se constituían cuando aparecía una emergencia, de acuerdo con las palabras del ingeniero Raúl López, presidente de la Autoridad del Agua. O sea que los problemas surgidos en diversas regiones apenas merecían una reunión de compromiso, pero no intervenciones efectivas y constantes capaces de conducir a soluciones de fondo, que, seguramente, estarían esperando sectores productivos condicionados, en buena parte, al aprovechamiento racional de los ríos.
LOS INTENDENTES de Bahía Blanca, Tornquist y Villarino se pronunciaron por un giro de 180 grados en el funcionamiento del comité del Sauce Chico, de modo que pueda empezar a justificarse su existencia. Hasta el día de hoy, dicho curso de agua ha estado a merced del uso indiscriminado de sus beneficiarios, sin que se atinara a garantizar un aprovechamiento equilibrado y racional mediante una distribución equitativa que permitiera satisfacer las necesidades de los productores. Es significativa la expresión de deseos del titular del municipio de Villarino, Raúl Mujica, quien dijo que la celebrada días atrás no deberá ser una reunión más o la simple firma de un acta.
SI, COMO se espera, el comité comienza a funcionar en serio, podría encararse, por ejemplo, dentro de un plan consensuado de uso regular del agua, un programa destinado a atender los acuciantes problemas de horticultores que no siempre disponen del recurso para el riego de sus predios. En tal sentido, la construcción del derivador en el paraje La Horqueta constituye una prioridad por la cual se ha bregado con insistencia ante la Dirección de Hidráulica provincial, sin eco favorable alguno. A la vez de condenar la inoperancia de estos últimos cuatro años, corresponde abrir una carta de crédito para que, tras el compromiso rubricado, comiencen acciones serias y definitivas, por medio de las cuales puedan obtenerse del Sauce Chico los beneficios sociales y económicos por los que vienen peticionando aquellos productores.
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