El número de muertos que dejó el huracán Ike subió a 51 el miércoles pero se mantuvo ahí a medida que los equipos de búsqueda rastrearon toda la isla de Galveston en busca de supervivientes.
Un largo convoy de vehículos de rescate regresó a Houston después de pasar por delante de largas filas de automovilistas que intentaban volver a sus casas en la costa a pesar de las órdenes que lo prohibían. El intenso tráfico frustró a las autoridades de transporte, las cuales indicaron que entre el enorme número de autos habían equipos de emergencia y camiones que transportarían productos de primera necesidad de vuelta a la isla.
"No es un panorama bonito", dijo Raquelle Lewis, una vocera del Departamento de Transporte de Texas.
Lewis no estimó el número de vehículos atascados en el tráfico, que se extendía por millas una vez cruzado el primer peaje, que está situado a unos 31 kilómetros (19 millas) al norte de Galveston. La vocera pidió a los residentes de Galveston que no gastaran el poco combustible que queda en intentar volver a casa.
La gran confusión fue causada por las autoridades locales que permitieron regresar a la gente a Galveston tan sólo unas horas para que pudieran comprobar el estado de sus casas y sus negocios. Muchos de los conductores en la autopista bloqueada por el tráfico no sabían que la maniobra de regreso temporal había sido suspendida.
El secretario del Departamento de Seguridad Interior estadounidense, Michael Chertoff, volvió el martes por segunda vez a Texas para examinar los trabajos de recuperación después del aumento de críticas a la labor de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés).
Mucha gente en Houston, la cuarta ciudad más grande de Estados Unidos, seguía sin electricidad durante el quinto día consecutivo, lo que dificultó la labor de encontrar lugares que ofrecían productos de primera necesidad. Muchos preveían estar sin electricidad hasta dentro de una semana.
Equipos de salvamento en barcas usaron sistemas sónar para limpiar la basura que obstruía uno de los puertos más transitados del país.
El equipo Texas Task Force 1 pasó cuatro días llamando puertas por toda la isla para encontrar a los que decidieron quedarse en sus casas durante la tormenta. Algunos fueron evacuados mientras que otros decidieron quedarse.
Casi 6.000 personas dijeron que no necesitaban ayuda para evacuar y 3.540 tuvieron que ser rescatadas desde el viernes, dijo Katherine Cesinger, una vocera del gobernador Rick Perry.
Stephen Pustilnik, el médico examinador del condado de Galveston, dijo que los equipos han encontrado las cinco primeras víctimas en la isla de Galveston y otra en el condado de Brazoria. Las víctimas de la isla fueron tres personas con problemas de salud serios que decidieron no evacuar, una que se ahogó en un camión y otra que fue encontrada en la habitación de un hotel.
El número oficial de muertos en Estados Unidos debido al huracán Ike es de 51. La mayoría de muertes ocurrió fuera de Texas.
Antes de golpear a Estados Unidos durante el fin de semana, Ike dejó un saldo de más de 80 muertos en el Caribe.
En Houston, los residentes esperaban durante horas haciendo fila en frente de los centros de distribución de alimentos, agua y hielo. El alcalde Bill White se quejó de que la FEMA no envió la ayuda con suficiente rapidez. Funcionarios de la agencia respondieron que estaban solucionando problemas en las operaciones de ayuda y distribuyendo millones de comidas y agua cada 24 horas. Una vocera señaló que la FEMA pagará 30 días de alojamiento en un hotel a los residentes cuyas casas sean inhabitables.
Las secuelas de Ike se dirigen hacia el centro de Estados Unidos, donde han causado inundaciones y cortes de electricidad.
Ohio, Ilinois, Indiana, Kentucky y Pensilvania han declarado el estado de emergencia.
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