No son pocas las personas que se sorprendieron por este anuncio que el gobierno hizo con bombos y platillos. Entre ellos, algunos legisladores oficialistas que, por lo bajo, critican esta decisión del gobernador (y del ministro de Aguas, Antonio Ciancio, sobre todo) de disponer semejante cantidad de dinero sin ningún tipo de consulta a organismos especializados del sector privado. Claro, pero sólo por lo bajo y entre dientes, porque ninguno se anima a contradecir públicamente al mandamás provincial.
De la información oficial brindada a la prensa hay párrafos que merecen destacarse, porque no tienen desperdicio. Dice Información Pública que “el gobernador Hermes Binner presidió el acto en el Salón Blanco de la Casa Gris , junto al Ministro de Aguas Antonio Ciancio, el director de la UTN Reconquista Nicolás Dipaolo y el diputado provincial y ex director de esa casa de estudios Osvaldo Fatala”.
Luego de enumerar los beneficios que traerá la obra, la cantidad de habitantes y las localidades que se beneficiarán con la misma y de destacar que “el monto del acuerdo es de $ 2.361.155,- se transcriben párrafos de los discursos del director de la UTN Reconquista y del ministro de Aguas. Dijo Nicolás Dipaolo que “el acuedo sella un compromiso que es anterior al acto formal y comenzó con la asunción de las nuevas autoridades, que no dudaron en recurrir a la casa de estudios”. Dipaolo calificó al emprendimiento como uno de los “megaproyectos más importantes del país” y felicitó a las autoridades por confiar en los técnicos de la región.
Y del ministro Ciancio dice que “subrayó que la UTN no esperó a la firma del convenio para poner manos a la obra y destacó el trabajo que ya se ha comenzado en la universidad”.
Sin Mordaza dialogó off the record con algunos dirigentes norteños del Frente Progresista, que atribuyen la firma del convenio a la influencia del diputado provincial Osvaldo Fatala, ex titular de la Unidad Académica Reconquista de la UTN. Pero claro, todos ellos pensaban que el trabajo sería gratis o que, de última, insumiría sólo algunos pocos pesos del erario provincial, ya que comenzó a hacerse antes de la firma del compromiso correspondiente. Lo que nadie imaginó es que el estudio terminaría costando nada menos que el triple de lo que cobraría cualquier grupo de profesionales del sector privado, especializado en el tema.
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