La Legisladora Magdalena Odarda (ARI), presentó en el parlamento rionegrino dos iniciativas, en una de ellas le comunica al Parlamento Patagónico, se inste a la sanción de un “Nuevo Protocolo” para el Resguardo de la Calidad, Sanidad y Vitalidad del Agua de los ríos Limay, Neuquén y Negro, formulado a partir de que los efluentes cloacales e industriales sean analizados antes de que tomen contacto con el agua del río y determinados en base a una constante establecida entre la cota mínima de agua volcada al río y su límite natural de auto depuración.
De la misma manera le solicita al Ministerio de Producción de la Provincia de Río Negro que de inmediato aplique los términos del artículo 19, de la Ley 2175 que reglamenta la comercialización y el uso de pesticidas y agroquímicos en esta provincia.
En la iniciativa también le comunica al Departamento Provincial de Aguas (D.P.A.) y a la Autoridad Interjudisdiccional de Cuencas (AIC), la necesidad urgente de tomar medidas ante la inminente contaminación biológica y química a lo largo del río Negro y de toda la cuenca, conformada respectivamente por los ríos Limay y Negro.
Asimismo, que efectúe un relevamiento en cada municipio de la provincia, con el fin de conocer el tratamiento que se realiza a los efluentes cloacales como a los de origen industrial.
Y como Autoridad de Aplicación de las leyes provinciales, que realice la fiscalización de todas las plantas de tratamiento industriales o cloacales, a los efectos de detectar el incumplimiento de la normativa ambiental que rige en la materia. También los análisis químicos, bacteriológicos y radiactivos en forma periódica, sistemática y programada en la boca de cada planta de tratamiento, y se informe públicamente su resultado. (Leyes 3183 y 3185 “... la supervisión de los contratos de concesión de explotación de sistemas de agua potable, desagües cloacales, riego y drenaje...”.
Por ultimo le pide al Codema, que intervenga en la situación denunciada por las organizaciones y vecinos, brindando la información ambiental disponible y requiriendo información adicional a los organismos estatales pertinentes y a las empresas responsables -privadas, públicas o mixtas-, del tratamiento y descarga de efluentes al río Negro.
En parte de los extensos fundamentos que originan esta iniciativa parlamentaria la legisladora Odarda explica que los ríos constituyen un sistema integrado, en el que cada componente es importante e influye en el desarrollo de los otros. Cuando el equilibrio se mantiene podemos hablar de un río saludable, cuando no es así, toda la vida en torno a él se encuentra en serio peligro.
Los ríos, Negro, Limay y Neuquén, forman parte de una cuenca que tiene su origen en la Cordillera de los Andes. Casi un millón de habitantes viven de sus aguas, fuente de muchas de las principales actividades económicas del país. Por eso la necesidad de preservar este recurso que se basa no sólo en cuestiones estrictamente ambientales, sino además económicas, puesto que de su calidad dependerá cada vez más la vida que se desarrolla en sus márgenes. Es la segunda cuenca hídrica del país después de la del Plata, y recibe los desechos de un millón de personas, aproximadamente.
Serios riesgos corre esta cuenca desde la cordillera al mar, junto a muchas poblaciones y personas que viven de ella, si los Estados no adoptan medidas inmediatas para el tratamiento, en plantas adecuadas, de cada uno de los efluentes que desembocan en sus aguas a lo largo de todo su recorrido.
Diferentes organizaciones y asambleas pregonan que antes de derivar el agua residual al cauce de cualquiera de los ríos, el Estado debiera controlar la calidad del efluente para comprobar su inocuidad en cualquier organismo vivo.
Asimismo, Magdalena Odarda, cita a modo de ejemplo, que a la altura del Limay ya se ha observado un proceso de eutrofización con la presencia de algas. En el balneario de Cipolletti está prohibido bañarse por la contaminación del agua. El canal de los Milicos, muy poblado en sus márgenes recibe residuos industriales sin tratamiento adecuado.
Es así como gran cantidad de efluentes son derivados de la industria química, fábricas de papel, de baterías, una planta de cloro, frigoríficos, empaques, jugueras, bodegas y sidreras hacia el río Neuquén. Líquidos cloacales a lo largo de los tres ríos son derivados,
en muchos casos sin tratamiento adecuado o por saturación de las mismas plantas cuando su capacidad es insuficiente. Y esta situación se repite a lo largo de muchos municipios.
El común denominador en cada lugar es la ausencia de controles eficientes del Estado, y por ende, la total irresponsabilidad de las empresas privadas, mixtas y estatales.
Recientemente se ha conformado a lo largo de la cuenca, la Asamblea de Vecinos Autoconvocados por la Sanidad de los ríos Limay, Neuquén y Negro, la que señala certeramente a la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas —AIC— “…como el principal organismo legalmente responsable en administrar, usar, controlar y canalizar la financiación de las obras que garanticen, con absoluta prioridad, la preservación ambiental de los ríos citados. (Ley 23.896 del Senado y Cámara de Diputados de la Nación, ley 1.651, decreto 2.197 de la Provincia de Neuquén, ley 10.452 de la Provincia de Buenos Aires, y ley 2.088 de la Provincia de Río Negro)”.
A su vez, se insta a la creación de un “Nuevo Protocolo para el Resguardo de la Calidad, Sanidad y Vitalidad del Agua de los Ríos Limay, Neuquén y Negro, formulado a partir de que los efluentes cloacales e industriales sean analizados antes de que tomen contacto con el agua del río; y determinados en base a una constante establecida entre la cota mínima de agua volcada al río, y su límite natural de auto depuración”. Y se solicita al Ministerio de Producción de la Provincia de Río Negro, que de inmediato aplique los términos de la ley 2.175 que reglamenta la comercialización y el uso de pesticidas y agroquímicos en esta provincia.
Finalmente, insistimos en la necesidad de aplicar la legislación vigente, sólo con ello se evitaría, tanto a la población rionegrina como a su economía, el oneroso costo de los daños ambientales, los deterioros en la salud y el potencial riesgo económico que trae aparejado la contaminación de los ríos. Concluyo Odarda.
Foto: Archivo Programa Infoambiente
|
|
|