Después de recorrer el río Cauca, a su paso por el Valle, ¿qué sensación le queda?
El río deja una sensación agridulce, es alentador ver el interés concurrente de las entidades para poderlo recuperar, es alentador ver esfuerzos como los que se hacen en el parque ecológico, donde antiguamente había viviendas de invasión. Pero es muy dramático ver como, a estas alturas, no se han construido las plantas de tratamientos de aguas residuales.
Es escalofriante lo que hemos encontrado en materia de escombros en el río, la grave deforestación y la falta de compromisos para recuperar las orillas del río.
Usted que ha tenido la oportunidad de ver muchos ríos en Colombia ¿cómo se encuentra el Cauca en comparación con el resto?
La situación del río Cauca es grave. Hay zonas en la que el río está prácticamente muerto por la cantidad de carga contaminante que recibe. Hay muy buenas noticias, hay trabajos exitosos, pero la tarea es inmensa.
¿Qué le está pasando al río, de acuerdo con su percepción?
La situación del río refleja unos de más grandes pecados ambientales de Colombia en las últimas décadas. Es que Colombia asumió que no era posible sanear los ríos y había decidido convivir con ríos convertidos en cloacas. Para enfrentar esta situación hemos diseñado este conjunto de nuevas herramientas legales e institucionales porque Colombia tiene que ser capaz de recuperar sus ríos. Esto está inventado en el mundo.
Entonces, bajo ese panorama, lo que se deduce es que la situación es muy crítica...
Sí, pero lo que hoy sucede tiene un componente muy esperanzador, después de tantos años de buscar aliados para el río, hay un momento de convergencia en su propósito de saneamiento y yo espero que eso se traduzca en resultados concretos.
¿Cuáles serán las acciones que se adoptarán para lograr esa recuperación?
Yo diría que hay cuatro. La primera es lograr un cierre financiero integral para la construcción de las plantas de tratamiento de aguas residuales en Cali y en los distintos municipios. Para eso, hay unas fuentes definidas en el plan departamental en el recurso del Sistema General de Participaciones en los recursos que dispone Emcali para el tramo de Cali y en la sobretasa del predial que tiene la CVC.
Lo segundo tiene que haber una política muy drástica para evitar que se sigan arrojando escombros al río, esa es una responsabilidad puramente de los distintos alcaldes.
Lo tercero un programa de recuperación y reforestación de orillas a la manera del parque ecológico que ha hecho la CVC donde estaba antiguamente Villamoscas. Y cuarto un ejercicio complementario de las distintas entidades para mantener unos monitoreos permanentes frente a las fuentes de afectación del río, los vertimientos de naturaleza industrial.
¿Quiénes se tienen que comprometer en esta labor?
Aquí tiene que haber un compromiso de las instituciones, no es sólo tarea de la CVC o del Municipio. Aquí todo el mundo tiene que aportar, entre otras razones porque el solo plan de recuperación de las aguas servidas debe costar cerca de un billón de pesos y exige que las entidades aporten sus distintos presupuestos. El Gobierno está dispuesto con todo el entusiamo a salvar el río Cauca, ese es un objetivo que se puede lograr.
Juan Lozano
Nació en Bogotá y se graduó de abogado en la Universidad de Los Andes. Antes de ser ministro se desempeñó como Alto Consejero Presidencial, cargo que ocupó desde el 2004.
Fue el secretario privado de Luis Carlos Galán hasta su asesinato y también fue candidato a la alcaldía de Bogotá y alcalde de Bojacá.
El Ministro también tuvo una larga carrera como periodista. |
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