La sequía castiga con dureza a los principales departamentos agrícolas entrerrianos, pero la situación varía de acuerdo a las zonas, a la humedad acumulada en los perfiles antes del pulso seco y a la fecha de implantación de los cultivos. De todos modos, sea cual fuere la situación en las zonas más comprometidas, en el campo todos claman por lluvias generosas.
El Ing. Agr. Oscar Mildenberger, técnico de La Agrícola Regional, calificó a la sequía en Crespo y su zona como “una de las más severas de los últimos años”.
El trigo está “regular” y el rendimiento dependerá de las próximas precipitaciones. “Cada día que se atrasa la lluvia, son varios kilos por hectáreas que se pierden”, agregó.
En este contexto, el profesional estimó que se lograrían rindes de apenas “unos 1.500 kg/ha”, y “si no llueve se va ha reducir aún más”. “De hecho, con esta perspectiva, no se salvan los costos aunque sea en campo propio”, remarcó.
De seguir esta tendencia “hay varios lotes que se van a pulverizar con herbicida para luego sembrar soja en una fecha temprana”, vaticinó.
Con respecto a los granos gruesos, Mildenberger pronosticó que la superficie a sembrar con maíz “se verá reducida por el atraso en la fecha de siembra y los costos de producción”.
Es que para sembrar una hectárea de maíz en campo propio, explicó, se necesita “el equivalente a 50 qq/ha, aproximadamente, aplicando una tecnología media”. La mayoría, entonces, “se va a inclinar por trasladarse a soja, un cultivo menos riesgoso desde el punto de vista climático, con un costo menor y con una expectativa de mejor rentabilidad”.
Mildenberger, sin embargo, hizo la salvedad de que en la zona de Crespo, con alta demanda de maíz por parte de la avicultura, tal vez el cultivo “no caiga tanto como puede a suceder en otras zonas”.
EN DIAMANTE.
La situación por la falta de lluvias en el departamento Diamante es “más que complicada” le dijo el Ing. Agr. Javier Atencio a EL DIARIO RURAL. “Los primeros trigos sembrados ya están espigando y como consecuencia de la falta de agua, y las heladas, las pérdidas son casi totales en esos lotes”, subrayó.
Los ciclos más cortos, que fueron sembrados en julio, “la están peleando un poco mejor, pues todavía no espigan”, graficó Atencio. Los daños “no son tan graves hasta el momento”, aunque hay pérdidas “considerables”, agregó el profesional de la Cooperativa de Diamante quien, además, vaticinó a “título personal” que aun con lluvias “los mejores trigos no superarán los 15/18 quintales por hectárea”.
En cuanto al maíz, Atencio informó que en Diamante “no se ha sembrado prácticamente nada”, y día a día los productores “van achicando” la intención. El profesional, sin embargo, expresó su esperanza de que si llueve en lo que resta del mes “algo se va a sembrar”. Caso contrario, “lamentablemente todos los caminos nos conducirán a la soja”.
EN VICTORIA.
También en el departamento Victoria el panorama es muy complicado, aunque hay diferencias según los distritos.
La sequía, precisó el Ing. Agr. Jorge Ponce, “es muy importante” en Chilcas, Hinojal, Pajonal, parte de Quebrachito, y Corrales. Allí los cultivos de trigo “están secándose en las zonas con deficiencias físicas de suelos —barreros—”, informó.
“Los lotes más adelantados tendrán mermas seguras de rendimiento y muy poca posibilidad de recuperación”, mientras los mas tardíos todavía tienen posibilidades de “alguna recuperación, sin llegar a ser algo óptimo”. En esos distritos, además, “son muy pocos los lotes de maíz, con nacimientos irregulares, y con toda la actividad totalmente parada”.
Por haber tenido mejores lluvias, la sequía “está presente pero con menor intensidad en Antelo, parte de Quebrachito y parte de Montoya Nogoyá”. Allí, remarcó Ponce, los cultivos de trigo “aún en buen estado son los sembrados más tarde, por su menor desarrollo”, mientras los más adelantados, por su mayor requerimiento hídrico, “ya están empezando a sentir la sequía”, aunque si llueve “tienen capacidad de recuperación”.
Los lotes de maíz, en general, “están mejor nacidos y en las etapas iniciales”; por su poca demanda hídrica “todavía tiran”.
Ponce, finalmente, señaló que “las cosas están un poco mejor” en Montoya Victoria, Rincón de Nogoyá, y parte de Laguna del Pescado, aunque “no es para compadrear”. Allí los cultivos “aún están bien, y prácticamente sin estrés, excepto los trigos más adelantados que están empezando a sentir algo, pues están entrando a espigazón”, mientras los maíces “están bien nacidos”. De todas maneras, si no llueve “no tenemos asegurado el éxito de rendimiento de ningún trigo, por el déficit en general de reservas de todo el departamento”, remarcó.
Desde Sociedad Rural de Victoria, en tanto, se recordó que el contenido de humedad en el suelo “ha sido una limitante a partir de un otoño con muy bajas precipitaciones” y “una nula recarga de los perfiles edáficos” en el departamento.
La siembra de trigo, reseñó José Carlos Basaldúa, comenzó “muy tardíamente, con variedades de ciclo corto en su gran mayoría, lo que produjo una reducción en el área total sembrada en alrededor de un 20 %”.
“La última lluvia importante —de entre 30 y 50 mm— se produjo en julio, en agosto fue 0 mm y no ha llovido en lo que va de septiembre, con heladas en reiteradas oportunidades y algunas semanas con temperaturas elevadas para esta época del año”, agregó Basaldúa.
Estas condiciones climáticas generan hoy un panorama “muy malo para el trigo”, que está “muy afectado por la falta de humedad en el suelo, con amarillamiento y con mucha muerte de hojas inferiores y de plantas en los lotes o en sectores con suelos de calidad inferior”. Este panorama permite inferir “una merma en la producción que comienza a ser importante”.
La siembra de maíz, añadió el ex presidente de la Sociedad Rural de Victoria, está “muy atrasada” respecto de la fecha óptima de implantación, pero además “hay muy poca agua almacenada en los suelos para cubrir la primera parte del ciclo del cultivo, con lo que eso significa en términos de riesgo productivo sobre un cultivo que tiene un costo de implantación muy elevado (U$S/ha 540)”, observó Basaldúa.
En el caso de girasol, “también hay atraso. Si bien no es mucha la superficie que se hace, en el departamento generalmente se lo siembra después del maíz y la presencia de humedad en el suelo es una condición indispensable para la implantación, ya que una emergencia rápida y pareja es una buena práctica para el manejo de plagas como la hormiga y la paloma”.
La ganadería sufre en La Paz
En La Paz la situación “es variada” dentro del departamento “de acuerdo a la ubicación geográfica y las actividades que se estén llevando a cabo en los establecimientos”, explicó el Ing. Agr. Guillermo Bernaudo, técnico de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea).
Para la ganadería, en todo el departamento, la situación “es crítica”, remarcó el prestigioso profesional. “Los campos de monte, que ya venían con poca producción de pasto desde el otoño, están en una situación muy complicada. Sin pasto, con algo de rebrote, a principios de septiembre se detuvo el crecimiento por las heladas recientes y todo indicaría que de llover no podremos esperar una recuperación hasta entrado octubre”, precisó.
En los campos agrícolas, agregó Bernaudo, la situación tiene “algo más de variabilidad”. La mejor situación se encuentra en el noreste del Departamento, donde los trigos “están comenzando a encañar, en excelente estado hasta hoy, aunque necesitan urgentemente entre 40 y 60 mm de lluvias por haber secado el perfil”. En esa área, “se ha podido sembrar el maíz y el girasol temprano”, pero las implantaciones que se han demorado por algún motivo “ya no tienen humedad superficial para hacerlo”.
La agricultura en el centro-sur paceño está en una situación “más comprometida”. Los trigos “están encañando con síntomas visibles de estrés hídrico”, mientras las siembras de maíz y girasol “han estado mas comprometidas por la falta de lluvias recientes y quedan lotes por sembrar a la espera de agua”.
De no llover en esta segunda quincena de septiembre, advirtió Bernardo, todo se “nivelará” para abajo y “habría problemas serios incluso para comenzar la siembra de las primeras sojas”.
El campo clama por lluvias abundantes
La sequía se siente con fuerza en el oeste entrerriano. Los cultivos de trigo son los más afectados en los departamentos agrícolas más importantes. La siembra de maíz está paralizada y todo indica que muchos lotes, inicialmente previstos para ese cultivo, pasarán directamente a soja. También hay problemas en la ganadería por la falta de pasto.
La situación derivada de la sequía es cada vez más complicada en el oeste de Entre Ríos, donde la falta de lluvias se siente con fuerza. Los cultivos de trigo son los más afectados —ya es seguro que habrá menores rendimientos— y la implatanción de maíz está paralizada por la falta de humedad, por lo que el área sembrada será menor. Los pronósticos meteorológicos, para colmo, no son alentadores para los próximos días.
Si no llueve —y mucho—, entonces, las pérdidas podrían ser muy importantes.
TRIGO.
El último informe sobre el estado de los cultivos de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, en este sentido, señala que “es crítica” la situación del área triguera ubicada desde el centro hacia el oeste y sur de la provincia —región que abarca aproximadamente el 80% de la superficie total de la provincia—. Allí es “perentoria” la ocurrencia de precipitaciones que permitan frenar la pérdida de rendimiento que día a día se observa.
En sectores puntuales, donde el pulso seco se ha presentado con mayor severidad, agrega el trabajo de la Bolsa, “se ha reportado la pérdida de lotes, los cuales están siendo pastoreados o bien se han cosechado para la fabricación de rollos”.
Se manifiestan además síntomas de estrés hídrico, escaso desarrollo vegetativo, senescencia de las hojas basales e incluso muerte de plantas, fundamentalmente en las partes más erosionados de las chacras.
MAÍZ.
Las escasas o nulas precipitaciones desde mediados de agosto hasta la fecha, han ocasionado “un importante retraso en la implantación” del maíz y la disminución en la intención original de siembra.
En el trabajo de la Bolsa se estima que la intención de siembra “se ubica actualmente cercana a las 154.000 hectáreas”, cifra que representa “una caída en el área maicera del 18,1 %”. Esta disminución, se advierte, podría ser mayor de no producirse lluvias en los próximos días.
Los pronósticos
La difícil situación hídrica que atraviesa la provincia de Entre Ríos en particular y la mayor parte de las zonas agropecuarias del país en general, encuentra antecedentes muy lejanos en la estadística. “Si bien a lo largo de los últimos años siempre aparecieron zonas desprovistas de agua llegando a la primavera, la homogénea vastedad de este episodio hace que el mismo sea muy singular”, señala el informe de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos.
La transición estacional, remarca, “está siendo muy lenta, con poca actividad. Las masas de aire tropical no llegan o si llegan no se afianzan como para dar continuidad a condiciones ambientales más favorables para el desarrollo generalizado de sistemas precipitantes”.
A esta altura del mes, agrega el informe, “la presencia de aire cálido y húmedo debiera ser mucho más relevante”. Entre Ríos “es, en general, una de las primeras provincias en evidenciar las mejoras pluviales del comienzo de primavera”.
Luego del pasaje frontal que afectó a la provincia en las últimas horas, “se reposicionará el aire frío y seco, aunque en principio con menor eficacia. A partir del comienzo de la semana próxima nuevamente la circulación del norte facilitará la entrada de aire con mayor contenido de humedad. La situación tendería hacia el desarrollo de nuevos sistemas precipitantes hacia el viernes venidero”.
No se alcanzó la media de lluvias esperada
En ningún sitio de la provincia se alcanzó en lo que va del año la media esperada de lluvias. Ese es el dato saliente de un informe especial para EL DIARIO RURAL elaborado por el Ing. Agr. Pablo Fontanini, técnico de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, en donde se analizan los datos pluviométricos de los últimos 21 años.
En el trabajo, el profesional confeccionó cuatro mapas. El Mapa 1 presenta la distribución de la precipitación acumulada esperada entre los meses de marzo y agosto, elaborado con datos pluviométricos de un período de 21 años, desde 1985 a 2005.
Se observa que los valores de las precipitaciones acumuladas “se incrementan desde el sector suroeste hacia el noreste, con mínimos de 245 mm y máximos de 700 mm, ubicándose la media esperado 516 mm”.
Por otra parte, el Mapa 2 —realizado con la información obtenida de 107 pluviómetros, con los cuales se elaboran semanalmente los mapas de precipitaciones del Proyecto Siber— presenta la distribución de las precipitaciones acumuladas entre el período marzo–agosto entre 2004 y 2007, “midiéndose mínimos de 472 mm y máximos de 650 mm, situándose la media en 538 mm”.
ESTE AÑO.
El Mapa 3, en tanto, indica cuál ha sido la distribución acumulada de las lluvias entre los meses de marzo y agosto para este 2008.
Las precipitaciones “han mantenido un incremento en los valores desde el suroeste hacia el noreste, aunque con mínimos de 146 mm y máximos de 400 mm, ubicándose el valor medio en 227 mm”.
El Mapa 4, finalmente, presenta la relación entre los montos acumulados medios del peróodo marzo – agosto desde 2004 hasta 2007 y lo acontecido en este año.
“Los sectores de color rojo han recibido entre el 22,3 % y 30 % de la lluvia normal, los naranjas entre el 30,1 % y el 40 %, los amarillos entre el 40,1 % y 50 %, los celestes entre el 40,1 % y 50 % y finalmente los azules entre el 60,1 y 70 %.
En síntesis, remarca Fontanini, “en ningún sitio de la provincia se alcanzó la media esperada”. Los sectores “más beneficiados se ubicaron cercanos al 80 %, mientras que la mayor parte de Entre Ríos ha recibido aproximadamente el 42 % del valor normal esperado”