El intendente de Avellaneda, Baldomero "Cacho" Alvarez; el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, y la presidenta Cristina Fernández --en ese orden-- salieron ayer a pegarle palos al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y lo acusaron de "incumplir el compromiso de cofinanciar las obras de saneamiento del Riachuelo".
Fue ayer, en un acto en el teatro Roma de Avellaneda y a propósito de la precalificación de empresas para la construcción de plantas de tratamientos de líquidos cloacales en Dock Sud y Berazategui, un colector en la margen izquierda del Riachuelo y una planta potabilizadora en el Paraná de las Palmas.
Apelando a la ironía, la Presidenta se dirigió así a Macri: "Yo creo que van a tener que estar porque hay responsabilidad social, hay responsabilidad institucional que cumplir y eso es PRO (por el partido que orienta el jefe de Gobierno de la Ciudad) también. Cumplir forma parte de una actitud propositiva hacia toda la sociedad", reforzó Cristina.
La Presidenta aludió así al acuerdo Nación-Ciudad-Provincia firmado el 21 de septiembre del año pasado y a un "financiamiento múltiple" que incluye al Banco Mundial "para poder abordar estas obras que por supuesto las hacen los contribuyentes". Y enseguida le apuntó a Macri: "Hay un compromiso presupuestario por parte de la Ciudad de 1.000 millones de pesos a cumplimentarse entre el 2008 y el 2012.".
Cristina siguió con su andanada: "Lo más importante --dijo-- es la responsabilidad social porque los desagües además de venir de la zona norte vienen fundamentalmente de la Capital Federal que es la de mayor ingreso per cápita de la Argentina".
También el intendente de Avellaneda y Scioli amonestaron a Macri. El gobernador bonaerense "lamentó que el jefe de Gobierno de la Ciudad no aporte lo suyo y después se queje porque tiene llenos los hospitales con argentinos que viven en la Provincia". Scioli le recordó por último que "gobernar es hacerse cargo de los problemas".
La Presidenta aprovechó el acto para difundir algunos números positivos de la economía. Confirmó que el "superávit del último mes es un 36 por ciento superior al mismo mes del año anterior, 3.703 millones de pesos. Y el acumulado hasta agosto ya representa 28 mil millones de pesos, un 43 por ciento más alto que hasta agosto del 2007".
La Presidenta volvió a referirse a la crisis financiera mundial. Primero se quejó de quienes "nos cuestionaban y no fueron capaces de prever en sus propias instituciones, o tal vez en sus propios países, crisis como las que hoy estamos viendo, y que no nos alegran, al contrario".
Pero ayer, Cristina reconoció que "sabemos que si en los grandes centros (mundiales) hay problemas de algún modo o de otro siempre llegan, pero es la primera vez que la más formidable crisis de la que se tenga memoria no parte de los países emergentes, sí de los fondos de inversión tal vez pero no de los países emergentes hacia el centro, sino al revés, del centro hacia fuera", destacó.
Por último, la Presidenta criticó la "privatización del agua" que constituyó "un retraso no por la privatización en sí, sino porque el escenario social se hacía inviable" debido a que "los que más necesitan cloacas y agua potable son los que menos pueden pagarla. Al no haber rentabilidad empresaria tiene que estar el Estado con su rol indelegable e insustituible", explicó.
El macrismo respondió con un comunicado
Después de varias horas de silencio, en el macrismo emitieron un comunicado para rechazar las críticas de Cristina Fernández de Kirchner.
"El Gobierno de la Ciudad rechaza categóricamente la postura que ha manifestado el Gobierno al atribuirle a esta administración supuestos incumplimientos presupuestarios en las obras de limpieza y saneamiento del Riachuelo", sostiene en el primer párrafo.
El Gobierno porteño plantea que "tal como ha señalado el juez federal Luis Armella, designado por la Corte, esta jurisdicción es la única de las partes integrantes de la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo que ha dado cumplimiento al programa de inversiones requerido por el máximo tribunal".
En el final, el macrismo contraataca a la gestión nacional. Dice que "no ha cumplido con ninguno de los compromisos contraídos con los vecinos de Buenos Aires". Entre ellos, enumera "la seguridad, el transporte, la transferencia de los terrenos ferroviarios abandonados y el cuidado del espacio público frente a los piquetes".
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