El legislador hace mención a la importancia que, para el Sur de la Provincia, tiene la obra de traspaso del río Grande al Atuel.
El vuelco de las aguas del río Grande al Atuel, generará la posibilidad real de cultivar 75.000 hectáreas más para la Provincia.
Esto, en un mundo demandante de alimentos y de agua para las poblaciones, va a potenciar a la región sur de Mendoza erigiéndola en una de las regiones más apetecidas de Sudamérica como lugar donde producir, vivir y localizar inversiones. De hecho, hoy ya han comenzado a serlo.
Tiene el Sur grandes ventajas comparativas:
1- La laboriosidad de estos pueblos sureños, enriquecidos por corrientes migratorias que, disparando de la guerra y el hambre, se localizaron en esta región.
2- El conocimiento que se atesora en materia alimentaria que día a día se imparte en colegios técnicos secundarios, terciarios y universidades y que espera tener más y nuevas posibilidades.
3- La existencia de una fenomenal infraestructura de servicios en general, industria metalúrgica, industria de secadero de frutas, conserveras, concentradoras, servicios profesionales en todas las actividades, transporte de pasajeros, servicios bancarios, servicios de salud, etc.
4- Redes camineras que nos vinculan a todos los puntos cardinales del país que tiene su máxima expresión en el departamento de Gral. Alvear, vinculado al Sur del país por la ruta nacional 143; a la Capital Federal por ruta nacional 188; al centro del país por ruta 146; al norte de Mendoza por ruta 153; la salida internacional hacia el Pacífico y por ahí a los países del sudeste asiático a través del paso Pehuenche; en un futuro, por el paso de Las Leñas; un aeropuerto internacional en Malargüe; una aeroestación en San Rafael.
El agua del Atuel
En este esquema, de una región que imaginamos que es tierra de promisión, debemos inscribir el convenio con La Pampa, de mejoramiento de la infraestructura de riego en toda la cuenca del Atuel.
Concluir la segunda y tercera etapa del Marginal del Atuel, como también la impermeabilización de las redes secundarias y terciarias, es una tarea impostergable. No dar la oportunidad de que se realice, permitirá a la historia juzgarnos con todo su rigor.
Debemos luchar por todo aquello que signifique bienestar, aunque sean otros, nuestros hijos, o nietos, quienes lo aprovechen.
Debemos ser capaces de erradicar el flagelo de que sólo se aprovecha el 28% del agua del río Atuel.
Debemos contemplar que nuestros productores y futuros inversores tengan la cantidad de agua suficiente, en tiempo y forma, e ir encontrando la forma de preservar la calidad de nuestros suelos.
Tenemos la autoridad moral de decir que, en la década del 90 cuando por designio del pueblo de San Rafael fui su intendente hicimos, junto con la Sociedad Rural de San Rafael, Cámara de Comercio de San Rafael, luego se sumaría Gral. Alvear a través de su municipio, el reclamo al Gobierno Nacional ante la Justicia Federal, para que se resolvieran precisamente estos problemas de salinización, lavado y empobrecimiento de los suelos.
Hoy estamos teniendo la respuesta parcial a nuestros reclamos, la lucha tuvo sus frutos.
Vamos a tener la posibilidad de lograr las obras que mejoren la conducción del agua en ríos, canales e hijuelas como así también, tranqueras adentro, permitiendo a los productores llegar a tener los medios con los que pudieran mejorar la tecnología de riego de sus cultivos.
El calentamiento global
Por otra parte, si tomamos en cuenta los diagnósticos que nos dan, a consecuencia del calentamiento global, y en particular los retrocesos de los glaciares, en muy pocos años Mendoza tendría, como otras provincias del país, serios problemas en sus cultivos por falta de agua de riego.
Por lo tanto, es imprescindible el vuelco de las aguas del Grande al Atuel, de acuerdo al tratado sobre el Río Colorado, del 26 de octubre de 1.976 en el que en su artículo 3º, suscripto por el Coirco (Buenos Aires, Río Negro, La Pampa, Neuquén y Mendoza) se convino el trasvase de 34 m3/seg (otro Atuel más, dos ríos en uno), que corresponden a Mendoza sobre el Río Colorado.
Éste es el desafío: lograr tener más agua, más trabajo, más producción, más jóvenes que se queden a vivir en el sur de Mendoza, que vengan otros a ayudarnos a ser la región que soñaron nuestros abuelos y que comprendamos que las discusiones deben ser por lograr objetivos que nos hagan crecer.
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