Esta comuna está en el centro de la costa del Uruguay, pero no frente al río, sino 23 kilómetros al oeste, donde los conductos de extracción de agua termal no atraviesan el acuífero Guaraní -como otros-, por lo que no hay riesgo de filtraciones y contaminación del líquido potable de ese reservorio.
DETALLES. Las Directrices de Calidad para el Producto Termas son pautas de acción voluntaria, basadas en recomendaciones y especificaciones técnicas surgidas de la experiencia y avances tecnológicos, implementadas este año en el país por la Secretaría de Turismo (SECTUR) en tres de estos centros.
La evaluación, que se realizó a fines de agosto último, «fue también para las termas de Federación (Entre Ríos) y las de Río Hondo, en Santiago del Estero, pero Villa Elisa fue la única que había completado todas las etapas», dijo la coordinadora de Calidad y Servicios Turísticos local, Ivanna Charreún Corbet.
La funcionaria, quien expondrá esos logros en el Simposio de Turismo Salud y Termalismo que comenzará hoy en Río Hondo, agregó que «una directriz, por ejemplo, establece que debe haber un profesional que asesore permanentemente a quien ingrese a las termas, y nosotros lo tenemos».
BENEFICIOS. También destacó que en el predio, de 41 hectáreas, hay un lago para actividades recreativas, «cuya agua dulce se mezcla con la salada de las termas para evitar la salinización excesiva del terreno, ya que en Villa Elisa no se recicla el agua sino que se la descarta, pero en forma controlada».
El agua de estas termas es del tipo «clorurada sulfatada sódica, de fuerte mineralización», por lo que tiene acción terapéutica de usos dermatológicos, antiinflamatorios, de estimulación de las funciones y trofismo celular y actividad del metabolismo, según el material que se entrega a los visitantes.
También es útil en casos de enfermedades pulmonares obstructivas crónicas y afecciones circulatorias, tiene acciones antisépticas, estimula el sistema nervioso vegetativo y sirve para la recuperación de intervenciones quirúrgicas del sistema motriz, lesiones, afecciones reumáticas y rehabilitación neurológica.
En las ocho piletas, cuya profundidad llega a un metro y medio, el agua es regulada a variadas temperaturas y sus características están diseñadas para diferentes funciones.
Dos son uso pasivo -una semicubierta-, con hidromasaje a la altura de la cadera y chorros para las cervicales, otras dos son recreativas y parcialmente cubiertas y tres son abiertas, además de una de agua fría -mezclada con agua dulce- con olas artificiales, que se inauguró en febrero pasado.
En las de uso pasivo no se permite el ingreso de niños pequeños ni actividades de movimientos rápidos o agitados y, cuando hay mucha gente, los «hidrojets» se deben usar por tiempos limitados.
COMODIDADES. En las recrea-tivas, en especial en la de olas, los niños y grandes pueden nadar y jugar sin inconvenientes y también tomar clases de gimnasia acuática.
El complejo, que está rodeado por sembradíos de soja y maíz, incluye un campo de golf de nueve hoyos y la posibilidad de alojarse en un hotel o bungalows, en ambos casos de tres estrellas.
En el sector piletas hay también salas de primeros auxilios, kinesiología, fisioterapia y kinesiología, sanitarios con duchas, un restaurante y una cafetería.
Esa zona está parquizada con césped y algunas palmeras, en tanto las calles internas del complejo están bordeadas de árboles jóvenes, de lento crecimiento debido a la salinidad del ambiente.
Dentro del predio se pueden realizar caminatas por extensos senderos y pasear en bicicleta, mientras para el lago hay botes a pedal.
En el centro del espejo de agua hay una isla que al atardecer se puebla de garzas blancas, las que de a ratos despegan en bandada y se dibujan contra el sol poniente, como posando para la postal. (Télam)
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