Como dice el tango " la historia vuelve a repetirse", los dos países pequeños del Mercosur nuevamente ven pospuestos proyectos de desarrollo nacional, y por ende mercosurianos, al depender de la buena voluntad de los grandes que, como es habitual, no responden adecuadamente.
Brasilia fue este miércoles pasado el escenario del encuentro entre los presidentes Lula Da Silva y Fernando Lugo de Paraguay, en una reunión de 2 horas, cuyo eje se centró en el tratado de la represa hidroeléctrica Itaipú que controlan ambas naciones.
El debate fue intenso pero Brasil no cedió en revisar el acuerdo tal como lo pide el presidente paraguayo. Lugo exige que se renegocie el precio por la venta de energía que recibe Paraguay, ya que este es mucho menor al que debería percibir.
La hidroeléctrica más grande del mundo en funcionamiento produce solo unos US0 millones de dólares anuales en concepto de ganancias para el Paraguay cuando este reclama un mínimo US.000 millones. Brasil no lo acepta y sostiene que sólo puede discutir ese asunto a partir de 2023, cuando venza el tratado.
El resultado de la charla fue la concreción de una mesa de diálogo entre ambas partes, es decir, el viejo truco de crear una Comisión para extender en el tiempo cualquier resolución.
El ministro del Interior de Paraguay Rafael Filizzola, destacó que Brasil se ha beneficiado mucho con el estado actual del tratado de acuerdo de Itaipú que rige desde el año 1973, y evidentemente existe una resistencia muy fuerte en el ambiente político de ese país.
La ventaja, según su opinión, es que Paraguay tiene de su lado la razón y tarde o temprano se tendrá que revisar el tratado en términos equitativos para ambas partes. Fernando Lugo, al finalizar la reunión, fue muy parco, de todas maneras manifestó "no queremos regalos, sino un precio justo para nuestra energía".
Esta situación se repite con Argentina por la central de Yaciretá. Paraguay pretende multiplicar casi por nueve los ingresos que obtiene por la venta de la parte que le corresponde de la energía generada por la central hidroeléctrica de Itaipú, compartida con Brasil, pero fundamentalmente reclama la soberanía sobre ese recurso.
"Queremos tener el derecho de disponer libremente de nuestra energía" y ese es el primero de seis puntos que pretende discutir el gobierno del presidente paraguayo Fernando Lugo, ha dicho Roberto Colman, miembro de la comisión creada en Asunción para negociar tratados internacionales, como el que estableció la sociedad binacional de Itaipú.
Entre las aspiraciones paraguayas se encuentra la posibilidad de vender energía a terceros países, entre otros Uruguay, o elevar la parte de electricidad consumida internamente, aclaró Colman.
El gobierno de Lugo reclama un "precio justo"
Triple Alianza y los reclamos de Paraguay
Itaipú es la mayor represa hidroeléctrica del mundo y fue construida con capitales brasileños sobre el fronterizo río Paraná entre 1974 y 1982, cuando entró en operaciones con una capacidad instalada de 14 mil megawatts. Según el llamado Tratado de Itaipú, firmado en 1973 y que regula todo lo relativo a la represa, Brasil y Paraguay tienen derecho cada uno al 50% de la electricidad generada y la energía no utilizada debe ser vendida al otro socio, a un precio fijo. Paraguay sigue viviendo inmerso en la Guerra de la Triple Alianza, aunque en esta nueva versión, los agresores son dos.
Por otra parte, Uruguay, que ha acordado con el nuevo gobierno paraguayo comenzar a coordinar posturas comunes, se ve afectado directamente, ya que el presidente Lugo había comenzado conversaciones para poder vender energía excedente a Uruguay, como forma de avanzar en la integración energética y lograr cierta autonomía frente a Brasil, pero a la luz de los hechos, la integración regional energética solamente funciona y tiene perspectivas si es "bendecida" por los grandes de la región o, si es realizada entre ellos y para beneficio de ellos. Según el tratado bilateral, Brasil y Paraguay comparten a partes iguales la energía generada por Itaipú, cuya potencia se elevó a 14.000 megavatios en mayo de 2007, pero Asunción sólo puede vender sus excedentes a Brasil. Incluso para aumentar la parte que utiliza internamente tiene que avisar a su socio con cinco años de antelación.
Actualmente Paraguay consume apenas el ocho por ciento del total generado por Itaipú. La exportación de sus excedentes, de megavatios/hora, le aportan sólo 400 millones de dólares al año.
Pero si pudiera vender esa energía al precio de 80 dólares por megavatio/hora, fijado para el mercado mayorista brasileño por la agencia reguladora nacional, el total anual se elevaría a 3.500 millones de dólares.
Ese es "el precio justo", que constituye el segundo punto de las propuestas definidas en la comisión de negociación paraguaya.
Esos ingresos servirían para financiar una larga lista de planes y proyectos sociales del gobierno de Lugo, investido el 15 de agosto.
Foto: Archivo Programa Infoambiente
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