“El problema todavía no está solucionado. Falta un mes y los trabajos para potabilizar el agua avanzan muy despacio”, se quejó ayer desde Carlos Casares el intendente comunal, Omar Foglia (Coalición Cívica), preocupado por los altos niveles de arsénico, que tornan muy peligroso su consumo.
La situación no sólo afecta a este distrito donde viven más de 20 mil personas, sino también a Nueve de Julio y Pehuajó, cuyos jefes comunales firmaron el acta a través de la cual el presidente de Aguas Bonaerenses (ABSA), Guillermo Scarsella, se comprometió a remedir el inconveniente en seis meses.
“No se puede tomar agua de la canilla. Es probable que consumiendo este líquido durante años, una persona sufra diferentes problemas de salud, a raíz de la alta concentración de arsénico”, siguió el jefe comunal en diálogo con Hoy.
Si bien en los últimos días una Comisión Fiscalizadora de la ciudad ingresó a la planta potabilizadora donde se realizan los trabajos, los mismos avanzan muy lentamente, según el intendente.
“La última medición volvió a mostrar que el agua tiene 0,07 miligramos de arsénico por litro, cuando el máximo tolerable recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 0,01 miligramos por litro”, planteó Peli Foglia, quien constantemente recibe reclamos de los vecinos por esta acuciante situación.
ABSA realizó trabajos para potabilizar el agua con la construcción de una planta. Pero la misma se hizo mal. “Tenía vicios en su estructura. Y recién ahora se están cambiando filtros y haciendo arreglos”, continuó el intendente.
La planta, que tenía pérdidas por diferentes lugares, está ubicada a la vera de la ruta 5, en uno de los accesos a Carlos Casares, la tierra de Mouras y del rey de la soja, Gustavo Grobocopatel.
ABSA es la empresa que brinda el servicio de agua corriente y cloacas en 62 partidos bonaerenses, entre ellos La Plata y Bahía Blanca. La Provincia tiene el 90% del paquete accionario y debe apagar con dinero fresco sus recurrentes incendios presupuestarios.
Sus problemas financieros son de tal magnitud, que el ministerio de Economía ha designado un equipo técnico bajo la órbita de Rafael Perelmiter para regularizar la auditoría interna de la firma, que asumió la concesión en marzo de 2002 luego de la pulverización de la francesa Azurix.
Como todas las empresas que cuentan con participación estatal, ABSA se encuentra regulada por la ley 13.767 de administración financiera de la Provincia, la cual dispone que sus presupuestos deben ser aprobados por la cartera de hacienda.
Los auditores de Perelmiter comenzaron a trabajar en los primeros días de julio con la premisa de regularizar la situación, controlar e iniciar un proceso de normalización.
El relevamiento preliminar arrojó que de los 105 millones presupuestados para 2008, la compañía ya utilizó 90 millones en el primer semestre. Es decir, a fin de año Economía deberá apagar un nuevo incendio.
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