La tremenda sequía que no da tregua al campo ya es la peor de las últimos años. Y en algunas zonas productivas, como Pergamino, es la más grave en un siglo. El cultivo más afectado es el trigo, cuya superficie sembrada cayó alrededor del 22 por ciento, mientras que la merma en maíz se prevé que alcance el 18 por ciento.
Según un informe de la estación Pergamino del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el acumulado de lluvias en la región durante 2008 es de 281,6 milímetros. Este es el peor registro de los últimos 100 años y está por debajo del ciclo histórico más seco, que fue 1910, cuando hubo un acumulado de 329 milímetros para igual época.
Lo avanzado del año y la cercanía de la siembra de la futura cosecha gruesa 2008/2009 depara un escenario dominado por la incertidumbre climática. La campaña se inicia con escasas reservas de agua en el suelo. Sin un nivel de humedad adecuado, los cultivos no pueden crecer ni desarrollarse. Sólo la soja podría salvarse si se cumplen los pronósticos de lluvias para las próximas semanas.
Los especialistas prevén un escenario de lluvias "normales" y/o ligeramente "débiles" para la región pampeana en los próximos meses, que no van a ser suficientes para revertir la tendencia. Desde el INTA sostienen que, de confirmarse este pronóstico, se terminaría el año con poco menos de 700 milímetros anuales, que ubicarán a 2008 entre los años más secos de la serie.
Por otro lado, si hubiera una reversión para alcanzar los 1000 milímetros que son la media anual, las consecuencias serían también negativas para el agro, porque las lluvias se tornarían excesivas para un período de gran intensidad de tareas agrícolas.
Todo parece indicar que hasta el clima jugará para aumentar la "sojización" de las hectáreas productivas de la Argentina. "Las lluvias llegan tarde para el trigo, quizá puedan evitar el desastre. Para el maíz llegan atrasadas, pero llegan justo para la siembra de soja", dijo el especialista en climatología Eduardo Sierra.
En la misma línea, Juan Alberto Fortelai, investigador de meteorología para la agricultura del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), dijo que "la soja es la que más puede esperar y es el cultivo al que más va a acompañar el clima".
En el exterior
Ernesto Ambrosetti, director del Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina (SRA), sostuvo que la sequía que padece la Argentina está siendo observada por los mercados del exterior. "Los analistas siguen de cerca la evolución de los cultivos, ya que una mayor cantidad de superficie argentina de soja sería un factor bajista en el contexto internacional."
El informe de este mes del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), proyectó una producción de soja de la Argentina de 50,50 millones de toneladas en la próxima campaña.
El organismo incrementó en un millón de toneladas el cálculo respecto de su informe de agosto. Sus especialistas también creen que, a causa de la sequía, buena parte de la superficie en la que no se pueda implantar maíz pasará a la soja, que tiene un período de siembra más extendido.
Ambrosetti dijo que la producción de trigo está un 22 por ciento por debajo y en maíz ya se registró, por ahora, una caída del 18 por ciento.
Ramiro Costa, analista de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, calcula que habrá por lo menos unas 700.000 hectáreas adicionales dedicadas al cultivo de la soja. "Esto no va a alcanzar para recuperar la superficie perdida en trigo y maíz", señaló Costa. "El productor que tenía dudas para sembrar maíz, cultivará soja, que tiene menos costos de implantación y más tiempo para que el clima se recupere", añadió.
La Consultora de Climatología Aplicada (CCA) sostiene, en un informe, que las mejoras previstas en las lluvias a corto plazo están muy lejos de satisfacer las necesidades hídricas. Además, señalaron que el cambio de estación se está haciendo de forma "lenta" y la entrada de humedad no está siendo "todo lo eficiente" que requiere el momento.
Los especialistas en clima coinciden en que a partir del fin de semana se empezarían a registrar lluvias. "Aunque se prevén precipitaciones, éstas no van a alcanzar a reponer la humedad que necesita el suelo", dijo Sierra.
En tanto Fortelai explicó que las reservas de agua útil en los suelos ya están agotadas en la zona núcleo. "Se pueden esperar lluvias para recuperar la humedad superficial, pero se necesitará un verano benigno", dijo.
|
|
|