La sequía que afecta a la mayor parte del centro y el oeste del área agrícola nacional no cede. En este marco, ayer fueron declaradas en Emergencia y Desastre agropecuario por la escasez de agua producciones de los partidos de Ramallo y San Nicolás, al tiempo que se prorrogaban medidas similares que fueron tomadas para explotaciones de San Pedro y Baradero.
La medida se dio a conocer al cabo de una reunión de la Comisión de Emergencia y Desastre Agropecuario de Buenos Aires. La situación en ambos partidos se caracteriza por la ocurrencia de lluvias aisladas e insuficientes, que no sólo afectan a los cultivos sino también a la ganadería, ante la escasez de pasturas.
Mientras tanto, ayer el 70% de la tierra destinada a la producción agropecuaria en la provincia de Santa Fe se encontraba afectada por la escasez de lluvias, un fenómeno que también afecta a la región pampeana y a la región del Chaco.
El secretario de Agricultura, Carlos Cheppi señaló ayer que la sequía que toca a gran parte de las regiones productivas también "afecta el ánimo" del productor.
"Los ánimos se alteran en condiciones de sequía y es normal que se pongan mal", dijo Cheppi, quien se mostró esperanzado en que durante este fin de semana comience a llover en las zonas productivas.
"El pronóstico es alentador en ese sentido, ya que se habla de precipitaciones en varias regiones del país; además, comenzó la primavera y con ello se viene la época más húmeda, que será una gran ayuda para el problema", dijo el funcionario.
Mientras tanto ayer se decidió adelantar la reunión de la Comisión de Emergencia y Desastre Agropecuario de Buenos Aires para evaluar el estado del trigo en las distintas regiones de la Provincia.
BENEFICIOS
La ley que establece la declaración de Emergencia o Desastre Agropecuario contempla para los productores considerados en ese estado beneficios crediticios e impositivos.
Del mismo modo, también los favorece con la suspensión de la iniciación de juicios por cobros de créditos vencidos previos a que se declarara la emergencia.
En la zonas afectadas por la sequía se unen en la actualidad a la falta de lluvias, las elevadas temperaturas para trazar un panorama que es sombrío para la producción.
El problema no es que las temperaturas altas sean constantes, sino que las fuertes oscilaciones climáticas jaquean a la mayoría de los cultivos y condicionan las decisiones de los productores para el futuro inmediato.
En épocas en que se decide la siembra del maíz, que en algunas regiones cayó hasta el 40%, sólo el centro-este y el sudeste del área agrícola del Mercosur comenzaron a recibir lluvias significativas.
Los especialistas indican que el fenómeno climático está teniendo una fuerte incidencia en la producción y desde el Equipo de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales se apuntó recientemente que la siembra de trigo disminuyó un 18,5% como consecuencia de la seca.
Por caso, al describir la situación que se presenta en Ramallo y el norte bonaerense, los afectados hablan de lluvias de baja intensidad que coinciden con vientos y heladas. La suma de estos elementos determinan un escenario en el que lo poco que llueve se evapora rápidamente.
El impacto se nota en la reducción de las cifras del trigo y condiciona la siembra de maíz, pero a la vez también impacta en la ganadería, según se reconoce en la zona.
Así, se registra un escaso rodeo vacuno y falta de preñez, fenómenos ambos atribuibles a la sequía.
EN CORDOBA
Mientras tanto, en provincias como Córdoba, el trigo sembrado presenta evidentes signos de deterioro como consecuencia de la falta de agua.
Allí, como en muchas otras zonas afectadas se redujo sensiblemente la cantidad de trigo sembrado.
Según cifras oficiales, esa reducción alcanzó al 41% si se compara lo sembrado este año con las cifras correspondientes al año anterior.
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