No es la primera vez que ocurre, porque esta situación se ha repetido en otros sectores de la ciudad, ahora el turno es en el barrio Amancay.
La obra de la red cloacal aún no ha sido terminada, por lo tanto los vecinos no están autorizados a utilizarla, sin embargo hay quienes sí lo hacen, acarreando serios problemas de insalubridad, ya que el líquido, al no poder circular por la red, retrocede y sale por las tapas registradoras y ese agua servida se esparce por la calle, con las consiguientes consecuencias que ello acarrea.
En la mañana de ayer, frentistas de calle Washington, a la altura del 2000, convocaron al jefe de distrito local de Aguas Santafesinas, Marcos Medina, para reclamar sobre lo que está aconteciendo con esta situación, que para algunos de los vecinos "ya resulta insostenible".
La explicación de Medina fue clara y consistente, y en esto la responsabilidad total de lo que está sucediendo recae en aquellos vecinos que teniendo la red cloacal y las conexiones domiciliarias terminadas, aún no están habilitados para utilizar el servicio, pero hacen caso omiso y ahí es cuando el líquido no puede circular por la red, retrocede y comienza a sumergirse por las tapas de registros, apareciendo el líquido cloacal diseminado por veredas y calles.
Donde más se nota el problema, y de ahí la preocupación de los integrantes de la comisión vecinal del barrio, es en la escuela del sector y jardín de infantes, donde aseguran que los asistentes a esos entidades educativas deben "pisar" el líquido cloacal para llegar a la escuela.
A todas luces esto agrava la situación, ya que además del olor que produce ese líquido, el riesgo de contraer alguna enfermedad, de manera especial en los más chicos, es notorio.
La obra del servicio cloacal hoy se encuentra paralizada, es muy poco lo que falta para culminarla, y lo único aconsejable en estos momentos es pedirle a los vecinos que no utilicen ese servicio hasta que Aguas Santafesinas lo autorice y evitar de esa forma problemas como el que se menciona.
Por otra parte, a pesar de estar bajas las napas, se siguen desbordando algunos pozos negros y los vecinos también protestan porque desagotarlos de forma continua les ocasiona un gasto muy importante.
Desde el municipio se brinda alguna colaboración en este aspecto, retirando un visor por vecino, una vez por mes, lo que a priori resulta insuficiente, pero hay que recordar que la ordenanza respectiva alcanza solamente para brindar este servicio a familias socialmente vulnerables |
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