–¿Puede darnos un diagnóstico de cómo encontró la institución?
–No puedo dar aún un diagnóstico preciso ahora porque hay que tener en cuenta que asumí hace tres semanas. Te puedo decir que la empresa está mal. La parte de transporte está un desastre por eso potenciamos el taller interno. Los accesorios proveídos son de mala calidad. Dentro de una semana vamos a tener un diagnóstico detallado, el resultado de un relevamiento de datos con la lista de problemas y sus soluciones porque yo les dije a los técnicos: Yo no quiero problemas, quiero soluciones.
–¿Y está viendo muchos problemas?
–Sí, hay muchos problemas. Con el relevamiento de datos en todos los sectores de la empresa estamos encontrando muchos problemas de orden administrativo y técnico que se arrastran de administraciones anteriores. Hay que tener en cuenta que estoy recibiendo una empresa que en 15 años no hizo ni un tipo de inversión en la parte de producción de agua.
–¿A cuánto asciende la deuda de la empresa?
–Es mucha. Al Ministerio de Hacienda le debemos un canon de 135.000 millones de guaraníes. A instituciones extranjeras, 150 millones de dólares. Son deudas antiquísimas. Heredamos de la antigua Corposana. Anualmente estamos pagando 8 millones de dólares. La verdad es que si seguimos pagando deudas no vamos a poder realizar las inversiones necesarias.
–¿Hay déficit en la provisión?
–Sí, según los cálculos ya tendríamos que tener 550.000 metros cúbicos día para Asunción y estamos teniendo apenas 330.000 metros cúbicos día. Hay un desfase muy importante entre lo que tenemos, lo que tendríamos que tener y lo que tenemos.
–¿Si aumenta la demanda, faltará agua en el verano?
–Puede faltar agua, pero nosotros tampoco vamos a estar diciendo que recibimos una empresa en mal estado y no vamos a hacer nada. Tenemos algunas soluciones, aunque sean parciales, que van a minimizar ese problema. Y ya las estamos aplicando.
Por ejemplo el equipo de mantenimiento de la parte hidromecánica está siguiendo un cronograma de trabajo que va cumpliendo estrictamente. Todo se ha trazado para el verano. También están haciendo la limpieza de filtros y en el mantenimiento de los equipos de transformadores. Pueden aparecer algunos imponderables que realmente podrían causar problemas de abastecimiento para el verano.
–En varios barrios hay quejas de la falta de presión. ¿Qué harán para solucionar?
–Y vamos a tomar dos cuestiones muy importantes. La primera es la instalación de válvulas de reducción de presión en nueve lugares donde los caños se rompen por el aumento de presión. Ahora mismo colocamos uno. Este mes vamos a colocar cinco y en noviembre en los últimos tres lugares para completar. Esto va a impedir que los caños se rompan porque hay sitios en Asunción donde la presión es altísima y otros lugares donde es muy baja. Al reducir la presión va a ir en el otro sitio donde falta.
La segunda es la colocación de ventosas para sacar el aire de los caños porque es lo que más rompe las cañerías. Hay un contrato abierto que se adjudicó por licitación, por lo que decidimos incluir esos materiales en ese contrato.
Parte de la cañería de la empresa que, según el titular de la aguatera estatal, son de pésima calidad. Dentro de poco, cada compra será verificada por un banco de pruebas.
–¿Es cierto que hay edificios que pagan el mínimo porque continúan teniendo la conexión directa que se les había puesto para la construcción?
–Sí hay, se quedaron así. Eso era amigo “ro’ópe” (con excusa de la amistad). Así se le llama. Se le tenía que instalar el medidor una vez que acababan la construcción para que paguen por el consumo real, pero nunca se les cambió.
–¿Qué otros cambios está realizando?
–En la parte de mantenimiento reforzamos nuestras cuadrillas porque no se estaba trabajando bien. En la parte administrativa financiera estamos cambiando también. Como nuestra preocupación fundamental es nuestra clientela, ahora decidimos atender al público desde las 7 de la mañana para que todos puedan pagar sus cuentas. Estamos abriendo una oficina de marketing para una mejor atención y agilización de los procesos. Sacamos de la parte comercial la facturación y cobranza. Mudamos a la parte financiera.
Por ejemplo, esto no voy a aceptar. Las piezas que están allí voy a devolverlas a las empresas, que hagan lo que quieran los dueños de eso. A partir de ahora todos los materiales que sean vendidos a la Essap serán verificados. Absolutamente todo. Ahora nosotros vamos a adquirir un banco de pruebas porque los materiales tienen que reunir ciertas condiciones y soportar tales pruebas.
En el Brasil cuesta unos 30.000 dólares un banco de pruebas. Son como 120 millones de guaraníes. Me puse a buscar precios para que a la hora de convocar a una licitación no me pasen precios exorbitantes. Con eso vamos a ahorrar muchísimo dinero. No entiendo cómo es que una empresa así nunca tuvo un banco de pruebas. Más aún si destina 10.000 millones de guaraníes en adquisiciones. Parece que se hizo todo ex profeso para no controlar los productos.
¿La misma firma instalará?
–No, nosotros vamos a comprar, pero el equipo humano, los técnicos de la empresa realizarán la instalación completa. Tenemos profesionales muy buenos, gente que tiene mucha experiencia. Solo que siempre fueron mal utilizados. Yo te cuento que nosotros estábamos reparando trabajos que los contratistas no llegaron a hacer.
–¿O sea que les cortaste el negocio?
–No, eso no te puedo decir ahora. Después vamos a hablar de ello, pero lo cierto es que tuvimos que ir a reparar en varias ocasiones lo que ellos debían haber hecho.
También estamos reforzando todo lo que es cuadrilla para reducir pérdida física. Creé un equipo de verificación de las cuentas cortadas y taponadas que así como estamos viendo son las conexiones clandestinas.
–¿Qué hará con esa gente?
–Vamos a cortarles el servicio y denunciarles ante la justicia. Sabemos que es una empresa que presta un servicio social, pero hay ciertas cosas que no podemos continuar permitiendo. No vamos a cajonear esos expedientes. No quedarán guardados en el escritorio del presidente como hasta ahora. Hay unos 6.000 cajoneados, el famoso amigo ro’ópe. Ya no vamos a proteger a nadie porque es amigo. Todos van a tener el mismo trato. Yo no soy político.
–¿Despidió funcionarios?
–Lo que estamos haciendo es reubicar a las personas. Yo tengo un contrato colectivo de trabajo que me impide, sin grandes gastos, digamos, despedir gente. Entonces hay que buscar la reubicación de las personas, estamos haciendo eso. Analizamos si podemos utilizarlas en las cuadrillas o en otros rubros que son necesarios. De esta manera no hará falta contratar más gente también.
–¿Cuántas personas trajo con usted? Me comentaron que algunos eran de la Contraloría.
–Doce más o menos. Son gente que ubiqué en lugares claves. De confianza. Y sí, dos son de la Contraloría. No vinieron comisionadas. Renunciaron a sus cargos allá para venir. Uno era de la parte administrativa y otro fue uno de los auditores de la empresa. O sea conoce bien a fondo los problemas de la Essap. Ellos están cobrando entre 1.500.000 y 6.000.000 de guaraníes. Los gerentes son los que ganan G. 6 millones. Nosotros le pagamos de acuerdo a lo que dispone la empresa. No es que se les paga más porque vinieron conmigo.
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