Aún no terminó setiembre y los rafaelinos ya están padeciendo serias dificultades en el servicio de agua potable. La situación quizás no sea tan alarmante, pero si a esta altura del año ya se presentan este tipo de problemas, el panorama para el verano no parece para nada esperanzador. Ante esto, en el Concejo ya encendieron la luz de alerta.
En realidad, por ahora el único que explicitó su preocupación fue el concejal Víctor Fardín, quien envió una nota al presidente del cuerpo legislativo, Jorge Maina.
El breve escrito del edil radical tiene un pedido tan sencillo como importante, al menos desde el punto de vista de la previsión. Y es que Fardín le solicita a Maina que gestione una reunión entre el Concejo y los directivos de Aguas Santafesinas S.A.
El propósito del encuentro es que los integrantes de la empresa estatal que está a cargo del servicio sanitario, brinden un informe acerca del plan de obras programadas para la ciudad, así como las previsiones en cuanto a la prestación para los próximos meses. "Motiva esta solicitud la grave situación de escasez de agua que actualmente están padeciendo numerosos barrios de la ciudad", concluye la nota de Fardín, presentada al justicialista Maina el pasado viernes.
Si bien no aparecen fechas concretas, pero es muy probable que el origen de la justificación del escrito del concejal de la UCR se sitúe en el pasado domingo 21. En pleno nacimiento de la primavera, casi no hubo habitante de la ciudad que no padeciera escasez de agua potable, o al menos falta de presión, a lo largo de toda la jornada.
Entre las 3 de la madrugada y la medianoche, ASSA culminó un trabajo que había quedado inconcluso a fines de julio, consistente en el vaciado de una cisterna para su posterior vinculación con una flamante cámara de aspiración. Según la empresa, esta obra permitirá en el verano incrementar la dotación de agua a la red.
Más problemas y un gran interrogante
Si la situación del domingo 21 fue complicada, en el transcurso de esta semana las cosas no estuvieron demasiado tranquilas. Durante al menos dos días fueron muchos los barrios de la ciudad en los que hubo problemas en el suministro del vital elemento, aparentemente vinculados con correcciones que el personal de Aguas Santafesinas debió realizar respecto a los trabajos ejecutados 7 días atrás.
Pese a que los interrogantes ya se venían generando desde antes, fue en esta semana en que las dudas en la calle cobraron mayor fuerza. Si a fines de setiembre, y con los primeros pero muy tenues calores, ya hay problemas, ¿cómo responderá el servicio dentro de un par de meses, cuando empiece el verano? Esa es la pregunta que la mayor parte de la ciudadanía se ha estado haciendo en los últimos días.
A juzgar por los hechos, es evidente que todas las acciones ejecutadas hasta aquí -entre ellas la instalación de una planta de ósmosis inversa- han sido y serán tan solo un paliativo, y que únicamente la obra del acueducto podrá ponerle fin a este padecimiento ya casi histórico de Rafaela. Si a esto se le suma la tan intensa como extensa sequía que atraviesa la región, el período estival amaga con ser verdaderamente devastador.
Por ahora, hay una sola certeza. El servicio de agua potable sigue siendo deficiente, y cada año que pasa sus falencias se tornan más críticas. Quizás si se concreta lo que pide el concejal Fardín haya algunas otras precisiones al respecto. Aunque lo más probable es que las noticias no sean precisamente alentadoras.
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